Cap.49 "Estudiando el amor".

3.3K 602 89
                                    

**

Cerré la caja registradora luego de dejar dinero allí y me senté en la banca. No demasiada gente venía a la cafetería luego de las once y media, ya que todos desayunaban temprano pero alguno que otro pasaba a comprar pan para el almuerzo.

¿Recuerdan que era imposible levantarme temprano? Bueno, hacía dos meses que lo lograba sin ningún problema y no sabía si era porque me gustaba mi trabajo o porque podía comer gratis, pero me había acostumbrado.

La puerta se abrió y vi a Nathan entrar, sonreí cuando lo vi. Caminó hasta mi y se sentó en la barra que nos separaba.

—Buenos días señor. —Le sonreí coqueta y el se quitó los lentes. —¿Que le sirvo? —pregunté apoyando mis brazos en la barra.

—Un beso, por favor. —Sonrió y lo besé. Serví un café negro, que era lo que solía tomar cuando pasaba a buscarme antes de terminar mi turno.

—¿Como te fue hoy? —pregunté tomando una taza limpia para servir.

—Bastante tranquilo. —Se encogió de hombros. —A los niñas no les gusta hacer ejercicio pero a los chicos les das un balón y se entretienen las dos horas. —Me reí mientras dejaba la taza frente a el.

—Bueno, intenta buscar algo que les llame la atención. Que no sea saltar la soga —dije y se rio—. Odiaba que el entrenador nos hiciera hacer eso. —Negué, recordando las largas horas bajo el sol en clase de gimnasia. Rodeé la barra para tomar una taza y un plato que una señora había dejado luego de irse.

—Dos de ellas sugirieron defensa personal, lo que me pareció genial pero tengo que consultarlo con el director. —Asentí con la cabeza escuchándolo, mientras limpiaba la vajilla.

A Nathan lo habían recomendado para dar clases de gimnasia en una escuela cerca de la cafetería donde yo trabajaba y era genial poder tenerlo cerca. Además ambos hacíamos turnos por la mañana, lo que nos dejaba la tarde libre para que yo pudiese estudiar y el pasar un poco de tiempo con sus padres. Aunque solían incluirme todo el tiempo, necesitaba mi tiempo con los libros si quería que me fuese bien. La psicología no era cosa sencilla, pero me agradaba y mucho. Lo único que no me agradaba tanto era cursar de noche, pero lo bueno es que eran pocas horas y Nathan estaba disponible para irme a buscar.

La puerta se abrió, haciendo que la campanilla sonara y levanté mi vista para verla entrando con su bolso en la mano y su celular en la otra.

—Hola Lily —la saludé, quitándome el delantal y nos sonrió.

—Hola Ali, hola Nathan. —El levantó la mano sonriendo mientras tomaba su café y ella casi tropezó entrando detrás de la barra. —¿Como se portó Jason hoy? —preguntó ella con un poco de pánico.

—Ha metido tres goles pero sigue peleándose con una de las niñas. —Me reí pero Lily revoleo los ojos, dejando su bolso debajo de la barra y tomando su delantal para ponérselo en la cintura.

—Dios, le he dicho que si le gusta deje de molestarla. —Nathan se rió. —Esas son las ideas estúpidas que su padre le mete en la cabeza. —Negó y volvió a abrir los ojos. —¿Si fue a buscarlo luego de gimnasia, no?

—Si, tranquila. Estaba en la puerta cuando todos salimos. —Ella se tomó el pecho como si se hubiese aliviado y froté su brazo.

Lily era mi compañera de trabajo, pero ambas hacíamos distintos turnos así que no nos cruzábamos casi nunca, excepto los sábados que ella hacia doble turno y desayunábamos juntas mientras servíamos. Su hijo Jason era alumno de Nathan y como su novio era un poco distraído, siempre tenía que estar preguntando a todos por su hijo. Ella tenía solo dos años mas que yo pero aún así se veía un poco mayor. El estrés de un hijo, decía ella, pero lo amaba a pesar de todo.

Controversia (Trilogía completa)Where stories live. Discover now