Capítulo Cinco

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La preocupación que tenía ya era demasiada para su cuerpo. Cada vez que los veía caer, algo se removía en su interior. Era una sensación horrible. Era pura impotencia. 

Erick, Bobby y Mark querían hacer una técnica, el Tripegaso, una supertécnica que utilizaban los dos primeros en Estados Unidos con otro amigo en común. Y se la querían enseñar a Mark. 

Y, bueno, las instrucciones parecían sencillas la verdad, en teoría parecía algo fácil, pero en la práctica ya cambiaba un poco. Tenían que confluir en un mismo punto y era realmente difícil. 

"Por lo menos las direcciones sí se cortan", trató de consolarse a sí misma cuando los vio caer al suelo de nuevo

De reojo vio a Silvia, quien tenía los puños fuertemente cerrados. Se notaba que quería ayudarle, fuese como fuera. Y no iba a mentir. ¿Quién no querría ayudarlos? Sus sentimientos se veían genuinos, ellos eran genuinos. En su rostro no había maldad alguna. Era algo muy diferente a lo que ella estaba acostumbrada en su mundo, donde la gente siempre se ponía una máscara. La falsedad era algo muy común. Pero esos chicos... Ellos eran asombrosos. Era la única palabra con la que podía describirlos. Aún recordaba la noche anterior con una sonrisa:

Todos estaban reunidos en la habitación de Mark, rodeando a Erick. El chico había caído bien de inmediato. Era de ese tipo de chicos que atraen a la gente por su carisma. Y luego estaba Sabrina, quien seguía indecisa. ¿Debía irse o era mejor quedarse? En lo personal, sabía que lo mejor era bajar a la cocina a ayudar a la madre de Mark a preparar los aperitivos. Sin embargo, en lo más profundo, ella quería quedarse

Estaba en la puerta, mirándolos con una pequeña sonrisa. Rápidamente, Mark se levantó y la arrastró dentro de la habitación. Con ellos. Y nadie puso mala cara o le pareció mal

La conversación siguió su curso y ella trató de participar aunque no entendía nada de lo que hablaban. Se sintió parte de algo. Esa sensación nunca la había sentido antes.

De repente, Mark saltó y se golpeó con la cabeza de Jack. Todos comenzaron a reír, pero lo sorprendente fue la risa de Sabrina. Todos se callaron mientras la chica no podía parar de reír.

–Se está riendo –comentó sorprendido Steve. 

–Se ríe –murmuró Sam

–Axel, he hecho que se ría –celebró Mark, moviendo el brazo de su amigo con una sonrisa orgullosa

Axel asintió ausente, no pudiendo dejar de ver  la sonrisa genuina de la nueva inquilina de Mark. Su risa era... Era lo más hermoso que había escuchado alguna vez. Ante tal pensamiento se sonrojó. ¿Qué mierdas le pasaba? ¿Desde cuando él tenía ese tipo de pensamientos?

La conversación siguió su curso, centrándose sobre todo en la vida de Erick en Estados Unidos y en su trayectoria del fútbol

–Pienso llevar a Estados Unidos a lo más alto en la cima del fútbol –proclamó emocionado.

–¿Ah sí? Pues entonces tendrás primero que ganar a Japón. Nosotros también lo llevaremos a lo más alto –replicó Mark con una sonrisa triunfante.

Sabrina ocultó su risa apretando los labios. No quería bajarles de la nubes, pero no eran conscientes de que era fútbol juvenil y que para poder jugar en la selección aún quedaba mucho tiempo. El fútbol juvenil no era tan importante. Al menos eso sabía ella claro

–¿Tú qué dices, Sabrina?

–¿Yo?

–Sí –asintió Max–, eres la única que no juega al fútbol, ¿qué quieres hacer cuando seas mayor?

Otro mundo [IE] ✔️Where stories live. Discover now