Cap.40 "Aceptada".

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Caminé por el pasillo cansada de que la gente me mirara extraño. Había oído cosas como que yo había asesinado a los Clarke o que habían intentado abusar de mi. Puras locuras. Lo peor de la gente que las inventaba, era la gente que las divulgaba por todos lados. 

Hacia una semana Nathan se había ido de la escuela, Noel volvió a su ciudad hacia tres días y se sentía la tristeza en la mesa de la escuela.

En cualquier momento, me habría sentado con Coni, Bastian y todo el resto de mis amigos. Pero Tessa aún estaba algo triste por estar lejos de Ulises e Irina extrañaba a sus tres hermanos mayores de toda la vida.

Bastian me alcanzó y pasó su brazo por mi hombro.

—¿Cómo está mi chica? —preguntó interesado.

—Estoy bien. Lo extraño pero estoy bien. —Le sonreí suavemente y lo vi detenerse en seco.

—Oh, me alegro mucho Ali pero me refería a Irina. —Sonrió con culpa y lo vi rascarse la nuca nervioso.

Entendí a que venía el "mi  chica." y asentí con la cabeza.

Bastian y mi hermana habían tenido varías citas. Lo cual me emocionó más a mi que a ambos, porque uno sabe lo hermoso que es tener de cuñado a un amigo y saber que no le iba a hacer daño. De todos los chicos que conocía, el único por el que ponía las manos al fuego era Bastian. El era muy dulce como para lastimar a alguien y menos aún, para engañar.

—Está bien. Bueno, los extraña mucho. Eran muy unidos. —Él asintió con la cabeza.

—Aún considero muy extraño que esa mujer Bernarda los haya acogido por tanto tiempo porque si. Aunque bueno, es una buena forma de no estar sola.— Asentí.— Supongo que se ha formado una linda fraternidad allí.

—Si, así es. —Sonreí nostálgica.

Bastian se había tragado por completo la mentira de Bernarda cuidando niños hasta que crecieran y como ya no teníamos magia, podíamos dejar ese pasado en nuestros recuerdos y seguir una vida normal.

Nos adentramos en la cafetería. Pude ver a Tessa e Irina sentadas una al lado de la otra solas en la mesa de los Clarke. Suspiré al verla tan distinta.

—Te acompaño —dijo el y me sorprendí un poco con su ofrecimiento. Nadie nunca se había sentado en esa mesa además de ellos y algo me decía que eso estaba establecido incluso antes que yo llegara a Hills Town.

—¿Estas seguro? —pregunté caminando hacia dicha mesa y lo vi encogerse de hombros.

—No quiero que Ina se sienta sola. —Apreté su mejilla por la ternura que me causó y me senté al lado de Tessa para dejarlo sentarse con mi hermana.

—Hola —saludé sonriente, intentando que mi nostalgia no saliera a flote otra vez.

—Hola amor —contestó la rubia y besó los labios de él.

—¡Dejen de restregar su amor a los pobres! —Tessa gritó de la nada, dando atónitos a los tórtolos. Me reí de sus caras y ellos se movieron incómodos. —Lo siento. —Se peino el cabello con los dedos algo nerviosa. —Extraño mucho a Ulises y el hecho de que la casa de Bernarda esté tan vacía me hace sentir un poco nostálgica. —Froté su hombro con mi mano y le di una sonrisa reconfortante.

—Tranquila. —Me observó con sus ojos llenos de angustia. —Yo también se lo que se siente. —Logré hacerla sonreír, intentando no formar una imagen de Nathan en mi mente pero fue inutil.

—Basta de arrastrarse por las paredes. Nuestro cumpleaños es en unas semanas y todos vamos a estar juntos otra vez —nos animó Irina en un intento de no vernos llorar sobre la mesa de la cafetería.

Controversia (Trilogía completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora