Cap.32 "¿Alguien más siente calor aquí?".

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Ya estaba aburrida de mirar un punto fijo en el suelo de la sala. Mi pié se movía impacientemente. Sentí la mirada de alguien en mi, pero no me detuve, ni moví mis ojos, ese punto en el suelo era demasiado interesante en este momento, aunque mi cabeza estaba en las habitaciones de arriba.

Oía pasos a través de la sala pero no sabía quién estaba tan inquieto.

—¿Puedes dejar de hacer eso? —miré directamente a quien me había sacado de mis pensamientos.

Augusto me miraba irritado. Tenía unos raspones en la cara y su cabello estaba despeinado todavía. Sus brazos estaban cruzados sobre su pecho y su torso sobre un sofá.

—Al parecer no, no puedo.

Le puse ojos asesinos pero procesé mejor su rostro, noté que estaba preocupado.

Por Noel, por Ulises, por Renata e Irina. 

Cambié mi expresión a una triste, porque en realidad yo también estaba preocupada. Pero mi manera de calmarme era no pensando en eso, aunque sabía que mi cabeza no podía procesar otra cosa.

—Lo siento —dije con un hilo de voz.

Me sentía completamente inútil por no aportar nada en la batalla. Había entrenado mucho y me frustraba que los nervios y el miedo me cegaran por completo. Lo único que había hecho era observarlos a ellos.

Suspiré frustrada.

En parte me sentía un poco culpable, si hubiese ayudado un poco quizá y hasta nadie habría salido lastimado. Pero todos ya me habían dicho que con mi visón había sido suficiente, pero yo no lo sentía así.

Las escaleras sonaron cuando pies se escucharon en ellas. Cato apareció en la sala con Tessa detrás.

—Jade ya la conoció, esta bien. Puedes hacerlo —Cato se cruzó de brazos apoyándose en el marco de la puerta.

Tessa avanzó sobre la sala y se acercó a Noel, quien estaba recostado débilmente boca abajo sobre el sofá. El abrió los ojos ante la voz de su hermano.

—¿Puedo? —su voz sonaba tan suave, no comprendía cómo no se sentía agitada, asustada o incluso agotada por la reciente movida.

—Por favor —Noel esbozó una sonrisa de dolor.

Ella apoyó su mano con cuidado sobre la espalda de él, donde no estaba su tajo. Mis ojos se abrieron al ver que su herida cerraba rápidamente, cicatrizando en unos segundos que ella lo tocó.

—Tessa es sanadora —Nathan susurró a mi lado. Se sentó junto a mi en el gran sillón de uno, y me moví a un costado, para que ambos entráramos. —Su toque te cura de cualquier cosa.

La vi caminar a Irina, y tocarle el brazo que tenía lastimado. Había sangre y se veía un poco de tierra del suelo. La piel apareció, reemplazando la sangre, pero la tierra permaneció allí. Ella se sacudió la tierra sin sentir ningún tipo de dolor.

—Mientras más pequeño, es más fácil curarte. Raspones y heridas como las nuestras sanan en segundos. Cosas como apuñaladas, heridas de bala y otros tipos de golpes graves, tardan más en curar, pero su magia acelera el proceso —asentí con la cabeza a sus susurros.

Luego de curar los raspones de Renata, ella se acercó a mi. La miré con el ceño fruncido, sin entender que hacía. Ella dio un rápido vistazo a mi frente e instintivamente me toqué allí.

Auch.

¿Que tenía allí? Dolía, y no entendía cómo no me había dado cuenta que lo tenía. Al parecer, solo dolía al tacto.

Controversia (Trilogía completa)Where stories live. Discover now