Cap.12 "Si tienes que hacerle daño a alguien, es a mi".

731 138 6
                                    

No estuvimos ni siquiera diez minutos en nuestro presente. Volvimos a viajar hacia el mismo lugar donde estábamos antes, al final del bosque por dónde Elías se había ido. Una vez allí, tuvimos que preguntarnos varias veces hacia donde ir, porque al parecer, ninguno conocía demasiado esa zona de Hills Town, ya que estábamos alejándonos del pueblo y casi entrando a Greenwood. Pero a pesar de que la hierba nos llegara casi a la cintura, pudimos ver a Elías a varios kilómetros adelante, metiéndose detrás de un paredón escondido de algunos arboles.

—¿Alguien más cree que vamos a volver a ver a Reynaldo? —preguntó Tessa mientras comenzábamos a caminar, esperando que Elías no volteara, pero él iba muy seguro de que nadie lo seguía.

—Si, yo —respondió Noel, moviendo la hierba con una rama que encontró en el suelo, moviéndose igual que Cato.

—¿Alguien más se está reprimiendo las ganas de volver a matarlo cuando lo ve? —preguntó Nathan caminando detrás de mi.

—Si, yo —le dije volteándome a él sin detenerme de caminar. Me dio una sonrisa a boca cerrada, recordando que yo había sido quién lo asesinó en el orfanato de Greenwood hacía ya un buen tiempo.

—Ni se les ocurra acercarse todavía. Solo estamos intentando juntar la mayor información que podamos antes de actuar. Reynaldo y su séquito aún no saben que estamos aquí, lo que es una ventaja —explicó Cato.

Algo vino a mi mente, lo que me hizo fruncir un poco el ceño sin quererlo. Iba a preguntar mi incomodidad en voz alta pero mi hermana tuvo la misma duda y se me adelantó a hablar.

—¿Y qué hacemos si él nos ve? —preguntó ella, acelerando el paso para llegar al lado de su hermano—. Creerá que somos los Clarke del pasado e irá por nosotros. Y tampoco podemos matarlo, porque si lo hacemos, él jamás asesinará a Elías y estaremos cambiando el curso de los hechos.

Asentí con la cabeza, dándole la razón ya que lo había explicado mejor de lo que yo lo habría hecho. Cato se lamió los labios pensando mientras el resto solo caminaba en silencio, sin decir ninguna palabra. 

—Entonces no podrá vernos bajo ninguna circunstancia, porque cualquiera de ambas opciones, cambiaría el curso de los hechos —respondió Cato, encogiéndose de hombros hacia mi hermana para continuar caminando.

De pronto, el lugar se me hacía terriblemente conocido y sentía que ya había estado allí. Fue por eso que fui una de las ultimas en meterme entres los arboles mientras observaba todo a mi alrededor.

—Ali —me llamó Nathan tomando mi mano—, ¿estás bien? —preguntó mientras me veía preocupado, mientras que yo observaba todo.

Pero estábamos en medio de la nada. Con algunos arboles, algún que otro galpón abandonado, mucha hierba y ningún auto pasando por la carretera. ¿Qué posibilidades tenía de yo haber estado allí antes? Entonces un recuerdo fugaz vino a mi mente.

—Te has encerrado solo.

La daga con la que Reynaldo había asesinado a Elías estaba en mis manos y mi cuerpo a horcajadas sobre el cuerpo de Jeremiah que se movía frenético, queriendo que lo dejara ir. Y quizá, después de varios años que volvía a pensar en ellos, si eso sucedía en ese momento, quizá lo habría dejado ir. Ya había sufrido mucho su perdida y me interesaba poco lo que el resto hiciera con su vida. Pero apenas tenía diecisiete años y todo era muy distinto. Habían asesinado a Elías a principio de mes y yo ya había asesinado a cuatro de ellos cuando se cumplió un mes y una semana. Mi cabeza solo podía pensar en su cuerpo sin vida y lo mucho que dolía no tenerlo allí. Pero más que nada, sabía que él no se lo merecía, y por eso quería la venganza.

Controversia (Trilogía completa)Where stories live. Discover now