Especial de Navidad

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24 de diciembre, 2019.

Cato levantó a Jade en el aire para que pudiera colgar la estrella en la punta del árbol. Podía ver por la ventana cómo caía la nieve, dejando una capa helada sobre el asfalto de la calle de Hills Town. Hacía mucho frío esa última semana pero dentro de la casa de Bernarda casi no se sentía. La estufa y el chocolate caliente se encargaba de calentarnos, sin mencionar que estábamos todos en la sala mientras algunos terminaban de armar el árbol.

—No puedo creer como olvidamos armar nuestro árbol —se quejó Irina negando con la cabeza—. Se que somos algo despistados pero esperar hasta Noche Buena es imperdonable.

—Ya deja de quejarte, lo estamos haciendo, ¿o no? —le espetó Augusto, enredado entre las luces de colores.

—¿Alguien más cree que es algo peligroso poner medias cerca de la chimenea? Imaginen si una se cae —comentó Tessa mientras metía dulces en forma de bastones dentro.

—Ali, pásame ese moño —me pidió Ulises señalando una caja detrás de mi y extendí mi brazo para dárselo.

No lo estaba viendo, pero veía como Nathan observaba cada uno de mis movimientos. Casi como si me espiara, como si no estuviésemos en la misma sala pero uno en una punta y el otro en otra. Como si no nos hubiésemos besado tres días atrás. Luego de la fiesta en la que me enteré que Tadeo se acostó con Danali, Nathan me llevó a mi casa y nos besamos en la acera.

—Irina está preocupada, no cree que sea un buen tipo —mintió mirando hacia el suelo pero yo no iba a quedarme callada.

—No, Irina ya habló conmigo sobre eso. Dime la verdad —espeté firme dando otro paso hacia él.

Tomó mi cintura y sin que pudiera verlo venir, enlazó sus labios con los míos. Se sentían tan familiares a pesar de que no lo besaba hacia muchísimo tiempo. Mis manos se dirigieron a sus mejillas pero entonces, él se separó de mi. Me pregunté por un segundo si había hecho algo mal y entonces, arrancó el motor, dejándome con ganas de mas y preguntándome que había sido ese arrebato de un segundo.

—Haz lo que quieras, solo no lo beses frente a mi. —Y así, desapareció de mi acera, dejándome con las ganas de sus besos.

Intenté ignorar ese pensamiento y enfocar mi atención en los Clarke que terminaban de decorar la casa con moños rojos y guirnaldas verdes. Bernarda preparaba galletas con formas en la cocina con ayuda de Renata.

—¡Chicos, miren lo que encontré! —gritó Noel bajando las escaleras y volteamos hacia él.

Ahogué una risa cuando lo vi con el torso desnudo, unos shorts rojos y un gorro de Navidad en la cabeza. Llevaba una bolsa roja colgada al hombro que parecía tener algo dentro. A diferencia de mi, Cato y Augusto sí se rieron en su cara.

—Pareces un Santa porno —comentó Nathan riéndose de su hermano, ladeando la cabeza desde el sillón.

No quise reírme de su chiste, pues todo lo que salía de su boca hacía que me dieran ganas de golpearlo. Pero en parte tenía razón y todos se habían reído.

—Estás celoso de mis abdominales de acero —bromeó mientras se golpeaba el estómago.

Irina revoleó los ojos pero yo no pude evitar ver a Nathan, que claramente tenía una respuesta para eso.

—¿Quieres apostar? —preguntó él, levantándose de su lugar y quitándose la camiseta sobre la cabeza. La dejó sobre el sillón y comenzó a balancearse de un lado al otro como si fuese a pelear con Noel. Él copió su gesto mientras se reía, aceptando el reto de su hermano.

Controversia (Trilogía completa)Where stories live. Discover now