Otro mundo [IE] ✔️

Capítulo Dieciocho

El cielo tenía algunas estrellas. No muchas, pero las suficientes como para que se entretuvieran mirándolas en silencio. Sabrina se había dado cuenta de que Jude retorcía una esquina de su capa con nerviosismo, así que prefirió no insistir y dejar que él solo empezase a contar lo que él quisiera contarle:

–Celia es mi hermana pequeña –comenzó a narrar el estratega. Ambos estaban sentados en la hierba, bajo un árbol, apoyados en su tronco–. Mis padres viajaban mucho y siempre estábamos solos. Un día salieron en unos de sus tantos viajes, pero, al contrario que otras veces, no volvieron. De repente nos quedamos solos, no nos acordábamos de ellos. Éramos muy pequeños. Solo me quedó de mi padre una vieja revista de fútbol –"como el cuaderno del abuelo de Mark", recordó Sabrina con una sonrisa triste–.

»Fuimos a un orfanato. Y yo... bueno, solía meterme en algunos problemas –admitió un poco avergonzado–. Pero solo quería proteger a mi hermana.

»Celia siempre ha sido, y siempre será, mi mayor prioridad... –Comentó convencido, su hermana era lo más preciado que tenía en su vida y no iba perderla– Pero nos adoptaron familias distintas.

–A ti los Sharp y a ella los Hills, ¿no? –Respondió ella, dándose cuenta del sufrimiento del chico al hablar–. 

»Oye, Jude no hace falta que...

–No, por favor, necesito... Necesito sacarlo –la interrumpió, él y ella asintió. Veía el sufrimiento de Jude, las ganas que tenía de contar toda la historia que había pasado él junto a Ray Dark, y no le molestó. Si Jude necesitaba un hombro sobre el que llorar, alguien sobre quien dejar recaer sus cargas, ella estaría ahí. Siempre. Y no solo para él. Para todo el equipo–.

»Era muy bueno al fútbol, lo aprendí por la revista de mi padre. Sentía que jugar era la única manera de estar cerca de él. Por eso llamé la atención de Ray Dark. Ese hombre... –Apretó los puños, solo de recordar todo el mal que había hecho ese hombre...– Es malo, Sabrina, y no debes acercarte a él. Odia el fútbol, pero aún más a Raimon. Él provocó la muerte del abuelo de Mark, la desaparición del Inazuma Eleven –"El equipo legendario del que me habló Mark, el que los había inspirado, el que tenía como entrenador a su abuelo", recordó asombrada –, y también el accidente de la hermana de Axel –eso la dejó sorprendida, era una niña, ¿a tanto llegaba la maldad de ese hombre? 

Jude la agarró por los hombros y la zarandeó brevemente, repitiéndole que debía mantenerse alejada de él. Se veía realmente preocupado. Solo cuando le juró que no lo haría, él continuó:

–Yo entré en la Royal Academy, fui su capitán y su estratega, y ganamos todos los partidos. De hecho, desde el accidente del Inazuma Eleven, la Royal Academy ganó el Torneo Frontier durante 40 años –le explicó con una pequeña sonrisa, seguía siendo su equipo en el fondo y el orgullo aún estaba ahí, porque a pesar del entrenador y de sus métodos, los jugadores eran muy buenos–. El Comandante, Ray Dark, nos enseñó a ganar a toda costa y yo... –Cerró los ojos, haciendo una breve pausa. Parecía que lo que iba a decir a continuación le costaba de admitir– estaba de acuerdo con él.

Sabrina advirtió un atisbo de azoramiento en Jude. Estaba avergonzado, comprendió de repente. Sonrió internamente. Jude no debía de avergonzarse de eso. Quería ganar y se dejó llevar por todo lo que Ray Dark le decía, le metía en la cabeza. Solo era un chico que fue manipulado por un experto y maligno titiritero. Y no sería el primero ni el último en serlo.

–Hasta que conocí a Mark –añadió con una sonrisa– y su espíritu me llamó. Era algo tan... fuerte. Cuando quise darme cuenta, ya estaba jugando con ellos contra el Farm.

Sí, Sabrina sabía la historia a partir de ese momento. Mark se lo había contado varias veces.

–Sí, eso me lo ha contado Mark. El Zeus ganó a la Royal y los dejó en un estado pésimo, muchos tuvieron que ir al hospital, si no me equivoco. Y tú te uniste al Raimon para vengar a tus compañeros y ganar al Zeus –completó ella, dejando al chico sorprendido.