Controversia (Trilogía completa)

Cap.12 "Una guerra comenzó".

La lluvia caía sobre nosotros, molesta y fría. Los árboles del bosque hacían que todo a nuestro alrededor pareciera aún más oscuro de lo que era y no estaba seguro de si aún eran las tres de la mañana como recordaba. Noel estaba tirado en el suelo junto al cuerpo de Augusto, ambos desmayados. Irina lloraba moviendo su cuerpo, esperando que reaccionara. Ulises tosía, como si le faltara el aire y se estuviese ahogando con su propia saliva. Cato estaba intentando levantarse para socorrer a alguno de sus hermanos, mientras yo respiraba agitadamente. Recostado sobre la tierra, mirando hacia el cielo nublado que dejaba caer gotas sobre mi cuerpo. Las sentía entrando en mi boca entre abierta, en mi nariz y correr por mis mejillas, mezclándose con mis lágrimas.

¿Cómo fue que llegamos a ese punto? Pues la noche comenzó cinco horas antes, a las diez de la noche del siete de junio. Noel, Cato, Irina y yo asistiríamos a la fiesta de fin de año escolar. Pero Augusto y Ulises se nos colaron, diciendo que nadie notaría que tenían doce años. Los dejamos acompañarnos porque merecían una noche divertida a pesar de que no conociera a nadie de la escuela. De todos modos, yo tampoco conocía mucha gente. Pero adiós al segundo año, hola tercero. Fiesta de fin de año, aquí vamos.

Llegamos a la casa del popular Mike a las diez y un poco más de la noche. Debíamos venir a las ocho, pero no íbamos a ser los primeros en llegar, ni en chiste. Así que para ese momento, la casa ya estaba atestada de gente, música y por supuesto, alcohol y drogas. Noel había hablado un par de veces con Mike porque compartían una clase y le había contado que su madre era azafata y por eso nunca estaba, y que su padre tenía concesionarias de autos en todo el país. Noel dijo que entendía que tuviese tanto dinero pero yo creía que él mismo traficaba la droga que su hijo consumía.

Cuando se hicieron las doce y media, quizá casi la una, todo se descontroló. Los Clarke éramos todos muy distintos cuando se trataba de alcohol, y esa noche lo pude descubrir.

Noel estaba ebrio tirado en suelo, charlando con la chica que lo había invitado y la otra, la cual yo había rechazado. Así que supuse que Noel sería ese chico que se iría a la cama con la primera que encontrara.

Irina se reía de todo mientras bailaba con una chica que no conocía, la cual también se reía mientras saltaba en su lugar. Allí entendí que mi hermana era la risa descontrolada.

Cato no paraba de hablarme de cosas sin sentido, a pesar de que yo no lo estaba escuchando y le había dicho de frente, "Cato, no me interesa lo que me estás diciendo, ya deja de hablarme", él seguía haciéndolo. Así que él era el charlatán.

Augusto y Ulises habían desaparecido de nuestra vista y ni siquiera nos preocupamos por perderlos. Lo cual seguro no fue lo más prudente de nuestra parte, porque ellos no habían tomado nunca alcohol, así que sería un desastre si se embriagaban.

Yo, a diferencia de todos ellos, bebía en mi lugar totalmente ebrio. Sentado en un sillón, sin hablar con nadie, tomando todo lo que Irina me traía de la barra. Cada dos minutos, venía a preguntarme qué quería que me trajera. No entendí por qué estaba haciendo de mi mesera personal, hasta que noté que el chico que servía los tragos en la barra de la cocina era castaño claro de ojos verdes y lo entendí.

—Tráeme cualquier cosa —le dije negando con la cabeza.

—Un vodka será —respondió riéndose y arrastrando a la chica con la que bailaba hacia la cocina. La miré con duda y me pregunté si podía hacer algo estúpido. Luego recordé que Irina hacía cosas estúpidas todo el tiempo, así que estaría bien.

Cuando la vi medio coquetear con el chico, mis sospechas fueron confirmadas. Volví mi vista hacia mi vaso y bebí lo que quedaba. Cato seguía hablando de una anécdota de su abuelo y su padre en la que lo llevaron a un partido de baseball y la pelota le dio en la frente. Noel acariciaba la mejilla de esa chica, sentada a su lado mientras él miraba el techo de la casa como lo mejor del mundo.