Capítulo Veinticuatro

1.1K 91 13
                                    

Sabrina no daba crédito a lo que veía. No era posible. Miró a Shawn atónita y el chico se encogió de hombros, sin saber bien qué decir. Volvió la mirada al peluche que tenía Axel entre los brazos. Era el unicornio de sus pesadillas. Y, como la chica madura que era, se puso a gritar como una loca.

–Es el unicornio –susurró con una mueca en la cara.

"Oh, no", maldijo Shawn, sabiendo lo que venía. Vio como los demás fruncían el ceño confusos y sonrió para sí, en el fondo le alegraba ser el único que lo supiese.

–Es el unicornio, es el unicornio –gritaba, corriendo hacia Shawn–. Shawn, es el unicornio –se subió sobre él de un salto, desestabilizándolo por un momento–.

»¡¡Me aplastará, moriré!! –Comenzó a delirar, mientras el chico solo le acariciaba la espalda, tratando de tranquilizarla–. 

»Shawn, voy a morir. Por favor, haz que pongan en mi lápida que os amo –le susurró dramática entre lágrimas.

El chico quiso reír.

–Sabrina, no va a hacerte nada –le dijo al oído, pero ella no le escuchó.

El delantero estrella del Raimon dejó caer el peluche al suelo de inmediato. Se acercó a la chica con cautela, arrepintiéndose de haberle llevado el peluche. Pero, ¿quién iba a decirle que reaccionaría así?

–Sabrina, nadie ni nada va a hacerte daño, te lo prometo –le susurró esta vez Axel al oído.

La chica lo miró sorprendida, tanto por lo que dijo, como por su cercanía. Perdió el equilibrio, perdió la razón. Y Shawn, que solo la tenía agarrada suavemente de la cintura, no se esperó lo que iba a hacer. Sabrina se mantenía sobre él sobre todo por la fuerza que ejercían sus brazos y piernas, pero, la cercanía de Axel, hizo que su agarre se aflojase. Sorprendido por todo el peso que se le vino de golpe, Shawn soltó el agarre inconscientemente. Y Sabrina cayó al suelo de culo.

–Bien empiezas, Axel –se mofó Bobby.

"Ay, me duele el trasero", se quejó. "Eso te pasa por estúpida y torpe, dijimos que nada de caer por chicos, ¿te has olvidado?", le recriminó su conciencia. "¿Pero, cuándo...?" "¿Y qué haces tú? Exactamente eso, caer por Axel, literalmente", continuó su conciencia.

Sí, definitivamente todo había vuelto a la normalidad.


╭───────╯ °✧° ╰───────╮


Axel se sentía muy culpable. No se esperaba la reacción de la chica. Casi le había dado un colapso nervioso del miedo que le dio el peluche. Lo miró con asco y fue a salir para tirarlo en la primera papelera que encontrase, pero una mano lo detuvo.

–¿Es tuyo? –Le preguntó curiosa.

–Era para ti –le confesó avergonzado

–¿Y qué vas a hacer con él?

–Tirarlo –respondió obvio

–¿Por qué?

–Pues porque te da miedo y...

–Pero es mío –se lo arrebató de las manos y lo abrazó con fuerza, oliendo el perfume de Axel en él–. Y no puedes quitarme algo mío.

»Santa Rita, Rita, lo que se da, no se quita.

–¿De verdad... de verdad lo quieres? –Preguntó asombrado.

La chica solo asintió y se tumbó de nuevo en la cama, sin dejar de abrazarlo. No es que dejase de sentir miedo por los peluches, es que ese peluche se lo regaló Axel y eso ya lo hacía diferente. Por lo tanto, no le daba miedo... pero solo ese peluche.

Otro mundo [IE] ✔️Where stories live. Discover now