041

5.1K 252 63
                                    

La señora Marianne era una mujer increíble, la conocía desde que era una niña y jugaba con sus hijos, pero poco a poco nos fuimos alejando y más aún cuando nos mudamos de ciudad cuando yo tenía 9 años.

Mi madre siguió en contacto con ella y a decir verdad ambas son grandes amigas, así que cuando volví a la ciudad y mi madre me mando unos regalos para ella no dude en llevarlos a decir verdad la extrañaba.

Hacía unos años que no la veía, pero por la tecnología era más fácil estar más comunicados, y más si mi madre hacía videollamadas con ella cada tres días. Ambas hablaban por horas tanto que cada vez que cortaban pasaba una hora contándome algún chisme nuevo.

Para el casamiento de su hijo menos estuvimos invitados, pero no recuerdo la razón por la cual no pude ir, ella volvió encantada y diciéndome que feliz estaba de haberse encontrado con su amiga y lo grande que estaban sus hijos.

A decir verdad, eran pocos los recuerdos que tenía de sus hijos, recuerdo que se reían y me habían apodado "sirenita" por el color de mi pelo, cosa que algunos siguen llamándome así, alguna que otra travesura y pero lo que más recuerdo son las galletas de Marianne aunque ya la apode Tía Marianne.

Estaba a media hora de la casa de los Cavill, decidí tomar un taxi, según mi madre ella hoy estaría todo el día. El camino en auto se hizo corto, cuando me di cuenta ya estaba golpeando la puerta.

El señor Cavill abrió la puerta y se sorprendió verme parada en su puerta.

- ¡Querida por favor no te quedes ahí parada, pasa!

Me dio un corto abrazo antes de hacer unos pasos hacia atrás,

-Muchas gracias señor Cavill, ¿Cómo se encuentra?

El cerro la puerta detrás mío y me pidió el abrigo para colgarlo.

-Ah no, mi esposa es la tía Marianne y yo solo el señor Cavill.

-Lo lamento tío, ¿Cómo están? Mi madre les manda unas cosas, me dijo que ya les había comentado.

Marianne se acercó y me dio un abrazo.

-Querida, pero mírate, cada día más linda. Pero ven pasa no te quedes ahí parada.

Ella tomo las cosas que tenía en mis manos entregándoselas a su marido y tomó mi brazo haciendo que la acompañe hasta su cocina.

En la cocina estaban sentados dos hombres a los que según las fotos que me había mostrado mi madre los pude identificar como los hijos.

Ambos apenas nos vieron se pararon y se acercaron a saludar.

-Hijos, ¿Se acuerdan de Kate?, querida te presento, el es Henry y él es Charlie el menor.

-Si algo recuerdo, ¿Cómo estás? - Henry se acercó a saludar a lo cual el otro hermano hizo lo mismo.

-Muy bien, ¿Vos?

Me senté en unas de las sillas quedando frente a ambos hermanos y su madre trajo una taza de té para los tres.

-Perdón no quiero sonar grosero, pero eres "sirenita", ¿Cierto? -Charlie mencionó en tono chistoso.

Me reí y extendí mi mano en forma de saludo el cual hizo lo mismo.

-La misma, en carne y hueso.

-Oh ¿así que ella es por la que quieres ser el príncipe Eric, hermano?

El nombrado se ahogó cuando bebía un sorbo de té y sus mejillas se pusieron de un color carmesí, sonreí por el chiste.

-Charlie no seas así, no molestes.

-Descuida, no hay problema, de hecho es un sobrenombre el cual me han puesto varias veces.

- ¿Cómo te estás manejando por la ciudad querida?

-Acostumbrándome a las estaciones o en taxi si voy muy apurada y con el tiempo contado. Llegue hace dos días, y ya me perdí tres veces, pero voy mejorando.

-Bueno, sabes que puedo ayudarte en lo que necesites, sos como una hija para mí.

Nos quedamos hablando por unas horas, desde las travesuras que hacíamos de pequeños hasta nuestros trabajos actualmente, pero al estar oscureciendo decidí que era momento de volver al hotel.

-Bueno fue un placer volver a ver verlos, pero me tengo que ir, ya se está haciendo tarde.

-Henry querido, ¿la podrías llevar?

-Si hermano, la podrías llevar, ya esta oscureciendo y es mas seguro que la acompañes.

-Oh no, por favor no quiero ser molestia.

Henry se levantó de su silla.

-No es ninguna molestia, es mas te voy dando algunas referencias en el camino para evitar que te pierdas.

Saludé a todos y salimos para el auto de Henry, como todo caballero ingles que es me abrió la puerta a lo cual agradecí.

En el camino Henry me explicaba cada esquina, cada diseño y cada estructura y como identificarlas, le diría que en la noche soy muy mala para orientarme, pero el iba contento explicando así que no lo interrumpí y observe todo lo que el me señalaba.

Cuando llegamos al hotel estaciono y salió para abrirme la puerta.

-Muchas gracias Henry, no era necesario, pero gracias.

-No hay problema, es más si quieres podemos intercambiar números y si estas en apuros o pérdida puedo ayudarte.

- ¿De verdad? - El sonrió asintiendo con su cabeza y sacó su teléfono.

-Dame tu numero y yo te mando un mensaje para que agendes el mío.

Hice lo que el me pidió.

-Bueno Henry fue un placer volverte a ver y gracias de nuevo por las indicaciones y traerme.

-Al contrario, estaré a tu disposición para lo que necesites.

Se acerco y dejo un beso en mi mejilla a lo cual por instinto después que se alejó toque el lugar donde había dejado el beso.

Entre a mi habitación, me metí a bañar cuando salí me puse con mi computadora a chequear algunos emails y lo que debía hacer al otro día cuando mi teléfono iluminó su pantalla con un mensaje.

Lo agarre y el mensaje hizo que una sonrisa apareciera en mi cara.

"Hola Kate soy Henry fue un placer volver a verte, y quedo a tu disposición esperando tu llamada o mensaje por ayuda.

Posdata mi hermano tenía razón, sería un placer ser el príncipe Eric."

Releí el mensaje unas cuantas veces y mordí mi labio, quizá me tenga que perder a propósito mañana.   

   

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Henry Cavill One ShotWhere stories live. Discover now