Controversia (Trilogía completa)

Cap.43 "¡Hay que desenterrarlo!".

Estaba en shock, en pausa. Observando un punto fijo hacia la nada. No oía ni podía parpadear, pero apenas se percibía mi nombre como si estuviese bajo el agua. Mi garganta estaba seca y mis manos comenzaron a sudar al instante en que Ulises se desvaneció frente a nosotros. Desapareció como polvo, como si nunca hubiese existido. Sentí que alguien seguía nombrándome pero fue luego de unos cuantos segundos que pude reaccionar y volver a oír con claridad.

—¡Alison! ¡Vamos! —gritó Nathan, tomando mi brazo y arrastrándome con el resto de los Clarke. Noté que Cato y Noel empujaban un poco a Augusto petrificado y mi hermana abrazaba a Tessa que seguía llorando.

—Tenemos que hacer esto ya, no podemos perder más tiempo —dijo Noel, desesperándose.

El tiempo estaba pasando tan rápido que no nos estaba dejando procesar lo que sucedía, ni siquiera pensar. Mucho menos actuar, éramos todos un manojo de nervios mirándonos entre nosotros cómo si no supiésemos lo que teníamos que hacer. Y si, lo sabíamos, al menos yo lo sabía muy bien. Pero todos estábamos tan sorprendidos por lo que acabamos de ver que no era fácil seguir con nuestra tarea.

—¡Alison! ¿Qué hacemos ahora? —me preguntó Cato, moviéndose en su lugar. Todos me miraron rápidamente y recordé que no les había explicado en ningún momento qué debíamos hacer.

—Hay que desenterrarlo —respondí tragando saliva.

Noel, Cato y Nathan asintieron para acercarse a la tumba, pero al parecer les llevó unos segundos procesar mi respuesta porque se voltearon a mirarme, cómo si la información les hubiese llegado tarde. Abrieron los ojos y fruncieron el ceño, sin entender si era en serio o se me había zafado un tornillo de la cabeza.

—¿Estás segura? —preguntó Cato algo confundido.

—Estás loca —me habló Augusto con menos tacto y negué con la cabeza, porque no era momento de reprocharle nada a nadie.

—No, es en serio. Empiecen a cavar, no tenemos mucho tiempo más —dije tirándome al suelo y comenzando a quitar la tierra con mis propias manos.

Irina me miró como si le hubiese hablado en chino y se miró con el resto de sus hermanos, probablemente preguntándose entre ellos si estaba loca o debía hacer lo mismo que yo.

—¿Qué están esperando? —grité desesperada porque seguían allí parados sin hacer nada—. ¡Hay que desenterrarlo!

Al mismo segundo, todos se tiraron al suelo a sacar la tierra. Noel se levantó y buscó con la cabeza algo que le sirviera, pero no parecía haber nada. No era momento para ir a buscar una pala ni nada de eso, no teníamos tiempo y cada segundo era vital en ese momento. Y fue entonces que noté que había visto todo esto en una visión, creyendo que había sido una pesadilla. Pero ya había visto este momento.

—No terminaremos nunca de esta forma —gimió Irina, notando que no era demasiada la cantidad de tierra que salía.

—Tenemos que sacarlo —susurró Cato, enfocado en seguir sacando tierra y poder dar con el cajón de una buena vez.

—Ay, mierda —se quejó Tessa lentamente.

La miramos y noté que ambas de sus manos, con las que sacaba tierra, habían desaparecido. Me detuve para verla al igual que Augusto pero el resto de los Clarke la miraba mientras seguían sacando escombros del suelo.

—No, no. No otra vez —gritó Noel comenzando a hiperventilar.

Tessa comenzó a sacar tierra con sus pies, con lo que pudiese, mientras su cuerpo iba desapareciendo.

—¡No se detengan! —vociferó ella a Augusto y a mi que la mirábamos en shock—. ¡Sigan! ¡Sáquenlo!

Las lágrimas comenzaron a caer por el rostro de Noel mientras oía a mi hermana sollozar, al mismo tiempo que todas las respiraciones se agitaban por el movimiento y la desesperación.