Otro mundo [IE] ✔️

Capítulo Seis

La ilusión era palpable. La posibilidad de ver a Axel, de encontrarlo, hacía temblar de la emoción hasta a los que no lo conocían. Pero, de todos, Mark era quien más emocionado estaba. 

"Axel, ¿de verdad eres tú el Delantero de Fuego del que todos hablan?" Esperaba que sí

Jude, por otra parte, no dejaba de recordar lo que Mark les había contado. ¿Qué Sabrina había hablado con él pero que era como un sueño? Fue como una visión, le había dicho Mark, parecía un loco y casi nadie le creyó, pero Jude sí. Al fin y al cabo sabía el secreto de Sabrina. Y, aunque los demás también, pocos de ellos creían de verdad que venía de otro mundo, entre ellos Willy. Lo sé. Era una incongruencia que, ese chico loco por la ficción, no se creyese algo así

Además, si no creyese a Mark sería un hipócrita. Hacía unos días él había tenido un sueño con ella.

–Me gusta comer helado, ¿y a ti?

–No tanto

–Entiendo, ya eres suficiente frío de por sí –ambos se rieron como posesos mientras veían salir el sol

Sí. Había sido un buen sueño, pensó Jude con una sonrisa. Y esa sonrisa se mantuvo cuando vio de nuevo a Mark. Su amigo parecía realmente animado y era un alivio verlo tan bien. Sabía que en parte fue gracias a Sabrina

"Esa chica siempre ayudando a los demás", pensó con una sonrisa.

–Los encontraremos pronto, Mark –le prometió–. Ya lo verás.

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Axel y Sabrina caminaban muy juntos y en su habitual silencio. Les gustaba pasear por el bosque. En casa Sabrina nunca había ido al campo, sus padres eran más de ciudad. Pero a ella le encantaba, de hecho estaba segura de que había nacido para vivir en un bosque...

Axel quería sorprender a la chica. Sabía que nunca había ido al bosque y, ya que ellos estaban cerca de uno y así podría mantenerse oculto, de ese modo, podía pasar un poco más de tiempo con ella. Lo cierto es que ese tiempo que estaba pasando con ella era como un sueño, un dulce sueño.

­–¿De verdad que vamos a ir al bosque? Siempre quise ir al bosque –comentó emocionada, siguiendo los pasos del chico.

En pocos minutos ya estaban internados en el mismo. Sabrina pensó que sería como en las películas de princesas, en donde había dulces animalitos, había muchas flores y los árboles serían verdes, pero fue todo lo contrario, aunque los árboles sí que eran verdes.

Ellos iban muy a gusto caminando cuando, de la nada, salió un pajarito muy bonito, azul. Sabrina  quedó encantada con él. Su plumaje era tan azul que parecía de mentira. El pájaro la miró y ladeó la cabeza. La chica lo interpretó como una invitación a tocarlo, así que acercó la mano hacia él.

–Sabrina, yo que tú no lo haría –le advirtió Axel, pero Sabrina no le hizo caso.

–Solo tienes envidia porque a ti no te deja acercarte –le replicó sin girar a mirarlo.

Con lentitud, trató de tocarlo, pero, de repente, el pájaro le picó en la mano.

–¡Ay! –Se quejó, sobándose la mano.

El pájaro voló hacia ella y, por mero instinto, se tiró hacia atrás, con la mala suerte de que tropezó con una rama del suelo.

–Sabrina –Axel trató de cogerle de la mano, pero no llegó a tiempo y la chica cayó de culo al barro.