Cap.19 "Bienvenida a la tierra de lava, cariño."

6.6K 987 69
                                    

**

Las gotas de sudor que brotaban de mi frente, caían por nariz, haciendo que me desconcentrara del ejercicio.

—Alison... —oí su voz en tono de advertencia, pero lo ignoré por completo.

Seguí manteniendo la fuerza en mis brazos y piernas, mi abdomen pronto se acalambraría. Intenté concentrar mi mente en otra cosa para no pensar en el dolor y el cansancio. Miré a mi lado y estaba Irina, manteniendo su peso en la misma plancha que yo. A su lado, Augusto y Ulises no parecían tener problemas para mantener la posición que portábamos.

—Alison —otra vez, su voz resonó en mis oídos. Y otra vez, la volví a ignorar.

Hacia mi otro costado, Nathan me miraba sonriente, como si pudiese charlar horas e incuso tomar un café en esta posición, yo intentaba que no notara que estaba a punto de desmayarme. Noel a su lado, solo miraba un punto fijo en el suelo, como si estuviese haciendo algo que no le costara pero sabía que tenía que hacerlo igual. Volví mi vista al suelo, esperando que el tiempo pasara mas rápido de lo que en realidad transcurría.

—Alison, ya pasaron treinta segundos —Cato, por tercera vez, me llamó haciéndome saber que podía relajar mi cuerpo en el suelo.

Era mi primer día de entrenamiento, y todos eran demasiado buenos conmigo. Cato me daba ejercicios mas fáciles que al resto, y mas cortos de tiempo. Aunque lo agradecía, pero yo podía con esto. Tenía que poder.

Negué con la cabeza en un intento de que supiera que podía aguantar más. Que yo también podía hacer un minuto de este ejercicio como el resto.

—Yo puedo —susurré en un hilo de voz, que ni yo había podido oír. Mis brazos temblaban de la fuerza que estaban haciendo, y vi más gotas de sudor caer en el césped del patio trasero de la casa de Bernarda. Sentí una presión en mi espalda, empujarme hacia el suelo y caí rendida, relajando mis músculos. Luego de poner mi cabeza de costado, entendí que era el pie de Cato lo que había generado eso.

—Solo vas a acalambrarte y eso será peor. Empieza despacio —me dijo el mientras respiraba pesadamente, intentando regular mi respiración.

Mi cuerpo se sentía tan cansado, pero yo quería demostrar que podía ser fuerte como ellos. Aunque no tuviese poderes ni nada por el estilo, podía aportar un poco de agilidad y fuerza humana que los entrenamientos me aportaran. Abrí los ojos y Nathan me asintió con la cabeza, para guiñarme un ojo después, dándome a entender que tenía que obedecer a Cato.

Ya había notado que el no hacia todos los ejercicios que nosotros sí, y entendí que el estaba al mando del entrenamientos diario de los Clarke. No sabía si era porque era el mayor, o porque obviamente era el mas fuerte de todos, pero no me opuse.

Por un buen rato me pregunté cuando era que ellos entrenaban, ya que siempre que yo los veía estaban jugando videojuegos, o comiendo o en la escuela. Pero cuando bajé de la moto de Nathan que me había traído desde mi casa, el me explicó que entrenaban una hora por el día antes de la escuela y una hora por la noche antes de cenar. También me contó que los domingos hacían lo que ellos llamaban un entrenamiento extendido, que eran tres malditas horas seguidas. Una para entrenar lo físico: agilidad, fuerza y resistencia. Otra para entrenar sus poderes, practicar entre ellos, intentar manipular mas cosas, extender el rango de ellos. Y la ultima de completa elongación. Mi cara se había horrorizado por completo al oír esa palabra. No me veía para nada haciendo ese tipo de actividad un domingo por la mañana.

Pero allí estaba yo. Sudando mientras el césped se pegaba a mi cara, e intentaba levantarme cuando Cato dio la orden de que ya había pasado un minuto y todos se relajaban en el suelo. Por supuesto nadie cayó como una bolsa de papas como yo lo hice, pero a esta altura me importaba poco y nada hacer el ridículo con los Clarke. Ellos ya me conocían bien, y sabían que no tenía demasiado rendimiento físico.

Controversia (Trilogía completa)जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें