Capítulo Catorce

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El silencio entre ellos no era incómodo. Sabrina no dejaba de mirar el perfil de su acompañante. ¿Por qué no hablaba? ¿O es que debía hablar ella? Pero se suponía que era él quien debía hablar, no ella. O a lo mejor... 

Dios, debía parar de desvariar. Suspiró, mirando al frente. Sintió como se sonrojaba un poco al ver de reojo como el delantero estrella del Raimon la miraba por unos segundos.

Axel no sabía por dónde empezar. Aún no se sentía lo suficientemente preparado para hablar de su hermana por propia voluntad. Lo cierto es que Mark lo sabía porque lo encontró saliendo de la habitación de su hermana y no tuvo más remedio que contárselo, pero la situación con Sabrina era totalmente distinta. Con Mark no tuvo otra opción que contárselo, pues sabía que si no lo hacía el chico seguiría insistiéndole y, sinceramente, no le apetecía nada tenerle siguiéndole todo el rato. Pero con Sabrina... Él le había prometido que se lo contaría, pero no sabía por donde empezar.

–Se ha quedado buen día, ¿eh? –Dijo la chica un poco incómoda, tratando de romper el silencio que había entre ellos.

No es que le exigiese que le contase ya todo, pero... 

–Oye... Se estaba volviendo un poco raro permanecer lo dos callados viendo cómo esa ardilla parece coquetear con esa nuez.

Axel no pudo evitar reír.

–Creo que le está pidiendo matrimonio –comentó con una sonrisa 

Lo cierto era que sí que había una ardilla que parecía que coqueteaba con una nuez que había allí. ¿Lo sorprendente? Que Axel le siguiese la broma. Y, bueno, no iba a desaprovechar la oportunidad de continuar

–Tendrán hijos ardinuez –idealizó Sabrina, causando una sonrisa en el chico. Para ella, eso fue un gran logro

–Y como mascota una bellota

–Eso me recuerda a una película que me puso Mark el otro día –comentó Sabrina entre risas–. Va de unos animales de la era del hielo y... –Contuvo una carcajada para poder seguir con la historia– Es que hay una ardilla que ella siempre es la causante de la trama de la película, ¿sabes? Entonces...

Axel se la quedó mirando, embobado. Sus ojos brillaban con mucha fuerza y hacía muchos aspavientos con la mano. Sus mejillas estaban rojas y seguramente le dolían de sonreír y no paraba de hablar. Pero eso a él no le importaba. Todo lo contrario. Su voz era una suave melodía que él siempre querría escuchar

–Perdona –susurró de repente. Axel parpadeó y la vio con la mirada cabizbaja. ¿Qué había pasado ahora?–. Te estoy aburriendo, ¿verdad?

–¿Qué? No, por supuesto que no –"tú nunca me aburrirías", pensó para sí mientras sostenía su pequeña mano entre las suyas. Estaba helada–. Es que me he acordado de la película

–¿Entonces la has visto? –La emoción volvió a sus ojos

–Sí, claro –era una mentira como un caballo de grande–, pero sigue hablando de ella. Esto... Ya sabes. Dame tu opinión y eso –murmuró, titubeante. Él solo quería seguir escuchándola hablar

Sabrina no se hizo de rogar y le contó el argumento de tres películas de esas. Y, cuando terminó, se sintió genial. Era la primera vez en su vida que alguien la escuchaba sin poner muecas de molestia. Que alguien parecía realmente interesado en lo que decía. Ciertamente nunca se esperó que Axel fuese a escucharla tan atentamente sobre una película que Mark le había asegurado que odiaba, pero fue bonito sentirse escuchada

Estaba absorta en sus pensamientos, tanto, que no se percató de que cierto chico rubio le estaba robando patatas. Cuando se dio cuenta, Axel Blaze se había comido casi la bolsa entera

Otro mundo [IE] ✔️Where stories live. Discover now