Capítulo Quince

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El campo de la Royal Academy era un poco tétrico. De hecho, todo el instituto era tétrico. ¿Y ahí había estudiado Jude? Tal vez era que siempre lo había visto con el uniforme del Raimon, en el Instituto Raimon, pero no se imaginaba estudiando y jugando en otro sitio que no fuese junto a Mark y los demás.

–¿Ósea que este es tu antiguo instituto? –Inquirió curiosa.

–Así es. ¿Te gusta?

–Bueno, pues... –La chica no supo qué decirle. No quería meter la pata.

–Tranquila, lo cierto es que sí que da un poco de miedo –comentó risueño–. Pero es necesario que estemos aquí. Al fin y al cabo, si vamos a hacer una supertécnica de la Royal Academy...

–... Que mejor lugar para hacerla que en la propia Royal Academy –finalizó ella, con una sonrisa.

Ambos rieron. Jude y ella tenían formas muy parecidas de pensar porque, puede que ella fuese pésima en fútbol, pero no lo era en maquinar y, al fin y al cabo, lo que hacía Jude era maquinar estrategias. Sabrina había visto antes cómo era el Triángulo Letal, Axel se lo había enseñado en un vídeo. Lo había visto tantas veces que sabía perfectamente que había una gran posibilidad de que los chicos lo consiguieran. Tenían con ellos a Jude Sharp y eso era una gran ventaja.

El problema era otro. El Raimon era un equipo totalmente distinto a la Royal y sería difícil hacer exactamente lo mismo que el antiguo equipo de Jude y Bobby, porque el Raimon tenía un ritmo diferente al de la Royal. La clave estaba en adaptar el Triángulo Letal al ritmo del Raimon. Pero Sabrina que no debía preocuparse por eso, porque Jude lo resolvería. ¿Qué podía esperar del mejor estratega de Japón? Exacto, solo lo mejor de lo mejor.

–Voy a por unas botellas de agua, tiene pinta de que las necesitaréis –les avisó con una sonrisa.

Vio de reojo a Darren, que trataba de sacar las Manos Infinitas. Era un supertécnica muy difícil.

–El punto principal de las Manos Infinitas es ser una técnica que permite controlar todos los tiros. Tatatatas, bubububum. La clave son ojos y oídos –le comentó Mark.

–Los ojos del corazón, ¿se referirá a los ojos de la mente? –Preguntó dudoso Darren.

Sabrina sí que no tenía ni idea. El abuelo de Mark era más críptico que los textos de los filósofos, que las runas de algún templo antiguo, que los dibujos de un niño pequeño, que...

–No está nada mal, Jude –alguien interrumpió sus pensamientos, haciendo que se girase hacia el dueño de esa voz.

–David –murmuró Jude, asombrado–. ¿Ya habéis llegado? –En su campo de visión aparecieron más de sus antiguos amigos de la Royal– David, Joe. Estáis todos.

–Cuanto tiempo sin vernos –Jude desvió la mirada hacia sus muletas y David se percató de eso–. Ah, no te preocupes por eso, me estoy recuperando sin problemas –trató de tranquilizarle.

–Parece que el nuevo tratamiento médico del que nos habló la entrenadora del Raimon está surgiendo efecto –comentó Joseph King.

En ese momento Sabrina recordó lo que le comentó Jude. Ellos dos habían sido manipulados por Ray Dark y habían salido muy malheridos. Habían hecho las supertécnicas prohibidas: el Pingüino Emperador nº1 y el Colmillo de Pantera.

Jude le había comentado que eran prohibidas por una razón: suponían tal esfuerzo para quien las hacía, y en caso del Pingüino Emperador nº1 para quien lo paraba, que el cuerpo no lo aguantaba. Demasiado esfuerzo. Por eso mismo, la Royal ideó una nueva supertécnica, similar al Pingüino Emperador nº1, pero con tres personas, uno que hiciese el centro y los otros dos que chutasen. De ese modo la fuerza se repartía y nadie salía herido. Puede que hiciese que el tiro perdiese potencia, pero era más importante mantenerse a salvo.

Otro mundo [IE] ✔️Where stories live. Discover now