Capítulo Tres

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Jude suspiró. Suponía lo que ocurría con Austin. Era un gran chico y un fantástico jugador, pero, por algún motivo, no chutaba a puerta. Jude sospechaba que el chico había sufrido un rechazo por parte de su antiguo equipo debido a su gran capacidad de juego. Tenía un sentido del equilibrio increíble y no cabía duda de que eso despertaría celos en sus compañeros

De reojo vio como Axel rechinaba los dientes de furia. "Oh, mierda", pensó con una mueca. El delantero estrella del Inazuma Japón no se caracterizaba por su paciencia, y menos durante un partido de fútbol, pero sí por sus balonazos psicológicos.

–Maldita sea, Sabrina, ¿dónde estás cuando se te necesita? –Murmuró frustrado.

No podía hacer nada. Axel nunca escuchaba a nadie que le llevase la contraria en cuanto a sus "métodos" se refería. Pero Sabrina era una excepción. Sí, se acordaba perfectamente de la charla que le echó poco después de despertar.

–Axel, me gustaría hablar contigo –Mark y los demás se dispusieron a salir de la habitación, pero ella los detuvo–. No, no, no, no os vayáis. Esto también os concierne a vosotros.

Axel la miró con extrañeza. ¿Qué querría decirle que necesitaba la presencia de todos los demás?

–Nadie es perfecto, Axel –el chico asintió, dudoso y sin entender– y, por tanto, nadie rinde siempre al 100 por 100. ¿Hasta ahí bien?

–Eh, ¿sí? –Verdaderamente no tenía ni idea de que iba todo aquello.

–Axel, los jugadores de fútbol tampoco son perfectos y también tienen días malos. No puedes ir dando balonazos psicológicos a todo aquel que esté un poco despistado en un partido –Axel fue a intervenir pero ella lo detuvo con un gesto–. Sé que los partidos son muy importantes, pero eso no es excusa para que les dejes moretones a tus compañeros.

»Sé que eres un chico paciente...

–Lo será para ti –susurró Harley.

–... y que te tomas muy en serio el fútbol, pero no debes perder los estribos y tomarlo tan fuerte con alguien, ¿comprendes? –El chico asintió, arrepentido–. Mira cómo dejaste al pobre Shawn.

El aludido negó, no quería que lo metiesen en eso, no, no, no. Pero la chica lo agarró de la camiseta y lo atrajo hacia ella. Decidida le levantó la camiseta, dejando ver un torso trabajado de piel pálida con un enorme moretón morado. Sabrina no pudo evitar fijarse en que estaba bastante trabajado

"Me gusta lo que vemos..."

"¡¡Conciencia!!" 

"Tócalo, por favor, tócalo"

"¡¡Conciencia!!"

En seguida, ambos enrojecieron, pero eso no impidió que Sabrina siguiese hablando sin titubear

–Axel, son tus amigos, no tus enemigos.

–Lo sé y lo siento mucho –se disculpó ante todo el equipo, que no daba crédito a lo que veía–. A veces pierdo la razón y me dejo llevar por mis impulsos. Prometo que no volverá a pasar. Lo lamento mucho, chicos

–No... no... no te preocupes –titubeó Mark, confundido.

–Sí, al fin y al cabo sus balonazos son muy efectivos –asintió Scotty con una sonrisa maliciosa.

–Pero está mal, Scotty –el chico se asustó por el grito de la chica–.

»Ahora quiero que le des un abrazo de disculpa a Shawn.

Otro mundo [IE] ✔️Where stories live. Discover now