EPÍLOGO

1.3K 92 4
                                    

En aquel místico lugar, las tres figuras estaban en completo silencio. Helios permanecía en completamente en shock. Ella lo sabía. Sabía perfectamente lo que le ocurría.

–Esa chiquilla...

La anciana se rio con ilusión.

–Esto es mucho mejor de lo que creía o de lo que alguna vez me imagine

La mujer rubia salió de la sala. "Esto no está yendo según lo vi". Retuvo un grito de frustración. No estaba yendo según lo había visto. Era distinto. Ella no volvía. Se suponía que se quedaría para siempre. Ella no...

Y entonces algo hizo click en su cabeza. Solo una persona podría cambiar el destino de una forma tan drástica de una persona

–El maldito Helios –murmuró furiosa.

Fue él quien había hecho ese cambio. Estaba segura. A ese maldito no le gustaba que las cosas estuvieran escritas. Le gustaba demasiado entrometerse en la vida de la gente para "darle emoción al asunto"

–¿Cómo se te ocurre hacer eso, Helios? –Preguntó hecha una furia entrando en la habitación del aludido

–Oh, por favor, solo ha sido una bromita de nada –rio mientras se mecía en la hamaca

–¿Una bromita de nada? –Repitió furiosa– ¿Acaso sabes lo que has provocado?

–Ilumíname, por favor

–Yo te lo diré, Helios –la anciana apareció en el medio de la habitación–. Has cambiado el rumbo de su destino y ahora la has dejado indefensa ante los cambios del destino

–¿Qué?

–En otras palabras, imbécil, antes estaba protegida por el propio destino porque la trayectoria de su vida ya estaba establecida de manera fija, nada podía cambiarla. El aspecto general estaba hecho. Pero tú has hecho que ella volviese, algo que, claramente, no estaba previsto, y has hecho que esa protección que tenía se rompiese

–Por lo que –continuó la anciana–, ahora estará sujeta a las variaciones constantes del destino

–Y a saber lo que puede ocurrirle. Y todo por tu culpa

Helios se levantó de su hamaca con una mueca. La había liado pero bien

–Bueno, pero ella volverá, ¿no?

–Se supone. Ahora no sé bien qué pasará

–Podemos intervenir en su destino de nuevo y...

–Sabes que hacer eso está mal y no podemos hacerlo tan seguido –replicó la anciana con una mueca triste– . El destino es muy delicado y no tenemos permitido intervenir dos veces de forma casi seguida

–Más te vale que encuentres una solución al lío que has montado, Helios –amenazó la mujer joven antes de salir de la habitación tan rápido como había entrado–, o te juro que sufrirás como un vil mortal

Se apareció en la sala donde lo veía todo. Allí pudo visualizar a una pobre chica mirando desorientada a su alrededor. Tenía lágrimas en los ojos y estaba junto a dos adultos que la miraban como si fuera un milagro. De esos dos también se encargaría pronto, no quedarían impunes por lo que habían hecho... o por lo que no habían hecho, contando que no habían cuidado de ella como se suponía que deberían haber hecho

–Oh, Sabrina. Lo lamentó mucho –comentó con una mirada triste–.

»Lo arreglaré todo, lo prometo.

 Lejos de allí, en Japón, unos chicos volvían a casa. En la caravana los ánimos estaban muy decaídos. Todos tenían lágrimas en los ojos. Sabrina se había ido. Algunos no habían estado mucho tiempo con ella, pero lo cierto era que la extrañarían mucho y que la despedida que tuvieron sería muy difícil de borrar. Sabrina era una chica que se hacía querer. Hasta Jude, que era muy frío, sonreía más cuando estaba con ella. En la caravana lo único que había era silencio, se oían hasta los latidos de los corazones del silencio sepulcral que había. Todos tenían caras tristes y miradas perdidas. Pero quien más afectado estaba era Mark. Había llegado a quererla como su propia hermana y ahora la había perdido.

Otro mundo [IE] ✔️Where stories live. Discover now