Henry Cavill One Shot

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Supe que muchas personas relacionan la vida y los sentimientos con colores, como si expresar los sentimientos fuera más fácil diciendo mi vida es un constante azul, hoy me siento algo verde.

Por mucho tiempo comencé a buscar e intenté entender un poco de que se trataba. Había escuchado varias canciones donde mencionaban este color u otros, en lo personal por mucho tiempo no lo había entendido.

Había colores principales para cada emoción como el azul que todos mencionan de hecho es soledad, sentirse solo. El verde es el sentimiento de calma, de paz, estar tranquilo con uno mismo. El amarillo era la alegría, felicidad, la diversión. El rojo la pasión, el amor, el valor, pero también los gritos, la ira. El color blanco era puro, era la inocencia, la perfección. El gris era el miedo, era la tristeza hecho color.

En resumen, mientras más frio sea un color más deprime es, en cambio mientras más cálido el sentimiento de exaltación es mayor, no comprendía que función darle o en que podía cambiar el hecho de comparar los colores con mi día a día, pero todo cambio majestuosamente el día que lo conocí.

Henry Cavill era un remolino de colores, era como intentar tocar un arcoíris, era como el cielo en un atardecer en la playa. Henry Cavill era ese sentimiento, ese calma de cerrar los ojos y sentir como el viento juega con tu pelo, como el agua rompe creando olas mojando tus pies, Henry era pura calma, era capaz de pintar de los mejores colores cualquier vida en la que se vea inmerso.

Amarillo: Henry Cavill en mi vida era un constante amarillo sin importar el color que haya en el cielo. Un color tan brillante como el brillo de sus ojos cuando me miraba sonriendo. Amarlo era como si cada mínima canción de amor hubiese sido creada para él, si cada poesía tuviera su nombre en letras mayúsculas. Como si cada pequeña cosa hubiese servido para que este ahora besando sus labios.

Verde: Entendí ese color el día que nos quedamos toda la tarde abrazados mirando películas un día lluvioso, donde solo escuchaba el dialogo de los personajes mientras que mi cabeza reposaba sobre su pecho y los latidos de su corazón eran completamente relajantes. Veía el color verde cuando el me abrazaba y sentía que podía contra cualquier cosa. Era como esa noche donde me miro a los ojos y me dijo que estaba completamente enamorado de mí o el día que mientras el cocinaba para nuestro aniversario lo escuche cantar mi vieja canción favorita.

Blanco: vi ese color tan profundo el día que el se arrodillo sobre una de sus piernas y saco un bonito estuche donde había el anillo más precioso y Henry termino diciendo las palabras más preciosas que había escuchado en toda mi vida. Blanco era el marco que colgaba en la pared de nuestro cuarto con nuestra foto de boda.

Rojo: amarlo era tener distintas tonalidades de rojo. Era como el emoji del corazón rojo que ponía cuando le mandaba un mensaje diciendo que lo amaba. Ese ese color rojo intenso que se formaba cada vez que el me tocaba conduciéndome al mismo cielo.

Pero también había días donde el rojo se transformaba en un bordo intenso, como los gritos por nuestras peleas a la madrugada. Pelear con el era como intentar resolver un rompecabezas por horas y darte cuente que todo ese trabajo fue de gusto porque faltaban piezas, era como intentar cambiar de opinión cuando das un salto al vacío. Henry Cavill era un bordo intenso como ese día donde a los gritos dijo que se arrepentía de haberme conocido.

Azul: el océano que nos separaba era de color azul tan profundo como el sentimiento de hundirme en el habito de amarlo. El buscar su cuerpo en la cama y no encontrarlo era azul. El llorar hasta quedarme dormida era azul, el haber visto que el estaba rehaciendo su vida y yo me quedaba estancada entre mis recuerdos era completamente azul. ¿Desde cuándo los príncipes azules solo dejan tristeza cuando se alejan?

Gris: Su foto era gris, su estado inexistente y su número telefónico no era más que un par de cifras colocadas al azar. Ese fue el día en que supe que lo había perdido, y me inundó una sensación abrumadora. Caí al vacío, a un mundo donde él estaba y existía, pero ya no era mío. Dónde yo ya no tenía acceso a su vida. Dónde yo ya no sabía dónde estaba o con quién. Ese día me quedé congelada, desconcertada, extrañando su nombre y lo que me hacía sentir todos los días. Extrañándolo a él y a lo que habíamos tenido durante tanto tiempo. Y quise gritar, y me quedé muda. Y quise llorar, pero me quedé sin lágrimas al parecer ya no tenía más lagrimas que llorar en su nombre.

Ese día me cerró las puertas de su vida y supe entonces que, no solo había salido de su vida también lo había hecho de su corazón.

Y a pesar de que mis días estén llenos de colores después de su traspaso por mi vida e intente volver a ser yo misma nuevamente el solo dejo colores tristes con su partida.

Debería cambiar mi lista de canciones porque vengo haciendo todas cosas depresivas.

Por cierto el 087 va a tener una segunda parte.