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(Segunda parte 034)

Me miraba en el espejo, y lo que más resaltaba en mi cara eran las ojeras, mi vientre había crecido y ya podía sentirla moverse. Pero no era feliz, me torturaba cada vez que salía de la casa pensando que había llevado a otra mujer a mi cama.

Cuando dije que iba a dormir en el sofá en realidad no volvimos a compartir una cama para nada y ya habían pasado cuatro meses de ese dia. Cuando el me hablaba lo único que quería era reprocharle que me había engañado, el amor se había ido en el momento que la vi a ella con su ropa puesta.

Muchas veces intentó meterse a mi cama para dormir o para intentar que tengamos sexo, pero termine sacándolo y pidiendo que no me toque, no podía soportar sus manos cerca de mí, y eso no era amor. Ni siquiera es una crisis matrimonial porque para aceptar que es una crisis debes afrontar el hecho que quieres que la relación prospere y yo deseo no tener que volver a verlo.

Esparcido en la cama tengo las cartas que nos mandábamos cuando éramos unos adolescentes tontos, el primer autógrafo que me dio cuando firmó un contrato importante y la foto que nos sacamos con el libreto, las fotos de nuestro casamiento y no puedo evitar llorar.

Lloro con una mezcla de dolor, de odio, de ganas de reclamarle, de gritarle ¿Por qué? Henry fue mi primer beso, mi primer novio, mi primera vez, Henry era mi mejor amigo y nuestros padres se reían diciendo que terminaríamos juntos, fue el que me llevo a mi baile, fue el que mi papá me dijo que dejara de hablar y él intentando que hablemos de madrugada tiró una piedra a mi ventana y rompió el vidrio. Pero fue, hoy es un hombre que rompió mi corazón.

Miles de veces en mi cabeza pasa la idea ¿Y si no hubiese viajado? ¿Si hubiese llegado ese sábado? Pero viajar antes fue lo mejor, me hizo darme cuenta que la persona que tengo al lado no me valoraba.

Dejé las cosas cuando vi la hora, tenía que encontrarme con nuestros abogados para que Henry firme los papeles.

Maneje con cuidado, intenté que mis ojos rojos por las lágrimas no se notaran, pero era imposible.

Tenía la suerte que una amiga mía era mi abogada, hace unas semanas le mandamos los papeles de divorcio, pero Henry no los quiere firmar. Baje del auto y ella me estaba esperando afuera. Me acerque a ella dándole un corto abrazo.

-Escucha va a ser difícil, no quisieron responder mis llamadas, Henry no quiere firmar así que puede que haya alguna pelea o intente discutir solo te pido que no te metas en ese juego. Como amiga ya se tu respuesta, pero como tu abogada necesito hacerla ¿Queres seguir con esto?

Toque mi vientre y respire hondo.

-Es lo que más deseo ahora mismo.

Ella asintió y entramos. El color blanco predominaba en las paredes haciendo que todo se vea grande y el sentimiento de sentirme indefensa surgía en mi interior. No sé si eran las paredes o las circunstancias que estoy atravesando.

Entramos en una de las habitaciones y ahí estaba el. Con una barba de hace unos días, pero con un traje impecable, hacía alrededor de dos semanas que no nos vemos.

Henry tenía los papeles frente a él cuando nos sentamos.

-Amor, no tenemos que hacer esto. ¿Por qué estás separándonos?

Lo mire cuando hablo, y sonreí. No deseaba pelear, ya estaba cansada de eso.

-Señor Cavill mi clienta no desea pelear, solo podría firmar los papeles, por favor.

-Que ella me diga que quiere. Que ella me mire a los ojos y me diga que desea divorciarse de mi. Vamos _______ hacelo.

Lo mire seria, no sabía que había pasado para que las cosas terminen así. Mi amiga ahora abogada agarró mi brazo e hizo que la mire mientras negaba con la cabeza dándome a entender que no caiga en ese juego.

-Estamos esperando una hija, no hagamos esto, por favor. Si vos no me amas yo puedo amarte con la fuerza de los dos, no me abandones.

-Yo no fui la que te abandono, eso lo elegiste vos cuando pusiste a esa chica en mi casa.

- ¿Vamos a seguir discutiendo eso? ¿Cuántas veces más tengo que pedirte perdón?

- ¿Cuánto tiempo estuvieron saliendo? O, mejor dicho, ¿cuántas veces la viste desde que te fuiste de la casa?

El agacho la cabeza sin responder.

-Son cosas distintas.

-Henry si alguna vez me amaste necesito que firmes ese papel.

Este miró a su abogado quien asintió con la cabeza.

- ¿Qué va a pasar con mi hija?

-Es tu hija Henry, vas a estar en todo momento con ella.

-Por favor, perdóname no sabes lo arrepentido que estoy.

-Henry firma los papeles por favor.

El me miro intentando que dé marcha atrás pero no lo iba a hacer. Agarro una lapicera y empezó a firmar al lado de donde estaba la mía. Una lágrima cayo la cual limpie antes de que la vean.

Dejó los papeles y las lágrimas caían de sus ojos.

-Bueno señores ya se encuentran divorciados. - Su abogado comenzó a hablar.

No sé qué dijo después porque salí corriendo y subí a mi auto lo más rápido que pude.

Pude ver a Henry que me llamaba, pero empecé a conducir lo más lejos que pudiera de ese lugar, después llamaría a mi abogada que me de bien los detalles, pero no puedo estar en ese lugar.

Frene cuando mis lágrimas ya no me dejaban ver, no podía evitar sentir culpa, nos había visualizado que llegaríamos a viejos juntos, jamás imaginé que esto pasaría. Pero lo que mas me hacia llorar era el sentimiento de libertad que tenía, de que por fin podría ser feliz nuevamente.

La pequeña Lucy comenzó a moverse en mi vientre la cual acaricié en el lugar donde sentí el movimiento.

-Tranquila con papá te amamos mucho, no preocupes a tu pequeña mente todo va a estar bien, solo que ahora somos las dos contra el mundo mi pequeña Lucy.

-Tranquila con papá te amamos mucho, no preocupes a tu pequeña mente todo va a estar bien, solo que ahora somos las dos contra el mundo mi pequeña Lucy

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Nadie lo pidió pero tenía una segunda parte.


Henry Cavill One ShotWhere stories live. Discover now