Controversia (Trilogía completa)

Cap.23 "Pasó a mejor vida".

**

Jueves. Al fin bendito día tan esperado.

Me quité la toalla del cabello y le deje caer al suelo. Me cepillé el pelo mojado mientras tarareaba Maps de Maroon Five sonando en mi celular. El timbre sonó y pausé la música. Podía oír la lluvia de la ducha donde había entrado mi hermano y rezongué, sabiendo que tendría que abrir yo la puerta.

"Ya está aquí. Llama en dos minutos." Envié con una velocidad que me sorprendió.

Bajé las escaleras rápidamente y esperé que no fuese nadie que me hiciera perder el tiempo, porque iba con un itinerario apretado y no podía llegar tarde a verme con Irina. Si Nathan se escapaba de su vista, nuestro plan fallaba.

Pero cuando abrí la puerta, pude darme cuenta que no éramos las únicas que ejecutarían su plan. Y sabía que Tadeo no se negaría.

—¿Que haces aquí? —pregunté fingiendo estar confundida, aunque en realidad sabia que esto podía pasar.

No podía olvidarme bajo ninguna circunstancia, que ellos no sabían que yo sabia lo que escuché hoy en el salón de la escuela.

—Yo... —Se rascó la nuca. —Quería saber si irías a tomar un café. —Mentira, solo quieres que no vaya detrás de Nathan. Fruncí mi ceño a el, esperando que pensara que hablaba de una cita. —Como amigos, claro —aclaró.

Tenía que admitirlo, se veía bien. Su cabello se veía perfecto y su colonia me decía que esperaba convencerme de irme con el.

—Am, me encantaría, pero Irina está esperándome en casa de Bernarda. —Obvio que lo estaba, con binoculares y navajas de bolsillo en la mochila.

—Estoy seguro que no se molestará si llegas un poco tarde. Solo será un rato. —Claro, lo suficiente para que Clarke se nos escape.

Pero ambas teníamos un plan.

—Yo.... —Mi celular sonó y sonreí internamente. —¿Hola? —contesté como si me sorprendiera la llamada.

—Dime que ya estas en camino. —Oí la voz de Irina fingir que estaba desesperada.

—No Cato, lo siento. —Tadeo torció los labios, dándose cuenta que su plan podía fallar. —Salgo ya mismo, en veinte minutos estoy allí. —Corté. —Lo siento, tengo que salir ya. Mi hermano entra a trabajar en un rato y Cato no puede venir a hacer guardia hoy. Noel tiene dolores de estómago y Nathan... mm, no se porque no lo hayan mandado a cuidarme esta noche. —Claro que lo sabía. Se tensó ante la respuesta que había pensado todo el día, pero el sabía exactamente donde Nathan iba a estar. —Pero puedes acompañarme hasta la casa de Bernarda, digo, podemos charlar en el camino. —Sonreí, esperando que se tragara mi excusa.

—Está bien —respondió no muy convencido. Le sonreí y salí corriendo para tomar mi mochila, donde ya tenía ropa para dormir y la famosa daga que me acompañaba a todos lados. Le avisé a mi hermano que Tadeo me acompañaría el camino, ya que el planeaba llevarme para que no anduviese sola en la calle y contestó que le avisara al llegar.

—Vamos. —Cerré la puerta detrás de mi.

Comenzamos a caminar y noté que el tecleaba algo en su teléfono. Estaba cien por ciento segura que estaba avisándole a Nathan que su plan estaba frustrado, que debía salir ahora mismo porque de lo contrario, yo estaría allí.