EXTRA 4 (parte 2)

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6 MESES

La boda sería en muy poco tiempo. Habían estimado que se celebraría antes de que Sabrina diese a luz y, contando que cuando se prometieron ella tenía 2 meses de embarazo, debían darse mucha prisa. Axel estaba muy emocionado y Sabrina también. Quien no parecía muy emocionado era David Evans.

–No te acerques –le gritó Axel, preocupado al ver como su prometida se acercaba a la cocina.

–¿Por?

–Puedes hacerte daño... o al bebé –le explicó con una sonrisa, instándola a sentarse en el sofá junto a Camelia.

Las mujeres ahí presentes hicieron una mueca de ternura. Nunca habían visto a Axel así. No parecía ni él.

–Como toques el pastel te arranco los ojos, Nathan, ¿entendiste? –Le amenazó, haciéndolas sonreír con desesperación, Axel solo era tierno con Sabrina, era un hecho.

Mientras, el abuelo fulminaba al Delantero de Fuego a través de sus gafas de sol. Sabrina le hablaba con entusiasmo pero él no le hacía caso. Solo maldecía en silencio en dirección a Axel.

–Papá, deja de mirar así al pobre chico –le suplicó la madre de Mark.

David suspiró y negó con la cabeza. No podía negar que cuando le llegó la invitación de la boda de su querida nieta a Costail, estaba realmente emocionado. Por fin se casaría, y con Axel Blaze. Era un buen muchacho que hacía feliz a su niesta. ¿Podía pedir más?

Y entonces llegó a la casa de Jude Sharp, donde la mayor parte del tiempo estaban los chicos, pues, al ser tan grande, se había convertido en una especie de hotel. Y también de "sala de operaciones", pues allí se celebraría la boda.

–¿Cómo crees que será el bebé? –Le preguntó emocionada Nelly.

–Espero que como su padre no –se burló Scotty.

David sonrió. Un bebé. ¡Qué ilusión! Un bebé siempre era motivo de alegría. Pero, ¿quiénes serían los afortunados? Aún recordaba la alegría que le inundó cuando supo que iba a ser padre. Se sentía en una nube. Enseguida, quiso felicitar a los próximos padres.

–¿Y habéis pensado nombres?

–Axel y yo –comenzó a decir Sabrina y el mundo de David se derrumbó– habíamos pensado en...

No pudo escuchar más. Sabrina. La chiquilla. Su chiquilla. Su nieta. Su pequeña. ¿Embarazada? ¿De ese maldito de Axel Blaze? Lo castraría. Lo degollaría. ¿Cómo se atrevía ese... ese... ese... futbolista del tres al cuarto a mancillar a su pequeña?

–¡Axel Blaze, te mataré! –gritó enfurecido.

Sabrina intercambió mirada con su madre y maldijo entre dientes. El abuelo había llegado antes de tiempo.

–Oh shit.

–Abuelo, ¿sigues enfadado?

David simplemente hizo un extraño sonido que Sabrina interpretó como que no y, sonriendo, le dio un gran abrazo. David se lo devolvió. No podía negarle nada. Se había convertido en un viejo ñoño.

El enfado le había remitido. Debía entender que Sabrina debía empezar a vivir su vida. Y, por lo menos, Axel Blaze no era tan malo como otros. Al menos lo conocía.

–Te traigo chocolate, cariño –le tendió un bol con chocolate y le besó en los labios, justo frente a él.

"Al cuerno, lo mataré", pensó enfurecido, dándole con un balón en la cabeza justo cuando se alejaba. De dónde sacó el balón de fútbol sigue siendo un misterio.

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