Cap.38 "¿Crees que tenga magia?".

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Tal como Nathan dijo, a la hora salimos rumbo hacia Greenwood. Él le pidió prestado su auto a Irina, le explicó todo lo que habíamos encontrado y ella accedió al instante a dejarnos su móvil. Emprendimos camino al instante y noté que la carretera estaba tan vacía cómo la recordaba. Podía sentir el viento fuera del auto en movimiento, veía las nubes tapando el sol y algún que otro auto que pasaba.

—Que horror volver allí —dije tirando la cabeza hacia atrás y lo observé unos segundos.

—Dímelo a mi —susurró un poco, carraspeando su garganta y moviendo sus dedos sobre el volante. No quitó su mirada del frente y me enderecé en mi lugar.

—Lo siento, no debí arrastrarte a esto —me disculpé y esta vez si me miró por un mínimo segundo para volver a la carretera. Subió un poco las comisuras de su boca en una pequeña sonrisa.

—Alison, no iba a dejarte venir sola. Ni aunque no quisieras que viniera —agregó y tomó mi mano para dejar un beso en el dorso. Le sonreí y asentí con la cabeza.

—¿Alguna vez has ido a ese lugar? —pregunté y frunció un poco el ceño, creyendo que le hablaba de Greenwood tal vez—. Me refiero al anticuario Mary Rose.

—No —respondió al instante y negó con la cabeza—, no tenía idea que existía. Pero si conozco a una mujer llamada Mary Rose.

Me giré en mi asiento y lo observé intrigada. Me lamí los labios, esperando que quisiera contármelo. Así que después de unos segundos, se lo pedí.

—¿Quién es? —pregunté atenta.

—Quién era —corrigió mirándome con una mirada suspicaz—. Era una bruja, se escapó del orfanato antes de la quema así que fue la única que sobrevivió. Fingió que era una prisionera de las brujas para que todos creyeran que era un humano.

—¿Nadie supo jamás que era una bruja? —pregunté, sumergida en la historia y negó con la cabeza.

—No. Los que sabíamos de la magia y del orfanato, mantuvimos en secreto que era una bruja y fue como la dejaron vivir en paz —respondió.

—¿Y cómo murió? —interrogué y él soltó un suspiro.

—No murió, la asesinaron —habló haciendo una mueca de molestia y abrí los ojos algo sorprendida.

Se quedó en silencio y no supe si no quería hablar más del tema o estaba buscando palabras para hablar. Pero por las dudas, no lo pregunté. Soltó un suspiro y carraspeó la garganta.

—Tuvo problemas personales con unos lobos hace muchos años y bueno, en el pueblo creen que falleció de un paro cardiaco, pero no fue así —continuó y asentí con la cabeza.

—¿Crees que sea dueña del anticuario? —le pregunté y se encogió de hombros, apretando los labios en una línea recta.

—Es mucha coincidencia que en Greenwood halla dos personas llamadas Mary Rose que sepan de magia, ¿no te parece? —interrogó mirándome por un segundo y procesé su pregunta.

—Cierto —asentí con la cabeza—, pero no sabemos si el anticuario al que vamos saben que la magia existe. Este libro salió de allí pero puede ser porque es bastante antiguo —agregué moviéndolo en mis manos y esta vez fue él quién asintió con la cabeza.

—Si, puede ser. Lo sabremos al llegar allí.

Me desplomé en mi asiento y solté un suspiro. Luego de cinco minutos más, el cartel de bienvenidos a Greenwood apareció sobre nosotros. Un nudo se formó en mi estomago pero intenté ignorarlo. También noté como Nathan se tensó al observarlo y continuó conduciendo.

Controversia (Trilogía completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora