Henry Cavill One Shot

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El día que lo conocí llovía tanto mientras esperaba el taxi que ya mi ropa era una segunda piel. El estaba a mi lado esperando también un taxi, a lo cual le dije que si quería compartir el paragua. Tonta de mí, el hombre me sacaba mas de dos cabezas y tenia el doble de masa muscular, pero sonrió y se acerco tomando el paragua y tapándonos a los dos.

Mi pelo suelto que había planchado a la mañana ahora solo goteaba agua, el hizo un chiste haciéndome reír y ahí comenzamos a hablar. El supo exactamente en que momento pedir mi numero a lo cual sonreía como tonta cada vez que mi celular sonaba y su nombre se reflejaba en mi pantalla.

Quizá en otro momento de mi vida si me hubiesen dicho que andaría con una persona que usa bigote me hubiese reído a carcajadas, pero a él le queda perfectamente bien.

Hablábamos hasta altas horas de la madrugada, de todo, desde como había sido nuestro día hasta alguna anécdota tonta que recordábamos. En nuestra primera cita reí hasta que mi estomago dolió, el hacía que mis días se pinten de colores, y cuando me beso sabía que moriría por un beso de su boca.

Los meses fueron pasando y mi cariño por el fue aumentando cada día, recuerdo cuando nos mudamos, era una pequeña casa, pero para nosotros estaba perfecta, era nuestro hogar. Un día le pedí que quería adoptar un pequeño perro, pero el me miro y me dijo que no lo haría, que no le gustaban. Al otro día en la noche hizo una pequeña cena y me regalo un pequeño perro blanco de peluche. Algo es algo.

Nuestro primer viaje a la playa cuando después de besarme entre las olas y el agua salada me hizo el amor en la arena donde nadie nos veía y donde la luna era testigo de cuanto nos amábamos. Mi nombre en modo de jadeos de sus labios era un sonido que amaba escuchar.

No sabía que con una acción mínima podía afectar hasta la más mínima célula de mi cuerpo, pero él lo hacía. Cuando me despertaba con besos en alguna fecha especial, cuando enjabonada mi pelo y dejaba besos por toda mi espalda en esos días donde nos bañábamos juntos. Como había silencios en los momentos justos, y era extremadamente ruidoso cuando estaba con la cara frente a un monitor jugando videojuegos.

Recuerdo una vez que le dije que quería afeitar su rostro, el me miro serio y me dijo un rotundo "no", pero insistí tanto que me dejo, ¿es posible que a August le quede bien todo? Con o si bigote el es precioso. Pero solo fue esa vez, después no quiso y de hecho yo lo amaba con bigote, y en momentos especiales agradezco tanto que lo tenga.

Pero como fuimos subiendo hasta casi tocar el cielo con nuestro amor, después de cinco largos años comenzamos a bajar y no había un por qué. No me di cuenta que estábamos tan mal hasta que un día comencé a discutir de la nada en la comida, ya ni recuerdo la razón solo sé que creo que se le cayo un plato haciéndose trizas en el suelo, y ahí comenzó el enfrentamiento. Ninguno de los dos discutía por el plato, pero ambos dijimos cosas hirientes y terminamos en habitaciones separadas, igual de rotos, igual de lastimados.

El invierno llego tomándonos desprevenidos, cada uno en su cama, cada uno luchando con el orgullo que termino siendo mas grande que el amor que nos teníamos. Pero a pesar de estar a unos cuantos metros su lado de la cama estaba helado, tanto como nuestra relación. Muchas veces de madrugada lloraba intentando ser lo mas silenciosa posible para que él no me escuche, pero al mismo tiempo anhelaba estar entre sus brazos. Me dolía recordar sus besos, sus brazos, su nombre saliendo de mi boca, pero ninguno quería dar el brazo a torcer y no sabia si era orgullosa por quedarme o por no ir a su lado.

La cama ya no la compartíamos, pero eso era lo de menos, comencé a darme cuenta que el se levantaba antes y desayunaba solo, almorzaba solo y también en la cena solo estaba yo y el plato de comida frente a mí. ¿Cómo paso eso? ¿Nos amamos o es costumbre? ¿Cómo nos juramos amor hasta el ultimo respiro y ahora no soportamos estar respirando el mismo aire?