Capítulo Siete

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Esa era la quinta noche que soñaba con personas desconocidas para ella. Eran sueños como el que tuvo con Mark. La diferencia era que esos últimos que había tenido la habían dejado descompuesta. No solo eran desconocidos, sino que también siniestros. La primera noche que soñó con ellos sintió miedo, pero después se acostumbró a aparecer en esa sala oscura que pocas veces se iluminaba. 

De momento nadie se había percatado de su existencia, y por nadie se refería a los tres chicos que siempre estaban ahí. No lograba verlos con claridad, pues los focos eran demasiado potentes, pero llevaba el suficiente tiempo ahí como para asociar las voces a las luces. 

El que tenía el foco rojo tenía una voz furiosa, siempre parecía enfadado, su tono denotaba demasiada... pasión. Sonaba raro decirlo, pero eso le transmitía a Sabrina. Ella estaba segura de que era un chico que se dejaba llevar mucho por sus emociones, demasiado pasional, algo que no era muy bueno. Además, tenía un tono siniestro, como si estuviera siempre segundas intenciones. Le producía escalofríos oírlo hablar

Por otro lado, el chico de la luz azul era totalmente lo opuesto. Su voz no denotaba ni una sola emoción, parecía que hablaba con indiferencia. Era frío como el hielo, así como el otro parecía tan pasional como el fuego. Y eso no le gustaba nada. Se sentía segura cuando podía descifrar las emociones de la gente gracias a su voz, pero con ese chico era imposible. Ni siquiera Jude era tan cerrado en ese sentido. Definitivamente, el que le producía más desconfianza era ese chico

Y, por último, el chico que más le llamaba la atención era el de la luz blanca. Era una voz suave, pero certera. Más de una vez les había callado la boca a los otros chicos con uno de sus comentarios sagaces. Sabrina estaba segura de que él era el líder

–¿Te has divertido, Xen? –Sabrina trató de ver la cara del chico rodeado de luz blanca.

"Ósea que se llama Xen", murmuró su conciencia. Se prometió recordar que el chico de la luz blanca se llamaba Xen, aunque estaba segura de que no lo recordaría

–¿De qué me estás hablando?

–No te hagas el tonto –replicó el de la luz roja

–Parece que te has enfrentado al Raimon usando el nombre de Génesis –añadió el de la luz azul. Su tono mostraba suma indiferencia, pero Sabrina pudo ver cómo apretaba los puños con fuerza

–Solo fue un juego, nada más. ¿O es que a vosotros no os llama la atención? Porque he de reconocer que ese chico, Mark Evans, es muy interesante

La chica sintió un peso en el corazón. Estaban hablando de sus amigos. ¿Se habrían enfrentado a ellos? ¿Qué les habían hecho? Axel le había explicado que, cuando llegaron los extraterrestres, la mitad del equipo fue llevada al hospital por las heridas que les causaron esos malditos

–Deberíais jugar con él –sugirió con una pequeña risa Xen

–Puede que vosotros, los del Gaia, disfrutéis de la posición de Génesis, pero os aconsejo no cometer ningún error –eso era una amenaza en toda regla–, los del Diamond estamos preparados para todos

–Muy pronto, nosotros, el Prominence, nos quedaremos con ese puesto –argumentó el de la luz roja, él también parecía dispuesto a todo por conseguir ese título. ¿Tan importante era?

De repente, sintió una presencia detrás de ella, se giró lentamente y vio a un extraño hombre de pelo verde y piel pálida. Sus ojos, parecidos a los de una serpiente, la hicieron estremecerse en su sitio. Pero, lo que definitivamente más la asustó, fue lo que su tétrica voz, y lo que dijo:

–Te encontré...

La agarró del brazo y, de pronto, sintió cómo sus fuerzas se iban. Ya no podía mantenerse de pie, ya no podía ni siquiera mantener los ojos abiertos. Solo sintió la oscuridad y dolor, mucho dolor, por todo su cuerpo

Otro mundo [IE] ✔️Where stories live. Discover now