Cap.20 "Encontramos a uno de ellos".

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Augusto se transformó en tres Augustos que aparecieron a sus costados, luego eran cinco, y de segundo a otro eran diez.

Mi boca se abrió al reconocer el poder. La clonación. El mismo que tenía Jaden.

—¿En serio? —me quejé, quitando mi pose de ataque para dirigirme al resto de ellos que me observaban divertidos.

—Solo concéntrate —me gritó Cato desde algún lugar, aun serio.

Volví mi mirada hacia los diez entes frente a mi. Ya me sentía cansada como para correr o hacer cualquier otro movimiento físico, pero no podía dejar que me venciera.

Intenté descifrar que podía hacer para revelar cual era el Augusto real y no morir en el intento de destruir uno por uno.

Dos de ellos corrieron hacia mi y corrí de vuelta. Mi puño se estrelló en uno, haciéndolo desvanecer, el otro tomó mi brazo pero le di un codazo. Creyendo que había terminado con ellos, dos aparecieron y me rodearon. Con una habilidad que me sorprendió, mi pierna se estrelló sobre el pecho de uno, desapareciéndolo y mi puño en la cara de otro.

Volteé a ver hacia adelante donde Augusto estaba con los otros clones. De la nada, aparecieron cuatro más detrás de ellos.

—¡Cato! —dije quejándome, como si el estuviese haciendo trampa o algo por el estilo. El me miró con las cejas y los hombros levantados.

—¿Que quieres que haga? Es su magia, Alison —volví a concentrarme en los hologramas frente a mi.

Tres corrieron hacia mi y seguí batallando a todo pulmón. Estaba agotada pero no quería perder mi primer batalla. Además, estaba segura de que me habían emparejado con Augusto porque no era ni muy débil como ponerme con Renata pero tampoco me podrían con Noel, que el podría destituirme con los ojos cerrados. Luego de ver que había logrado desaparecer a los tres, los clones sonrieron y más volvieron a aparecer.

Frustrada y cansada miré hacia alguien, esperando que parara este estúpido entrenamiento que no me estaba sirviendo más que para herirme un poco el ego.

—No puedo —dije cansada, tratando de recuperar aire. Vi que Nathan y Cato se daban una mirada rápida, que no sabía que significaba.

—Si puedes, Alison. Son uno contra uno —tenía sus brazos cruzados como un sargento y me hizo querer salir corriendo.

—¿Acaso no ves que es uno contra diez? –grité molesta, mientras los Augustos se reían frente a mi.

—El tiene poder pero tu eres mas inteligente, solo piensa —me gritó de vuelta.

Volví a mirar a los clones y me sonreían de una manera macabra, como si supiesen que estaban a punto de destruirme.

Mi entornó se volvió blanco y negro, fue entonces cuando mi corazón se paró por un segundo.

No otra vez.

De un segundo a otro, podía ver todo desde el cielo. Me veía parada frente a los clones en el patio de Bernarda. Veía a los Clarke observarme. Me vi tomar un puñado de hojas secas y arrojárselo a los hologramas frente a mi.

Los colores volvieron a la normalidad, y ahora si estaba parada donde mis pies pisaban el suelo.

¿Había tenido otro deja vu? ¿O que diablos sucedía conmigo?

Miré a un costado, y el montón de hojas secas aún estaba allí. Tomé un puñado con una sola mano y corrí hacia los clones para arrojárselos. A nueve de ellos, las hojas los traspasaron, menos a uno.

Sonreí teniendo mi blanco en la mira. Augusto entendió y cuando intentó escapar de mi, ya lo había empujado, tirándolo al suelo.

Controversia (Trilogía completa)Where stories live. Discover now