Cap.9 "¡Arriba los pumas!".

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Secundaria según todo el mundo: Nivel educativo posterior al primario y anterior al universitario que tiene por misión preparar al estudiante para su futuro profesional.

Secundaria según los adolescentes: Una mierda.

Allí estábamos los cuatro, uno junto al otro entrando por la puerta. Ya éramos parte del instituto Carleton College, ya no de la primaria. Porque allí comenzábamos la secundaria.

Esa hermosa y horrible etapa dónde todos los alumnos podrían jugar a ser Dios, podrían catalogarnos por la ropa que usamos, la música que escuchamos o incluso por con quién nos sentábamos en la cafetería en el horario del almuerzo.

La secundaria podía definirte si te dejabas moldear por el resto, si te dejabas manejar y terminar siendo lo que ellos dicen. Lo que los típicos rumores pueden decir de ti. O puedes definirte tú mismo, ignorando por completo todos los comentarios que gente que no te conoce pueda decir.

Es esa maldita alarma que te saca de tu cama caliente un invierno a las siete de la mañana. Es esa horrible sensación de estar solo a pesar de estar rodeado de gente. Esas ganas de querer gritar y que todos te escuchen a pesar de que no sabes que decir. Esa impotencia porque un número defina cuan inteligente eres y sentir que no eres suficiente.

En fin, secundaria, aquí vamos...

¿Por dónde empezar? Por los niños ricos. Solían ser los jugadores de fútbol americano que usualmente reprobaban matemática y comían como gorilas en la cafetería. Conocidos por molestar a los que llevan libros, solo mostrar que son más fuertes en sus músculos que en su cabeza. Pero si todos los quieren, es porque ellos son los únicos que pueden dar las mejores fiestas, porque seguro los papis están de viaje y prácticamente viven solos. Ah y no lo olviden, les debe medir más de veinte centímetros, a pesar de que nadie ha confirmado eso, solo ellos.

Las niñas ricas, eran la misma versión que los chicos, solo que con pompones que necesitaran mover en sus manos, porque seguro imaginaban que allí había otra cosa. Con sus rostros maquillados que apostaba se empezaban a preparar desde las seis de la mañana y sus uniformes perfectamente planchados. Sonrisas falsas y secretos entre ellas. Y si querían que te unieras, corre de allí, porque todo es falso, todo es planeado para dejarte en ridículo. ¿Por qué? Simplemente para mostrarte que tienen el poder de hacerlo, y si quieren, lo harán.

Por otro lado estaba la gente agradable, la que te saluda y pretenden ser tu amigo para que votes por ellos como presidente de la clase. O que en realidad, fingen serlo, para que cuando tengan un chisme tuyo, puedan apuñalarte por la espalda y utilizar eso en tu contra.

No se confundan, no todos eran de esos. Había gente agradable de verdad, pero no solías toparte con ellos. ¿Por qué? Pues porque estaban muy ocupados pasando desapercibidos, intentando no meterse en problemas o llamar la atención de la gente popular, porque ellos, eran el blanco preferido de los niños de dinero.

Y entonces por último, estábamos nosotros, entrando por el pasillo. Las chicas y chicos con sus libros en la mano porque ahora tendríamos casilleros y sus miradas de un lado hacia otro. Primer día, primera impresión. No creí que destacáramos, porque éramos exactamente los mismos que hacía dos meses atrás antes de las vacaciones y muchos de nuestros compañeros de primaria, estaban allí.

Irina llamaba mucho la atención de todos, porque era bonita y su cabello era largo. Los chicos la miraban de una forma llamativa, y las chicas por supuesto con una pizca de celos. Cato parecía más grande de lo que era y él ya llevaba un año en la secundaría, así que quizá ya tenía amigos. Noel era una persona muy sociable y podría hacer conocidos muy fácilmente. Y por último estaba yo, que no me interesaba en hablar con absolutamente nadie, solo quería poder sentarme en la cafetería a comer y leer sin que nadie me molestara.

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