PRÓLOGO

1K 81 10
                                    

Sabrina lo miró sorprendida, sin creerse aún lo que le decía.

–¿Y bien?

–¿Y bien qué?

–¿Qué me dices? –Repitió emocionado.

Sin embargo, la chica no estaba tan emocionada como él.

–Es una locura.

–Sí, sí, lo sé, pero... Es una oportunidad única –trataba de convencerla.

–¿Te estás dando cuenta de lo que dices? –Preguntó, poniéndose cada vez más nerviosa.

–Sabrina, lo he estado pensando mucho y estoy seguro de lo que te digo.

–Pero es que no lo entiendo, ¿por qué yo?

Sabrina vio la duda en sus ojos y suspiró. Algo le decía que estaba siendo la segunda opción. Y, pese a que eso no le gustaba, confiaba en que la razón que le fuese a dar tuviese sentido.

–Yo... quería pedírselo a otra persona pero estaba seguro de que me diría que no. No quería quedar en ridículo frente a ella así que no me arriesgué –le confesó con la cabeza gacha, sin poder soportar la mirada de la chica–. Y entonces pensé en ti.

–Por una parte me siento ofendida por ser la segunda opción.

–Sabrina, yo nunca...

–Calla –no quería excusas baratas, se conformaba con la verdad–, pero también me siento halagada porque también pensaste en mí.

–De verdad que no quería que te sintiese así, pero...

–Tus razones son válidas, así que tranquilízate. No estoy enfadada –rió la chica.

–¿Y entonces vas a...? –Dejó la pregunta sin terminar, esperando que la chica le diese una respuesta.

Pero ella no respondió. Solo se quedó mirando un pequeño pájaro que trataba de echar a volar, pero que no podía.

–Sabes que ahora vendrá algo importante, ¿no? –al ver que no respondía, Sabrina miró sus ojos avellanas fijamente–. No puedo hacerlo, me necesitan.

El chico frunció el ceño. No podía permitir que perdiese esa oportunidad por miedo.

–Sabrina, por favor, es una oportunidad única. No te limites a esto, aspira a más. Siempre aspira a más –le incitó, tratando de convencerla.

Ella no le quitaba el ojo de encima al pajarillo, así que él también centró su atención en él. Sonrió inconscientemente. Ese pequeño pájaro...

–Eres como ese pequeño pájaro –le confesó, mirándola de reojo–. Tratas de volar pero no puedes hacerlo del todo. Necesitas ayuda –se levantó y cogió el pájaro entre sus manos. El animalillo se asustó, pero en seguida, lo soltó, empujándole para que volase. Y entonces, se perdió en el horizonte–. Solo deja que alguien te ayude para volar.

La chica suspiró, pero no dijo nada. "Debo volar". "Debes ver más allá, conocer nuevos sitios. No te quedes estancada. No te arrincones tú sola. Te están ofreciendo una gran oportunidad de empezar a experimentar cosas buenas. Es lo que siempre has querido. ¿De verdad vas a desperdiciarlo?", le dijo su conciencia, haciéndola meditar.

–¿Sabrina?

No, no iba a ser igual que en su mundo. Iba a experimentar. A probar cosas nuevas. No iba a quedarse atrás, rezagada de todos y de todo. Iba a empezar a vivir.

–Está bien, Erick. ¿Cuándo nos vamos?

Otro mundo [IE] ✔️Where stories live. Discover now