Controversia (Trilogía completa)

Cap.16 "Aún lo amo".

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Que surreal el amor.

Un día lo tienes, allí en tus manos, latente por alguien. Hermoso y pacifico. Tus nervios aumentan, tus manos sudan, tus mejillas enrojecen y tus sentidos se nublan.

De un segundo a otro parece desaparecer, se desvanece entre nuestros dedos como arena fina. No hay manera de reconstruirlo otra vez y solo queda esparcido por el suelo.

Las noches...

Ding dong.

—Maldita sea —susurré para mi misma a quien sea que me había interrumpido la lectura. Me levanté del sofá, dejando a un lado mi libro y abrí la puerta luego de quejarme del timbre y quien sea que estuviese detrás de la puerta. —¿Qué? —pregunté claramente enfadada a penas vi de quien se trataba. Sabía que pronto aparecería para aclarar las cosas o quizá solo molestarme y confundirme un poco más. Cualquiera de esas cosas, podía esperarme de él.

— Quiero hablar contigo.—Dijo con las manos en alto. Sin pensarlo dos veces, cerré la puerta en su cara y volví a la sala. Antes de desplomarme en el sofá, el timbre sonó otra vez.

— ¿Qué?— Repetí aún más molesta cuando volví a ver su cara triste.

— ¿Me dejas pasar?— Suplicó con su voz. Se lo veía vulnerable y admito que disfrutaba un poco que yo no sea la única que se sentía mal con esta extraña relación.

— No.— Dije obvia, con las cejas levantadas y antes de cerrar la puerta otra vez, su pie se interpuso y empujó la puerta abriéndola. Revolee los ojos porque ya estaba adentro y no había manera que pudiese empujarlo fuera. Caminé hasta la sala y me desplomé, retomando mi libro, sabiendo que solo observaría las páginas fingiendo leer.

Tadeo cerró la puerta y se adentró en mi sala. Subí mi mirada a él y lo vi con las manos en los bolsillos. Tenía una chaqueta roja y unos jeans azules. Su cabello rubio se veía algo despeinado y podia imaginar que era por el viento de afuera.

— Solo vine a disculparme.— Sonó sincero pero volví mi vista al libro.

— Está bien.— Dije como si me importara poco.— Si eso es todo, ya puedes irte.— No me sorprendió lo fría que sonó mi voz, había aprendido a no mostrar que me dolía luego de mis conversasiones agresivas con Nathan.

— ¿Que?— Sentía el dolor en su voz pero no me importaba.

— Ya me oíste, cierra cuando salgas.— Estaba siendo una perra pero el me había confundido para luego enterarme que se había acostado con la estupida de Danali.

— Alison.— Se acercó y me arrebató el libro que fingía leer para no mirarlo a la cara.

— ¡Oye! ¡Devuélveme mi libro!— Grité molesta.

— No, no hasta que me escuches.— Lo cerró y lo dejo en la mesita.

— Mierda Tadeo, no me fijé en que pagina iba.— Me quejé observando el libro casi llorando dramáticamente.

— Olvida el estupido libro y escúchame.— Por primera vez, no solo le di mi mirada sino que le di mi atención.

— Tienes cinco minutos o llamaré a la policía.— El revoleó los ojos ante mi estupido socorro a la ley.

— Escucha, lamento todo lo que hice. Decirle a Nathan la dirección de Evelina. Lo de la película, el beso en la fiesta, acostarme con Danali también. Aún que quiero que sepas que ella me tentó.

Oh no, el no se estaba poniendo eso como excusa.

— ¿Te estás excusando?— Mis ojos furiosos rápidamente le dieron la advertencia que respondiera un rotundo no o le arrojaría un florero a la cabeza.