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Henry agradeció a la camarera después de que ella vertió un poco más de vino en sus vasos. Notó una pequeña gota de salsa en tus labios, a lo cual con su pulgar limpió instintivamente mientras llevaba su contra sus labios que se curvaron en una suave sonrisa cuando tus ojos se encontraron con los suyos.

Sentiste que tus mejillas se sonrojaron, todo tu cuerpo se calentaba, demasiado para tu gusto. Tu mano buscó tu copa, tomando un sorbo bastante grande de vino, pero Henry te detuvo, sus dedos envolvieron tu muñeca.

-Tranquila, cariño.- Murmuró con su tono ronco, añadiendo más a tu agonía. Sus labios se encontraron con la suavidad de tu mano, besándola suavemente y su  mano aterrizó en tu muslo, acariciando sobre la tela sedosa de tu vestido.

-No me estás ayudando en absoluto ...- dijiste, con un pequeño puchero en los labios que siempre hacía que Henry sonriese por lo adorable que te veías.

Levantó la mano y pidió pagar la cena, escuchando tu teléfono sonar dentro de tu bolso. 

-Pensé que habíamos acordado no responder llamadas- Dijo, pero entendió rápidamente que era una llamada importante cuando vio que la identificación de su madre estaba en la pantalla.

Dio un casto beso en tu frente antes de levantarse para pagar. Se apoyó contra el mostrador, sin apartar la vista de ti, tratando de captar algo de tus expresiones faciales. Cuando regresó, te miro y te preguntó mentalmente si algo andaba mal.

-Tendremos que cancelar el hotel. William no dormirá. Dice que hay un monstruo dentro de su habitación y que papá tiene que luchar contra él.- Le explicaste, riendo suavemente. 

Henry y tú acababan de salir para una cita nocturna y estaban planeando pasar la noche en uno de los hoteles de la ciudad, pero parecía que los planes habían cambiado.

-Podría maldecir en grande ahora mismo. Le diré que será hijo único si sigue cancelando todas nuestras citas nocturnas.-  Henry apretó los labios suavemente y sus manos aterrizaron en sus caderas.

-Vamos.- Te reíste, besando sus labios, antes de agarrar tu bolso y chaqueta. -Tuve una idea, todavía podemos tener un rato libre-. Lo desafiaste con una sonrisa, guiñando un ojo.

Le pediste a Henry que pasara por una tienda que estuviera abierta, compraste un spray de perfume para interiores, algunas etiquetas en blanco y un marcador con el que podrías escribir en ellas. Henry te esperó junto al cajero y te rodeó con el brazo para pagar la compra. Te sentaste en el auto frente , mientras que Henry te miraba sin apartar la vista ni un segundo, tenía un pequeño surco entre las cejas tratando de entender lo que estabas haciendo. Su cuerpo se inclinaba un poco hacia el tuyo, una expresión de comprensión se mostró en su rostro cuando leyó "Spray para monstruos".

Henry se rió y te besó el hombro. -Me siento como uno de los cazadores de fantasmas.

-Ve a luchar contra los monstruos, tigre-. Dijiste entregando el aerosol y dejando el auto con él. Cuando llegaste a casa, viste a su mamá con William en la sala. 

-Hola, mi pequeño. -Sonreíste cuando vino corriendo hacia ti. -¡Mira lo que tiene papá!- Señalaste el spray.

-Papá, son muchos- William trató de explicar, movía sus manos hacia todos lados tratando de enfatizar sus palabras.

.Tal vez solo quieran ser tus amigos, amigo. Pero, si rociamos debajo de su cama con esto, se dormirán en poco tiempo. Y luego puedes irte a dormir también -Henry le explicó, besando su frente antes de levantarlo y subir las escaleras con William.

Sonreiste esperando que funcione mientras hablabas con su madre, quien se disculpó por interrumpir su cita nocturna. 

-Esta bien. Si William puede dormir saldremos unas horas más , pero volveremos a casa antes de medianoche.

Henry regresó unos minutos después, levantando las manos 

-Y eso fue una victoria total- sonriendo victorioso -Incluso les deseó buenas noches ".

 Él rió entre dientes. Volvió a coger su chaqueta y le agradeció a su madre por quedarse un poco más, quien saludó mientras nos abría la puerta.

-Pensé ... podríamos celebrar algunos buenos recuerdos y tener una cita en el coche. Podemos conducir cerca del lago, mirar las estrellas... -Sugeriste mientras caminaban hacia el auto.

-Y aprovechamos el espacio del asiento de atrás para algunas actividades divertidas-. Sugirió con una sonrisa juguetona en sus labios, abrazándote cuando trataste de golpear su pecho suavemente. 

Henry Cavill One ShotWhere stories live. Discover now