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Una suave melodía sonaba en la casa y la apagaría porque me agradaba estar en silencio, pero estaba bien y armonizaba el lugar.

La cálida tarde de finales de noviembre estaba llegando a su fin y podía vez de reojo a través de la ventana que daba hacia el jardín trasero como el cielo se pintaba de colores anaranjados y estaba perfecto para una de esas fotos que aparecen en las redes sociales.

Sentí el ruido del motor del auto de él y respiré hondo. Sabía que donde él pusiera un pie en la casa toda la armonía terminaría y el silencio se irían por la borda. Habían quedado atrás esos días donde esperaba como una niña chiquita detrás de la puerta su llegada, o mi estómago daba vueltas a ver como las agujas del reloj se aproximaban a su llegada. Noches en las que el amanecer nos encontraba hablando de todo y a la vez de nada, días en las que trace las mejores constelaciones con sus lunares.

Ahora solo ponía mis ojos en blanco y maldigo cuando lo escucho hablar mientras duerme, odio el sonido de su voz y su acento, más de una vez hicimos algunos tratados en son de paz para evitar las grandes peleas que parecían guerras y cada palabra dicha era una bala que salía disparada de nuestra boca, más de una vez nos miramos con los ojos rojos hinchados empapados en lágrimas después de habernos gritado hasta el hartazgo, más de una vez alguno de lo dos dijo algo de lo que se arrepentía, pero rápidamente nos disculpamos y tratábamos de sacar a flote el amor que un día nos unió.

Henry abrió la puerta y pude escuchar como sus pasos se iban acercando y sentí como suspiro antes de seguir caminando. Paso por mi lado y caminó hacia el otro extremo de la cocina, tomo un vaso y lo llenó con agua, incluso con la música de fondo podía sentir cada movimiento que hacía sin ni siquiera mirarlo.

-Estas muy callada el día de hoy. -Dijo mientras dejaba el vaso a un lado y me miraba.

Lo mire y levante mis hombros restándole importancia.

-Cuando hablamos discutimos, así que prefiero el silencio, me agrada.

- ¿Qué nos pasó? -Dijo con un apreciable cansancio en su voz.

Lo mire unos segundos antes de responder, sabía con certeza que nos había pasado o para mí era claro lo que nos había pasado. Hacía demasiado tiempo que no lo veía de frente y prestaba atención a los pequeños detalles, sus ojos se veían cansados, su pelo estaba un poco más corto de lo de costumbre, su pierna se movía demasiado sabía que estaba nervioso, sabía que estamos parados en un lugar donde cualquier paso o palabra incorrecta nos lleva a lo mismo de siempre y sé que él también lo sabe.

-Tal vez, ya se acabó el amor- dije negando con la cabeza y dejando un sabor amargo en mi boca al expresarlo en voz alta. - Solo es una guerra de orgullo y ego que nos está lastimando cada vez más.

-Tal vez, pero debes admitir que me castigaste por cosas que nunca hice, me hiciste pagar por algo que jamás rompí. - Negué con la cabeza, no tenía ánimos de pelear. - ¿Acaso tenes a alguien más? ¿Estás saliendo con alguien cuando yo me voy?

-No te debería preocupar eso, te debería preocupar si salgo con alguien si caso me hicieron reír, ¿Acaso me hicieron sentir viva de nuevo? ¿Me hacen feliz?

-O sea que estás engañándome. -Sus palabras fueron tan rápidas y su cara cambio a enojo.

-No, pero te preocupa más si te engaño ha si soy feliz.

-Odio el juego de palabras que haces y como siempre intentes manipularme, estoy cansado de siempre hacer y decir lo que queres escuchar. -Lo mire sorprendida. - Cada cosa que digo lo manipulas para hacerme ver como el malo, que debo hacer tal cosa, que debo sentir esto otro, ¿Qué tal si quiero llegar a mi casa y no tener que escuchar tus manipulaciones? ¿La música de mierda que escuchas cada tarde que vengo? ¿Tus caprichos para que se haga todo lo que queres? Estoy harto.

- ¿Algo más para agregar a la larga lista de cosas que hago mal?

-Ahórrate el papel te queda mal. Yo tal vez sea el malo, pero no sos específicamente la víctima en este cuento de mierda.

-Si sabias que era tan peligrosa tan manipuladora ¿Para qué te quedaste? ¿Acaso manche tu papel de hombre perfecto? ¿Para que me hiciste sentir importante? ¿Para qué me ilusionaste si yo soy tan malvada como decís? ¿Para qué me hiciste amarte?

Henry se quedó callado, me miraba serio y sabía que su mente era un caos como la mía.

-Responde, ¿Para qué? Por favor ilumíname con tu sabiduría. -Dije con sarcasmo.

-Si fuera tan sabio no te hubiese pedido que te mudaras conmigo, no te hubiese hablado, pero como ves no soy tan inteligente.

-Oh por favor mundo frene un segundo y vea que el gran Henry Cavill no es tan inteligente como dice ser. Se un hombre Henry por una vez y hazte cargo de tus problemas por una vez.

- ¿Queres que me haga cargo de mis problemas? Bueno en este momento mi gran problema es tenerte al frente mío y no te das una idea de lo que me arrepiento haberte conocido.

-Henry.... -las palabras de acumularon en mi boca mientras me levante y caminaba hacia el, pero me detuvo antes de hablar.

-No, Henry nada, estoy cansado de simular que nos llevamos bien, de proteger tus sentimientos ya no recuerdo cuándo fue la última vez que sabía que te amaba y tampoco quiero hacerlo, aprende a vivir en el mundo real. No todo va a salir como quieras.

- ¿Mundo real? Deje todo para venir y estar juntos, para que tengas TU mundo real, para adecuarme a un lugar donde me cree tonta todo el tiempo, donde no encajo con nadie y estoy sola. ¿Mundo real? Estas lejos de saber lo que es el mundo real. - Mis ojos se empezaron a llenar de lágrimas.

-Me arrepiento día, tarde y noche de haberte conocido. -Dijo tan rápido y casi gritándome cada palabra. -No te imaginas cuantas veces desee no haberte conocido, no haberte mirado, no haberte sonreído, no te imaginas y me asusta lo mucho que el amor que te tenía se convirtió en odio -dijo con un hilo de voz casi inaudible, pero lo escuche.

Mi pecho subía y bajaba y el de el igual, mis ojos estaban empapados en lágrimas al igual que los de él, me di cuenta cuán sorprendido estaba de sus palabras, pero lo dicho ya estaba.

Nos habíamos dichos cosas hirientes, pero jamás a este punto. Había traspasado una línea imaginaria que era irremediable.

Un vacío comenzó a crecer en mi pecho, y mi mentón comenzó a temblar amenazando que el llanto ya sería incontrolable.

-En la habitación entre mi ropa hay un sobre que tiene un boleto de avión por si decides volver a tu país, sé que esta ciudad es lo suficientemente grande para ambos, pero no quiero volver a verte.

Lo mire desconcertada, sin poder procesar casa palabra que había dicho.

Henry me miró y fue a decir algo, pero se arrepintió, salió y pude escuchar la puerta cerrarse. 

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Henry Cavill One ShotWhere stories live. Discover now