Cap.47 "Eres parte de mi".

3.4K 627 135
                                    

Después de tres o cuatro canciones movidas, una lenta comenzó a sonar y el tomó mi mano para pegarme a su cuerpo. Sonreí en sus labios y dejé un pequeño beso allí. Comenzamos a movernos al ritmo de la música y apoyé mi mejilla en su hombro. Era extraño estar casi a la altura de su rostro con los zapatos de tacón, pero no era algo que me molestara.

Take my breath away de Berlin sonaba en los parlantes, logrando que el suelo vibrara. Las luces violetas se volvieron rojas y cerré mis ojos, dejándome llevar por la música. Me pregunté si en realidad había un profesor o un alumno poniendo música tan variada, pero no me importó. Por el contrario, me gustó aun mas cuando Nathan comenzó a cantar en mi oído. Me sorprendí y tuve las ganas de preguntarle como es que conocía tanta música, pero entonces recordé los cientos de discos que tenía en su habitación y decidí quedarme en silencio.

—¿Quieres saber un secreto? —No se detuvo de bailar pero si me apretó un poco contra el.

—Dime. —Levanté un poco la cabeza para mirarlo. Chocó su frente con la mía y nos quedamos mirándonos.

—En serio creí que iba a morir. —Miró el suelo sin mover a cabeza. —Pero de haber sabido que vivir sin ti iba a ser tan difícil, hubiese preferido que me mataran. —Le sonreí con dulzura.

—No tienes que preocuparte más por ello. —Acaricié su mejilla mientras el la presionó contra mi palma. —Ya no hay nada ni nadie que pueda separarnos, solo tú —le hice saber.

—Eso no va pasar por mi cuenta. —Negó con la cabeza. —Nunca más.

—Lo sé. —Le sonreí y me acercó a el para besarme.

Pude sentir como todos los alumnos bailando a nuestro alrededor desaparecían. Se esfumaban como si fuesen humo. Solo quedábamos nosotros bailando, moviéndonos suavemente uno junto al otro. Cerré los ojos, queriendo no ver nada y solo sentir la sensación de tenerlo tan cerca de mi. Su manos me sostenían por la cintura, sus pulgares hacían pequeños círculos sobre la espalda descubierta de mi vestido y sentía como transmitía calor a todo mi cuerpo. Ya no me dolían los pies y sabía que era solo porque no estaba pensando en ello.

Abrí mis ojos lentamente y pude ver a Iris bailando con Renzo, ella se reía de algo que el susurraba en su oído. Mas lejos de nosotros, Irina y Bastian se movían de un lado al otro, el tomó una de sus manos y le hizo dar una vuelta, inflando un poco su largo vestido. Tiró de su mano y la acercó a el para besarla mientras ella lo abrazaba, ambos sonrientes.

Sonreí para mis adentros, pero estoy segura de que mi rostro no pudo evitar seguir la idea. Estaba feliz de que por fin todo estaba bien, ya no había preocupaciones. No había problemas, no había secretos ni mentiras. Todos estábamos de alguna manera tan enamorados que veíamos la vida de colores. Y por primera vez, tenía la certeza de que no había nada que no supiera de Nathan. Desde que lo conocí, siempre supe que algo me ocultaba, pero nunca tuve la capacidad de indagar más allá de lo que veía. Simplemente quería convencerme de que no había nada que no supiera.

Pero ahora, era todo tan distinto. Nathan era el que yo conocí y esta vez sabía que no había nada detrás, el me lo demostraba día a día. El era romántico, comprensible y más atento de lo que recordaba, pero sobre todo, ahora también era sincero.

Había podido dejar el pasado atrás y fue una de las cosas que más me costó. Perdonar es muy difícil cuando tu corazón está roto, cuando aún te duele lo que te hicieron. Recuerdas esas noches llorando y te lastima el saber lo roto que te dejaron.

¿Pero que tan importante es perdonar? ¿Que habría pasado si yo no lo perdonaba? Probablemente, aun estaría odiándolo, llorando por lamentarme haber creído en el, generando un odio interno que me estaría carcomiendo día a día.

Controversia (Trilogía completa)Where stories live. Discover now