Va a haber drama, gritos y mucho romanticismo.
Te invito a que te enamores un poco más con los relatos de Henry (si es posible)
Se aceptan pedidos y sugerencias.
Lo sabía y eso era un martirio, pero suerte para mí que cuando una de las persona que trabaja para los dos los vio vino inmediatamente y me conto, al principio como débil que fui mi primer pensamiento fue "¿Qué hice y como hago para que mi esposo vuelva a amarme?" pero rápidamente saque esos pensamientos de mi mente.
Atravesar la relación sabiendo que tu esposo desde hace años era un maldito infiel hacía que mi sangre hirviera y necesitara gritarle a cada segundo que era un idiota, pero trabajar con él en la misma empresa y entrar a la oficina donde él se acuesta con su secretaria es peor, pero sin embargo debía pensar que iba a hacer en frio.
Lo primero que hice fue llamar a mi abogado, le comenté cada cosa que ella me había dicho y le dije que no quería el divorcio, que primero quería vengarme de ese idiota y ver qué cara pone cuando le diga todo lo que se y después si lo iba a dejar, era lo que más quería, así que poco a poco me fui llevando cosas sin el que se diera cuenta, pero para ser sinceros podría haber sacado todas mis cosas y él ni siquiera lo registraría.
Levantarme cada día como si nada pasaba era horrible, tener que sonreírle cuando me decía que tenía una junta por la empresa a horas donde él no trabajaba, verlo hablar por teléfono hacía que mi mente empiece a imaginar diferente tipos de escenarios era agotador para mí, pero lo hacía sin embargo cada día me costaba más y explotaba por mínimas cosas. Últimamente cada dos días peleábamos y este momento no era la excepción.
-Algún día vas a tener que madurar. -Dijo mirándome serio
Ninguno bajaba la mirada, era como si cada uno intentaba doblegar el orgullo del otro. Sonreí levantando una ceja.
- ¿Es lo que te dices cada día en el espejo?
Henry respiro hondo y cerró los ojos frustrado, al parecer yo había ganado.
-Te lo advierto, estoy cansándome de esta mierda no veo la hora de irme y dejarte de una vez por todas.
- ¿Y que estas esperando? ¿Una carta de invitación? Por una vez en tu vida hace algo bien y ándate de mi casa.
El levanto el dedo índice mientras me señalaba y me miraba enojado.
- ¿Tu casa? ¿Es tu casa? La pague yo, ¿acaso no lo recuerdas? -Lo mire frunciendo el ceño mientras me hacia la que pensaba.
-Oh! Es verdad, lo siento tienes razón, pero ya que es tu casa porque no la haces un bollito y te la metes por...
-Cuida tu lengua. -Dijo interrumpiéndome.
Puse mis ojos en blanco y me fui en dirección a la habitación, pero él me siguió.
-No entiendo como haces para que todo el mundo crea que sos buena persona, sos la viva representación de mi karma.
-Y eso debería ofenderme? Creo que lo puedo tomar como un alago- Comencé a buscar mis bolsos y a terminar de llenarlos, pero él se me adelanto y comenzó a tirarme la ropa de mi armario. - ¿Qué crees que estás haciendo? -Dije al verlo e intentar detenerlo, pero fue inútil.
-Te estoy echando, me agotaste. -Dije tomando mi bolso y cerrándolo.
- ¿De qué mierda estás hablando Henry? -Dije haciendo que soltara las cosas que tenía en la mano y me miraba.
-Me hartaste, te quiero fuera de mi casa. -Henry me tomo de la muñeca y con la otra mano tomo mi bolso mientras caminaba conmigo hasta la puerta y yo forcejeaba para soltarme.
-Maldita sea Henry, suéltame-Dije dije mientras sacudía mi brazo para soltarme. - ¡que me sueltes maldito idiota!
El me soltó cuando llegamos a la puerta principal donde me saco hacia afuera junto con mis cosas.
-Te quiero lejos de mi casa, me escuchaste. -El tomo el bolso que tenía al lado y me lo tiro hacia mis pies.
-Oh sabes, creo que ya entiendo -Dije mirándolo con una sonrisa- ¿Acaso tu secretaria se cansó del jueguito de ser la amante? ¿Te pidió que vivieran juntos o algo parecido?
El color rojo que tenia del enojo fue desapareciendo de golpe dejándolo bastante pálido.
-No tengo idea de que estás hablando. -Dijo nervioso trabajándose en algunas palabras.
- ¿Acaso pensaste que no sabía? Bueno te hago un resumen, en la empresa hay gente con más decencia, mucho más honesta y me llamaron para comentarme las horribles cosas que haces a mi espalda.
-No yo no, no sé qué estás diciendo.
-Yo creo que si lo sabes, pero no te preocupes en unos minutos mi abogado te va a estar llamando y le hare saber la forma amorosa en la que me echaste de mi casa, la verdad horrible lo que hiciste.
- ¿De qué estás hablando? ¿Enloqueciste?
- ¿Yo? No, y lamento interrumpir nuestra conversación, pero debo irme. Pero para que veas que soy buena te dejo que me cuides la casa hasta que te la saque.
-Estas demente. -Dijo mientras caminaba y me tomaba la mano. - Escucha yo hice las cosas mal.
- ¿Qué crees que haces? -Retire mi mano de su agarre- ¿Te piensas que con esa cara de perro faldero me vas a convencer? Me engañaste Henry y lo peor de todo es que me creíste lo suficientemente idiota como para no darme cuenta, pero no te preocupes no nos vamos a separar.
- ¿Me perdonas? -dijo sorprendido
Me reí negando con la cabeza.
-Ay! Que cosas locas que decís, voy a dejar que sigas ganando dinero y voy a gastarme hasta tu último centavo que tengas y ahí cuando no tengas nada voy a firmar el papel de divorcio obviamente quedándome con la mitad de las pocas cosas que te queden.
Henry me miraba sorprendido sin saber que responder mientras yo guardaba las cosas en el auto.
-Amo cuando te dejo sin palabras querido, te veo en el infierno Henry. -Dije subiéndome al auto y saludándolo con la mano.
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