Controversia (Trilogía completa)

Capítulo especial: Augusto y Renata

Parpadeé un par de veces, queriendo cerciorarme de que en realidad eso estaba pasando. De que en realidad eso iba a pasar esa noche. De que por fin íbamos a poder dar un paso más. De que ya no seríamos los hermanos que todos creían que éramos.

"Tengo tantas ganas de verte. Espero volver a besarte pronto, y esta vez, será apenas baje del avión frente a todos".

Mis dedos no se movieron para responder nada, aún estaba procesando lo que acababa de escribirme. Sentí que alguno de mis hermanos mayores me observaba y di un pequeño vistazo. Cato y Noel estaban muy concentrados en la película que pronto estaba por terminar, la cual no había tenido mi atención para nada. Y Nathan no podía quitar su mirada de Alison a su lado, así que solo era mi paranoia.

"Gusto, ¿estás seguro de que es buena idea? Tal vez no debimos hacer esto".

Me mordí una de las uñas mientras que mi pie se movía impaciente. Estaba nerviosa y ansiosa a la vez, porque quería verlo pero a la vez no quería que llegara nunca el segundo en el que atravesara esa puerta.

Irina me había dicho muchas veces que así era la adolescencia. Que ella había sufrido esa ansiedad y nervios muchas veces cuando yo solo era una niña. Pero que no había nada que pudiese hacer para que se fuera, solo podía mantenerme en calma y aceptar que eran cosas que sucedían en esa etapa de la vida.

Pero que esos nervios me los causara Augusto. Mi hermano y mejor amigo desde que tengo memoria... Lo hacía tan extraño para mi. Yo sabía que también lo era para él, pero lo disimulaba bastante. Porque yo le gustaba y mucho, como tanto me decía. Pero no estaba muy segura de poder acostumbrarme a eso.

A qué nos besáramos en público. A que la gente nos viera como pareja y no como hermanos. ¿Que dirían el resto de los Clarke? ¿Que diría mi abuela?

No puedo hacer esto.

—Ya son las seis —comentó Cato levantándose del sofá y subí mi mirada para verlo. Ni siquiera noté en qué momento había terminado la película y cuando fue que muchos de mis hermanos ya no estaban en la sala. —Voy al aeropuerto a buscar a los chicos —avisó mientras tomaba sus llaves cerca de la puerta.

Abrí la boca para decir algo, pero nada salió de ella. Por el contrario, la de Tessa si resonó por toda la sala.

—¿Puedo ir contigo? Por favor, por favor —suplicó con una mueca. Cato le sonrió y accedió, porque por supuesto sabía que quería ver primero que nadie a Ulises.

—Claro que si, vamos —accedió y ella se levantó para correr hacia la puerta.

Apreté mis labios, preguntándome porqué todavía no había dicho nada. ¿Por qué no los sigues? ¿Por qué no pides ir?

Y cuando la puerta se cerró supe que era demasiado tarde. Había perdido la oportunidad de que Augusto volviera a besarme. La oportunidad de demostrarle que  aunque me aterraba lo que estaba sucediendo con nosotros, yo lo quería. Me gustaba y lo quería. Dos combinaciones que rara vez suelen estar en la misma persona. Pero él tenía ambas.

Él era más alto que yo. Portaba esos ojos verdes que solían hacerme perder cada vez que lo miraba y el cabello castaño, a veces peinando hacia arriba o hacia abajo sobre la frente, el cual me encantaba que se despeinara. Su sonrisa fue lo primero que me hizo darme cuenta que tenía sentimientos amorosos por él, fue su sonrisa quién comenzó todo este embrollo. Y sabía que cuando la volviera a ver, causaría aún más en mi.