Cap.9 "Podemos compartirlo".

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Caminé hasta la dirección que la señora, Bernarda, me había dado por teléfono. Cuando llamé al dia siguiente de encontrar el anuncio de trabajo, me aceptó con mucho gusto, luego de hacerme algunas preguntas. Confesó que no mucha gente se había interesada en el puesto, cosa que me sorprendió, porque era una buena paga y en la hora que estuve en el Café de Stan, pude ver mucha gente pararse a observar el anuncio o incluso tomarle fotos al teléfono indicado allí.

Era una casa muy grande. Era un poco mas grande que la nuestra. Tenía un pequeño patio delantero y un camino marcado con piedras rojas.

—¿Sabes lo que vas a decir? —revoleé los ojos.

¿Mi hermano creía que yo era retardada o que?

—Si Renzo, se que lo voy a decir. "Buenas tardes, mi nombre es Alison Hock y me ha contratado para ser la niñera de su hija pequeña, Jade" —dije por sexta vez, ya que mi hermano me había hecho aprenderme ese texto de presentación. De todas formas, se lo agradecía. Yo era tan torpe que quizá y decía cualquier cosa.

—Suerte en tu primer día de trabajo —se rio y lo miré mal.

—Suerte a ti también –le recordé que el también tenía que ir a trabajar. Ahora fue el, quien me miró mal. Le sonreí.

La casa no estaba lejos de la nuestra, pero Renzo había insistido en que me acompañaría a la puerta. Al menos para saber donde estaba trabajando, y donde debería buscarme si corría algún peligro. Le dije que no era nada de otro mundo cuidar a una pequeña niña, aun así, el insistió.

El me saludó con su mano para luego voltear, e ir hacia su trabajo. El había empezado a trabajar hace tres días como repartidor de pizza. Allí en el trabajo, le prestaban la motocicleta y el las amaba. Así que era el trabajo perfecto para el.

Toqué timbre y tragué con fuerza. Estaba algo nerviosa. Pero no quería arruinar esta oportunidad. Amaba cuidar a niños, ellos solían tener una conexión extraña conmigo y se apegaban a mi. La puerta se abrió y dirigí mi vista hacia abajo. Una pequeña de unos cinco años y ojos cafés me abrió la puerta.

—¿Tu eres Alison? —me saludó dulcemente. Me agaché a su altura, para poder verla mejor.

Tenía el cabello castaño y fleco recto. También dos coletas mal hechas, una más abajo que otra. Llevaba un vestido de verano rosa y estaba descalza. Su mano estaba en el picaporte de la puerta, con la otra sostenía su oso de peluche marrón chocolate.

Sin dejarme contestarle nada, colocó su mano sobre mi mejilla y afiló sus ojos en mi, como si estuviese buscando algo. Sus ojos brillaron de una manera intensa y sonrió.

—Si, eres tu —dijo algo conmocionada por mi presencia. Por un segundo se me quedó mirando como si fuese Dios. Su sonrisa no se quitaba de su rostro así que le hablé.

—Claro que si. Tu eres Jade, ¿no? —pregunté, aún tenía la duda de su había pronunciado bien su nombre, porque Bernarda lo había escrito en un texto y no sabía si debía pronunciarlo como si fuese un nombre en inglés o cómo se leía. Ella asintió sonriente cuando me oyó decir bien si nombre. Definitivamente, se decía Jade cómo se lee.

—Ven, voy a mostrarte mi casa —dijo con mucho entusiasmo. Mi sonrisa se borró al instante, al darme cuenta de lo fácil que sería secuestrar a esta niña. Al parecer, no era para nada tímida.

Tomó mi mano y me metió en su casa. Cerré la puerta con la mano que ella no estaba sosteniendo. Me detuve un segundo a admirar la casa y era muy hermosa. Ella soltó el oso y lo dejó caer al suelo.

—Acá esta la sala —señaló con su mano ahora libre. Me dejo ver un sofá gigante, una televisión en medio de la pared y algunos adornos. Se veía bastante moderno. Sin dejarme observar mas nada, me arrastró hacia el otro lado. —Esta es la cocina. —Mis ojos inspeccionaron todo lo mas rápido que pude, sabiendo que en cualquier segundo, me arrastraría a otro habitación.

Controversia (Trilogía completa)Where stories live. Discover now