Otro mundo [IE] ✔️

EXTRA 2

Abrió los ojos. Oía un llanto muy suave cerca de ella. Seguramente era Devlin queriendo comer. Suspiró. No quería levantarse, estaba tan cómoda. Entonces recordó que le tocaba a Axel levantarse.

–Te toca a ti, cariño –murmuró adormilada.

Fue a darle un beso en el pecho, algo común siempre que tenía que despertarlo, pero no encontró nada. Asustada, se incorporó y vio que estaba sola en la cama. Pero... no era su cama. Estaba en una cama individual y dura, la suya era matrimonial y muy suave. De hecho, Axel le había cogido ese colchón como regalo de aniversario. Fue el mejor regalo que recibió 

A su lado, una mujer dormitaba en una silla. Le resultaba familiar. Alguien que había visto hacía tiempo, pero que ahora no sabía donde ubicarla. Y, de repente, algo hizo click en su cabeza. Ella...

–¿Sabrina? –La mujer se espabiló y, al verla, sus ojos se llenaron de lágrimas y se lanzó a abrazarla–. ¡Oh, hija mía! ¡Cuánto me alegro de que hayas despertado!

"¿Cómo ha dicho?" No, no podía ser. Se miró las manos y no encontró su anillo de compromiso, ese precioso anillo que su esposo le había regalado.

En el espejo de enfrente se logró ver la cara y notó cómo empalidecía al ver que volvía a tener 14 años.

–¿Ma... mamá? 

–Sí, sí, estoy aquí, mi vida –le susurraba mientras le besaba el pelo una y otra vez

–¿Cómo...? ¿Qué...?

–Te golpeaste contra la mesa. Llevas una semana inconsciente –le contó su madre preocupada mientras le acariciaba la mejilla con delicadeza

"¿Una semana? Pero si habían pasado como 10 años".

–¿Esto es una broma? –Preguntó nerviosa, viendo a cada lado para buscar la cámara oculta. Estaba segura de que era una broma de Scotty–. ¿Dónde está Axel? ¿Y Devlin? ¿Y qué hago en un hospital?

Miró a su madre fijamente, quien parecía que le iba a dar algo. Estaba pálida y no respondía. La miraba con tristeza y con temor. No se podía creer que su hija...

–Sabrina...

–No. Quiero saber dónde está mi marido y mi hijo –exigió hecha una fiera.

Comenzó a ponerse nerviosa. Se quitó con violencia el suero y trató de levantarse sin tambalearse. Con decisión, salió de la habitación dando tumbos. Tenía que ser una broma de Scotty y los demás. Estaba segura de que en cuanto saliese de ahí, Axel la recibiría con una sonrisa  volverían a casa.

–Señorita...

–No se me acerque –detuvo a la enfermera con un grito ensordecedor–. Exijo volver a casa, con mi marido y mi hijo.

»No sé quiénes son ustedes, pero tengan por seguro que les denunciaré y...

Se detuvo al notar que le entraba mucho sueño. Se durmió, deseando que al despertar todo fuese una pesadilla.

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–Sigue dormida.

–¿No crees que deberíamos...?

–No, ella se quedará así.

–Pero...

–¿Acaso vas a contradecirme?

–No, no. Lo lamento –se disculpó, saliendo rápidamente de ahí.

Sonrió. Si todo iba cómo debía ir...