Cap.47 "Nos salvaste".

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Me quedé allí, en silencio, observándolos a todos. Cato estaba tirado en el suelo, como si estuviese descansando. Tessa estaba a su lado, sentada contra la pared, mirándome con una sonrisa. Noel parecía recostado en el sofá pero se levantó al verme despertar. Augusto estaba tirado en el suelo, dormido o quizá desmayado aún.

—¿Qué está pasando? —pregunté sin entender nada.

Nathan tomó mi rostro y besó mis labios desesperadamente, sin responder absolutamente nada. Irina se rio, soltando unas cuantas lágrimas que parecían de felicidad. Allí en su beso, pude cerrar los ojos y simplemente disfrutarlo. A pesar de que no entendiera dónde estaba o como era que él estaba allí, notaba que era real. Podía sentirlo. Y el saber que él estaba allí conmigo, era lo único que quería.

—Lo hiciste. Nos salvaste. A todos —me hizo saber mi hermana para darme un abrazo cuando Nathan me soltó solo un poco.

—¿Qué? Pero si acabo de verme aquí, totalmente sola sin todos ustedes —expliqué queriendo llorar, recordando lo horribles que se sintieron esos veinte minutos.

—Llevas dos horas desmayada. Probablemente solo fue tu cabeza imaginando que no lo lograste —me explicó Nathan, colocando mi cabello detrás de mi oreja al mismo tiempo que mi hermana me ayudaba a sentarme.

—Pero entonces... Si lo hice... ¿Dónde está...

—¿Ya despertó? —preguntó una voz que extrañaba como los mil demonios.

Observé hacia la cocina y noté que Elías corría hacia mi. O al menos, lo intentaba, porque Ulises y Renata sostenían sus brazos. Apenas lo vi, una sonrisa se formó en mi rostro. Era totalmente real y de carne y hueso. Se veía igual que en mi imaginación, pero supe que está vez si estaba allí. Lo supe apenas lo vi. Incluso por la forma en la que sus hermanos sostenían sus brazos.

Él logró zafarse del agarre de ambos y corrió hacia mi. Me levanté sacando fuerzas de donde no tenía y ni siquiera noté lo adolorido que estaba mi cuerpo, pero necesitaba su abrazo.

—¡Espera! —oí de Noel.

—¡No, no, no! —comenzó Cato—. Qué ambos están...

Tarde. Ya nos habíamos abrazado, pero al mismo tiempo que lo hicimos, nos caímos al suelo. Fue allí que noté que mi pie dolía y no me dejaba caminar. Y por el rostro de Elías, noté que algo le dolió porque se quejó.

—Débiles —terminó Tessa la oración.

—Mierda —gemí cuando mi cuerpo se estrelló contra el suelo, aún abrazada a Elías.

—Nosotros aún no podemos levantarnos —me hizo saber Cato desde allí y Tessa asintió con la cabeza. Noté que Renata se sentó junto al cuerpo de Augusto y acarició su cabello.

—No puede ser que estés aquí. De verdad —le dije sorprendida de tenerlo finalmente frente a mi.

—Tú lo hiciste. Todos ustedes lo hicieron —se corrigió observando a todos a su alrededor—. Les debo la vida por arriesgarse a lo que hicieron por mi —habló sintiendo la voz quebrada y casi comenzó a llorar. Aún no me acostumbraba a oír su voz después de tanto tiempo.

—Sabes que eres un Clarke y damos todo lo necesario por un hermano —le hizo saber Ulises, arrodillándose a su lado.

Elías le sonrió y sentí a Nathan tirar de mi brazo para tirarme sobre sus piernas y abrazarme, totalmente feliz. Subí la cabeza y le sonreí feliz.

—Chicos, Augusto está despertando —habló Renata, moviéndose en su lugar.

Elías fue el primero en acercarse allí y junto con Reni, lo ayudaron a sentarse de a poco. Balbuceó algo inentendible y luego abrió un poco los ojos.

Controversia (Trilogía completa)Where stories live. Discover now