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La primera vez que lo cruce cada célula de su cuerpo parecía tener magnetismo porque no podía quitar mi mirada de él.

Mi esposo nos presentó, el agarro mi mano y la beso a lo cual hizo que mis mejillas se tiñeran de carmesí. Durante esa noche estuvimos hablando los tres, aunque fue imposible evitar mirarlo mas de una vez y más cuando él no podía quitar sus ojos de mi escote lo cual hizo que agradezca internamente haber decidido ponerme ese vestido.

A pesar de la atracción física que sentí en ese momento pudimos hablar durante horas riendo, cuando mi marido tenia que ir a saludar a algunas personas preferí quedarme sentada poniendo de excusa que mis zapatos me hacían doler. Él lo entendió y me dejo hablando con el desconocido a lo que se lo agradecí con un suave beso en sus labios.

Por mas que estar rodeada de famosos, el impulso de pedirle una foto fue más grande que yo. El se acerco a mi lo que hizo que un escalofrío recorriera toda mi espalda, tomo la foto con mi teléfono y sin una pizca de vergüenza me pidió que se la envié porque le había gustado como había quedado.

Estuvimos unas horas mas en la fiesta y fue momento de despedirnos, ellos dos se saludaron con un apretón de manos y el beso mi mejilla el cual me hizo sonreir como una adolescente.

Los días fueron pasando, pero los mensajes con el comenzaron a ser mas seguidos, tanto que hablábamos casi todo el tiempo. El me enviaba desde una foto graciosa que había visto a una foto en un espejo mientras entrenaba.

Me cuidaba que mi esposo no viera los mensajes, no había nada raro, pero de igual forma prefería que no se entere.

Cuando me invito a salir acepte, por alguna razón decidí vestirme bien para la ocasión, nos encontramos en el bar de un hotel para evitar que alguna cámara lo encontrara y yo tuviera problemas, estuvimos bebiendo por horas y agradecí que el trabajo de mi marido lo lleve fuera de la ciudad en ocasiones porque cuando beso mis labios nada nos impidió terminar en una cama haciéndolo una y otra vez durante toda la noche.

El sabia lo que ocasionaba con un simple toque, como recorría mi cuerpo con sus manos haciendo mi espalda arquearse por más, como su boca inspeccionaba cada centímetro de piel y hacia que borre hasta el último pensamiento y me deje implorando por más y eso a el le encantaba, lo veía en sus ojos, en su forma de caminar, lo sentía mientras me hacia suya en un cuarto de hotel.

Me sentía culpable pero el sentimiento de escondernos, lo prohibido había hecho que terminemos desarmando mas de una vez la cama inclusive la de mi casa, cada pared fue testigo de la intensidad de pasión que sentíamos el uno por el otro.

Era inevitable que cuando se fuera el perfume quede entre las sabanas así que tenia que cambiarlas para evitar ser descubiertos.

No era amor, el amor es diferente, esto era pasión salvaje pura. Era estar en una habitación, en un ascensor, en un pasillo solos y que no podamos quitarnos las manos de encima.

Pero mientras mas me pedía en sus brazos, en sus caricias en sus labios menos quería las caricias de mi esposo, y no entendía por qué. Era una persona increíble, mas de una mujer haría lo que fuese por tenerlo más de un segundo, pero no podía. El intentaba besarme y los besos sabían a lo mismo, en cambio con el sabían a prohibido.

Estaba envuelta en una toalla, mientras me ponía crema, esta noche lo vería de nuevo, pero tenía que ser precavida. Me estoy colocando un vestido negro no muy pegado a mi cuerpo para no ser tan obvia pero que de igual forma resalta mis atributos cuando escuche unos pasos acercarse y agarrarme de la cintura pegándome cerca de él.

- ¿Hoy saldrás de nuevo cielo?

-Si amor, Kate me invito a comer así que tendremos una noche de chicas.

- ¿Saldrás nuevamente con Kate? -El beso mi cuello.

Asentí, mientras salía de su agarre y terminaba de pintar mis ojos.

-Si ya sabes, Kate, su esposo Tom no esta en la ciudad y me pidió de juntarnos porque no le gusta estar sola.

El me miro por unos segundos para después sentarse en la cama.

- ¿Tom no está en la ciudad?

Lo mire sonriendo.

-Acaso no escuchas lo que estoy diciendo? Tom salió esta mañana por trabajo y vuelve en unos días, me llamo hace una hora quizá para juntarnos y como no sabía a qué hora volvías del gimnasio pensé que sería una buena idea.

Me acerque y bese sus labios para evitar que siga hablando.

-En realidad estaba haciendo mandados para preparar la cena de esta noche. Pero como tienes que irte.

-Lo lamento amor, mañana preparo un rico almuerzo para ambos.

El asintió, pero siguió hablando.

- ¿Que chico es el mundo verdad? -Lo mire sin entender a que se refería- Resulta que mientras compraba las cosas hace media hora me cruce a Kate y Tom.

- ¿Qué tonterías dices cielo?

Me aleje unos pasos, esto debía ser una broma.

-En realidad ella me dijo que te mande saludos, estaba dolida, dice que hace meses que te invita a hacer cosas, pero nunca le aceptas.

Me reí nerviosa y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo el estaba con una cara neutral.

-De seguro es una broma amor, sabes como es Kate. -Quise tocar su brazo, pero él se alejó evitando mi acción.

-A decir verdad, me mostro los mensajes donde te niegas porque vas a salir conmigo. Pero sino estas conmigo porque en esas fechas yo estuve grabando afuera y tampoco te vas con tu amiga. ¿Con quien te estas viendo? -Trague saliva y no sabia que responder, no estaba preparada para esto. - Aunque mejor hago esta pregunta ¿A que hora te espera Sebastián Stan en el hotel amor?

Me quede helada, el no podía saberlo, el no sabía.

-Yo...

-Si de seguro hay una explicación preciosa, pero no quiero escucharla. -El sonrió mientras me miraba aunque sus ojos estaban llenos de lágrimas. -Te doy media hora para que te vayas y saques tus cosas de mi casa. Y no te preocupes tu amante sabe que vas con todas tus mierdas.

El se levanto de la cama y ni siquiera me miro, agarre su mano para detenerlo.

-Henry amor, discúlpame. Enserio no sabía que estaba haciendo.

El negó con la cabeza y saco su brazo de mi agarre.

-No sos tonta y yo no soy un imbécil, sabía que había algo raro desde la noche de la fiesta, te piensas que no te vi mientras le dabas tu celular o como estabas todo el día con el teléfono en la mano que ni siquiera me dejabas que te bese. Te doy una hora para que saques todo de mi casa sino lo hago yo y te lo tiro, me importa una mierda que sea.

El salió de la habitación pegando un portazo y dejándome llorando en el suelo. Sebastián estaba llamándome a lo que le mande un mensaje que en una media hora iría a verlo y me puse a juntar mis cosas, si Henry quería que me fuera lo haría, así que metí mis cosas en bolsas y fui metiéndolas en mi auto. Antes de salir deje mis llaves y mi anillo, a la mierda Henry Cavill.

 Antes de salir deje mis llaves y mi anillo, a la mierda Henry Cavill

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Y un día volvió el drama para quedarse. 

Henry Cavill One ShotWhere stories live. Discover now