EXTRA 5

767 45 25
                                    

Axel miraba nervioso a su esposa. Tenía miedo. Nunca la había visto así. Acunó a su hija, a su pequeña bebé que había nacido hace unas semanas.

La pequeña Catrina Elisabeth Blaze Evans, Cat o Lizzie, era todo lo contrario a su hermano. Si Devlin fue muy nervioso en la etapa de embarazo, ella no daba ninguna molestia. Pero, cuando Devlin nació, se convirtió en un angelito, era tan tranquilo... Sin embargo, Cat no dejaba de llorar, causando insomnio a sus padres y hermano, que ya tenía 3 años.

Desde que había visto a su hermanita, Devlin se quedaba hasta las tantas, cuidando de su hermana pequeña, tal y como le prometía a su padre. Pobre niña cuando creciese, porque iba a tener a un padre y un hermano muy celosos.

–Debes proteger a tu hermanita, Devlin –le había dicho Axel–, sobre todo de los novios.

–¿Qué es eso, papi?

–Son monstruos enormes y feos que se comen a las niñas hermosas como tu hermanita.

Devlin se había asustado tanto que había tenido una pesadilla sobre unos monstruos que salían debajo de su cama y se comían a su pequeña hermanita.

Desde entonces, se iba a dormir a la habitación de su hermana y la veía dormir mientras le leía un cuento infantil que le había comprado su tía Silvia.

–Mami, mami –gritó Devlin emocionado, entrando en la habitación de sus padres–, han venido el tío Mark y el tío Nathan a jugar al fútbol. ¿Puedo...? –La pregunta murió en sus labios al ver a su madre pálida, tumbada en la cama, y con el rostro sudoroso.

Su abuelo se giró en ese momento y le sonrió con tristeza. Le tendió el termómetro a Camelia, quien le estaba ayudando. Al ser enfermera, podía ayudar a su amiga

–Hola, campeón –miró de reojo a su hijo y suspiró con pesadez, ¿cómo iba a contarle al pequeño la situación en la que estaba su madre? Se sintió como cuando tuvo que decirle a Axel que su madre se estaba muriendo–. Tu mamá está...

–¿Se muere? –Interrumpió con una mueca. No era tonto y ya había visto a su madre muy enferma meses antes, estaba cansada, con ojeras y muy pálida siempre. Sobre todo desde que había nacido su hermanita. Sabía que algo malo le pasaba a su mamá y no quería que su abuelo le mintiese a la cara

Axel se tensó, Cat lo notó y empezó a llorar. Miró a su madre, pidiendo ir con ella, estirando sus bracitos hacia ella, pero Axel decidió bajarla con Mark y Nathan, estando seguro que también estaría Nelly. Ahora mismo solo confiaría a su hija en una sola persona y era Nelly Raimon. Nelly era la única mujer en la casa que podía ocuparse de su hija. Sabía perfectamente que si se la dejaba a Mark, éste la pondría a jugar al fútbol. Y Axel quería que fuese él quien le enseñase la primera vez.

Devlin se acercó a su madre y se sentó a su lado con esfuerzo. Una vez tumbado a su lado, la abrazó con fuerza.

–Te quiero, mami.

–Yo también a ti, bebé –le respondió ella con la voz débil, acariciándole el pelo–. No lo olvides nunca.

El pequeño negó, con los ojos llenos de lágrimas, apretando el abrazo

–No te vayas, mami.

–Eso intento, cariño –dejó escapar una tos y se colocó mejor en la cama mientras lo abrazaba aún más fuerte. Suspiró con dolor, el pecho le quemaba, y supo que no terminaría bien–, eso intento


╭───────╯ °✧° ╰───────╮


Nelly le hacía caratoñas a Cat en el jardín, tratando de que la niña se distrajese un poco. En el salón, los tres amigos estaban reunidos con la cabeza gacha. Mark jugaba con el balón de fútbol en sus manos, Nathan bebía su café y Axel... él trataba de no llorar.

Otro mundo [IE] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora