Cap.43 "La vida no es justa, supéralo y circula".

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—Tu turno —habló Ulises luego de dejar un diez de pica en el mazo.

—Sabías que la necesitaba —fruncí el ceño enojada a él.

Llevábamos apenas tres minutos jugando. Augusto estaba observando mis cartas y luego las de el, diciéndonos a ambos lo que debíamos tirar. Elias comía un sándwich sentado junto a nosotros, parecía más concentrado en el, que en nuestro juego.

Lo último que sabía de Nathan es que había ido a darse una ducha y me avisaría cuando saliera.

Eran las diez y media de la noche. Irina junto a Tessa y Cato acomodaron mantas sobre la enorme sala para la película que veríamos.

Por favor, que no sea Sanatorium parte dos.

Renata y Jade ya estaban durmiendo en sus respectivas habitaciones y Bernarda apenas se había ido a su habitación. El único que aún no hacía presencia era Noel, no tenía idea donde estaba.

—Oye, no puedes usar esa carta allí —señaló.

—¿Por que no? —me quejé—, es una escalera —afirmé.

Una sonrisa apareció en su rostro y pude ver que entre la carta seis y la carta ocho que eran obvios corazones, el siete se transformaba en un tres de trébol, dejando completamente desarmada mi escalera de números.

—¡Ulises! —le reproché al darme cuenta que estuvo toda la partida haciéndome creer que tenía un siete, en vez de un tres—. Estás haciendo trampa —tiré mis cartas sobre la mesa y el comenzó a reírse.

—Lo siento, va contra mi voluntad no usarlos —se encogió de hombros.

—Va contra tu voluntad dejar de ser un idiota —le dije bromeando. Elias se rio a mi lado.

—Si, eso también —Augusto me apoyó y chocamos los puños. El morocho, revoleó los ojos.

—Estoy aburrido ya. Me aburren estos juegos —se levantó de la silla y chocó su hombro con Irina, que venía hacia la cocina.

—¿Y que quieres hacer? —le preguntó la rubia, sacando un vaso y llenándolo de agua.

—No lo sé. Necesito que algo interesante pase.

Cómo si el destino hubiese escuchado lo que dijo, mi visión se volvió nula. Mis ojos no veían nada y ahogué un grito al no poder ver.

—Cato, esto no es gracioso. Devuélveme la vista —le dije en tono de advertencia.

—No soy yo —dijo relajado desde la sala.

—Ulises si eres tu con tu estupida tierra de lava voy a... —Irina le reprochó cerca de mi, apoyando el vaso en algún lado con cuidado.

—Yo tampoco veo nada —oí su voz cerca de la de Cato.

Si, la luz había decidido irse justo ahora. Oí ruidos por las escaleras y pude ver una sombra corriendo hacia abajo.

—¿Ustedes tampoco ven? —preguntó Noel moviendo sus manos delante de él.

Apenas podía ver y solo me guiaba por sombras o sonidos. Elias tomó mi brazo a mi lado.

—No —le dijimos todos al unísono.

—Mierda, ya creí que Cato estaba vengándose por usar su camiseta de la suerte. —Alto. ¿Qué?

—¿Usaste mi camiseta de la suerte? —preguntó el más fuerte, claramente enojado.

—¿Tienes una camiseta de la suerte? —Tessa se rio a su lado.

Controversia (Trilogía completa)Where stories live. Discover now