Controversia (Trilogía completa)

Capitulo Extra

AUTORA: CAPITULO EXTRA! SORPRESA!

**Irina Clarke**

Subí las escaleras mientras terminaba la paleta de dulce que Jade me había regalado por hacer su tarea de matemáticas cuando me detuve en seco en la puerta de mi habitación.

—¿Que hacen aquí? —pregunté cuando vi cinco gorilas en mi habitación—. ¿Donde está Tessa? —miré a mi alrededor, pensando que quizá me había metido en la cueva de Augusto y Ulises, o como yo les decía, tonto y re tonto.

—Se llevó a Renata y Jade por un helado —contestó Noel recostado sobre mi cama.

Fruncí mi ceño. ¿Y no me invitaban?

—De hecho, le pedimos que te dejaran aquí —intervino Ulises.

—¿Que? ¿Por qué? —pregunté ya molesta. Nadie se mete con mi amor por lo dulce.

—Tenemos que hablar contigo —Cato dijo en ese tono militar que solía molestarme. Suspiré sonoramente.

—Y temieron que pudiese revolear el sofá. Entiendo —me apoyé contra el marco de la puerta.

Eso explica porque Elias abandonó nuestra partida de naipes y se fue a visitar a Alison. Tenía que dejarme aquí con estos.

Noel y Cato estaban sentados sobre mi cama mientras que Nathan estaba en la de Tessa, mirando a sus hermanos como si el fuese el único que tampoco sabía de que hablaban. Tonto y re tonto estaban sentados en el suelo como una fogata, mirando el suelo.

—De hecho, temíamos que Nathan pudiese revolearlo —mi ceño se frunció. Le di una mirada y lo vi aun confundido como un idiota, porque el tampoco sabía que hacía allí.

—Solo díganme que esta pasando —moví mis manos exasperándome.

—Estamos pensando que debemos decirle la verdad a Alison —mis ojos y boca se abrieron.

—¡No! —grité pero oí una voz masculina al mismo tiempo que la mía. Nathan se levantó de la cama y abrió los ojos como si estuviese escuchando una locura.

—Nunca debimos aceptar hacerle esto —Noel espetó molesto mirando a Nathan—. Irina tiene ideas locas pero tú eres una persona cuerda como para seguirla —Nathan se cruzó de brazos y entrecerró los ojos en el.

—No podemos decirle la verdad. No aún —expliqué ignorando que me acababan de decir loca. Estaba apelando a su lado bueno, esperando que tengan compasión de mi.

—No está bien lo que están haciendo —Ulises nos señaló y cambió si mirada de mi hermano a mi repetidas veces.

Le di un vistazo a Nathan y me miró cuando sintió mis ojos en el.

Su rostro estaba serio, su ceño un poco fruncido. Sus ojos eran difíciles de entender, como desde que lo conocía, pero siempre tenían una chispa de algo. Y esta vez, era miedo.

Al igual que la mía.

—Esta semana es su cumpleaños, no podemos hacerle esto ahora —me excusé y sabía que ellos se darían cuenta.

—Excusas. Por el contrario, es un muy buen regalo de cumpleaños —Cato sonrió sarcástico y lo fulminé con la mirada.

—No, no lo es. Va a odiarme. Yo fui quien se lo estuvo ocultando desde que la conocimos. Y ustedes mintieron por mi culpa. Va a odiarme —reproché sabiendo que me veía como una niña a la que no llevaban al parque de diversiones por haberse portado mal.

—Tranquilízate Ina —Augusto se levantó y me dio un abrazo, viendo que ya me estaba hiperventilando. Todos allí sabían que luego de eso venía el llanto descontrolado.