Cap.31 "Con gusto, señor Clarke".

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Silencio, silencio.

Oh que bien le hacía a mis oídos, pero estaba segura de que todos oían mi corazón casi a punto de salirse de mi pecho.

Mi vista se dirigió a Renata, quien me daba una mirada que le daba entender que estaba asustada y un poco preocupada por los siguientes hechos.

No podía creer que ella estuviese tan tranquila, siendo que la última vez fue la primera que atacaron, y no dudo que esta vez vaya a ser igual. Sabían que era la más pequeña y la que mas teníamos que cuidar.

Entonces me sentí un poco estúpida porque ella tenía doce años y parecía completamente indiferente a la situación. Yo por otro lado, quería salir corriendo como una nena de ocho.

Pero entonces recordé que ella tenía poderes y ha vivido así toda su vida. Yo acababa de conocer todo este mundo y aún tenía que acostumbrarme.

Por Dios, hasta hace algunos meses ni siquiera podía hacer treinta abdominales seguidos. Ténganme paciencia aquí.

Ella afiló sus ojos en mi y una paz tranquilizante me recorrió el cuerpo, no me sentía más aterrada, ahora estaba sintiendo una relajación interna.

—Gracias —articulé con mis labios sin hacer ruido a ella, que había logrado con su magia que me sintiera un poco menos nerviosa.

Me dio una sonrisa amable y volvió a ver hacia adelante.

—¿Estás seguro que dijo que te vería aquí? —preguntó Cato mirando hacia todos lados.

Parecíamos nueve idiotas parados en medio de una ruta vacía, apenas pasaban autos cada algunos minutos y me estaban poniendo más nerviosa.

—Si, estoy seguro —le espetó Noel—, por tercera vez —revoleó los ojos cruzándose de brazos y su hermano lo miró mal.

Un rugido salió de algún lado y todos dirigimos nuestras miradas hacia el, sentado en el suelo.

—¿Qué? No desayuné —Augusto se tomó el estómago mientras se levantaba.

—¿Como puedes tener hambre en un momento así? —preguntó Elias. El se encogió de hombros.

—El siempre tiene hambre —Ulises se rio un poco.

Agradecí que intentaran hacer chistes. No sabía si era para tranquilizarme a mi o para tranquilizarse ellos mismos, pero estaba funcionando.

—Es escalofriante estar tan cerca del cementerio —Irina se movió ante un lo que pareció ser un escalofrío que recorrió su cuerpo. Agradecí no ser la única que notó el cementerio a unos cuantos kilómetros de nosotros.

—Hace casi diez minutos esperamos aquí —se movió Cato impaciente mientras miraba su reloj.

—Quizá está...

Un grito salió de mi garganta al segundo que mi vista parecía estar desde el cielo.

Una chica, doblada sobre sus rodillas, se tomaba la garganta con fuerza. Parecía sufrir un dolor fuerte ya que sus ojos parecían derramar lágrimas aunque los estuviese apretando con fuerza.

—¡No! —grité.

Alguien tomó mi brazo pero aún estaba sumida en mis pensamientos, en mi visión.

Frente a la chica, Reynaldo cruzaba sus brazos con decisión. Jaden parado a su lado, con los brazos en los bolsillos. Luca tenía una sonrisa escalofriante, de esa que recordaba en el bosque. Evelina tenía su ojos enfocados en la chica, haciéndole sentir un dolor indeseable.

Controversia (Trilogía completa)Onde as histórias ganham vida. Descobre agora