Capítulo Diecisiete

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Sue y Tori habían llegado a Liocott. Y Sue no sabía nada de lo de Erick. Y Sue y Celia tenían unas pulseras que no se podían quitar y que eran las supuestas Llaves de la leyenda. Y, ¿se le olvidaba algo? Ah, sí. Y Sue quería que le presentase a Dylan y Marki.

¿Por qué Sue siempre estaba metida en algo?

Se le estaban acumulando los problemas, porque, para más ende, notaba la mirada de Axel taladrándole la nuca. Se colocó mejor el vestido. Sabía que no era el mejor atuendo para ir a un entrenamiento, pero era lo único limpio que tenía en ese momento. 

–Ya sé que no es muy bueno para asistir al entrenamiento, pero tampoco hace falta que me mires así –le había replicado avergonzada.

Sin embargo lo que no había entendido era que Axel la miraba con adoración. Pero Sue si lo había notado y eso le encantaba.

–Sue, por décima vez, no voy a presentarte a mis amigos. Tú ya tienes a Erick, ¿para qué quieres más? –Se quejó por enésima vez.

Desde que a Willy se le escapó que había estado en Unicorn, Sue no había parado de atosigarla sobre conocer a los jugadores. Solo en cinco minutos ya había hecho que le doliese la cabeza. Definitivamente esa chica tenía un don. Sabrina miró de reojo a Tori y ambas compartieron una mirada de pesar. Porque cuando a Sue Hartland se le metía algo entre ceja y ceja, no había nadie ni nada que le sacase esa idea de la cabeza.

–Bueno, tú tienes a Xavier y a Axel y nadie te dice nada, bonita –le replicó, cruzándose de brazos.

Sabrina enrojeció, al igual que todos en el equipo. Excepto Caleb. Él solo se reía de las desgracias ajenas

–Ahí te ha dado –comentó, gracioso, ganándose una mirada fulminante de todo el equipo.

–Yo... yo no... –Tartamudeó Sabrina, enrojecida.

–Ah no, no trates de ocultarlo ahora, bonita –la interrumpió, con una sonrisa maliciosa que le dio mala espina–. Y ni hablar de Jude.

–Eso sí que no –negó rápidamente–. Jude y yo solo somos amigos, lo digo en serio.

–Eso es lo quieres que piense, pero no picaré Sabrina.

La chica suspiró, resignada. Sue siempre sería igual, no cambiaría nunca. Y en parte, no quería que lo hiciera. Que fuese tan espontánea, tan loca en buscar amor, era lo que le hacía especial. Era lo que le hacía ser... Sue.

–Oye, Xavier, ¿desde cuándo tú y...?

–No –respondió inmediatamente, sin dejar terminar a Nathan.

–¿Axel?

–No quiero hablar del tema, Kevin –esquivó Axel.

–¿Sabrina?

–Mark, no.

Sue sonrió al ver a esos tres. "Aquí hay tomate". Mientras, Tori y las demás sonreían un poco incómodas.

–Os recuerdo que Sabrina y Axel eran "solo amigos".

–¡¡Nelly!! –Gritó enrojecida Sabrina.

Como respuesta, Nelly, Celia y Silvia rieron. Recordaban bien cuando se lo preguntaron a la chica. Parecía que fue hace mucho tiempo, pero en realidad solo habían pasado unos meses.

–¿Y vosotros de qué os reís? –Estaba furiosa, furiosa y avergonzada–

 »A entrenar todos, ¡¡vamos!! –Ordenó a los jugadores.

Éstos, asustados, empezaron a correr y a ponerse en sus sitios correspondientes. Eso sí, sin quitar la sonrisa de la cara.

De reojo, Sabrina vio como Axel luchaba por no reír. Eso la hizo enfurecer y le lanzó un balón a la cabeza que, sorpresivamente, le impactó justo donde tenía que darle. Todos la miraron sorprendidos.

Otro mundo [IE] ✔️Where stories live. Discover now