Capítulo 34

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—Minnie

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—Minnie... —Susurró.

—¿Hmm?

—Minnie... —Nuevamente.

Abrió los ojos encontrándose en su habitación. No, no era su habitación... Este era muy parecido, sólo que tenía un aspecto más oscuro y húmedo... Había algo de niebla, y unas luces azules como si fuesen luciérnagas a su alrededor.
No había nadie, ni siquiera Jungkook estaba dormido a su lado. No se escuchaba nada, estaba sólo en esa oscuridad...

¿Entonces de quién había sido esa voz?

—¿Ya vas a escucharme?

—¿Qué necesitas?

—He querido advertirte de algo mas nunca me has puesto atención. Escucha...

—Espera, primero quiero contarte algo... —Tomó una bocanada de aire antes de continuar— Estoy en cinta, y el cachorro es tuyo...

—Siempre lo he sabido, Minnie. Todo, sabía que ocurriría, pero todo falló... Sé que estás en cinta, he estado presente en cada momento. Pero esto es mucho más importante y debo decírtelo antes de que despiertes, así que por favor escúchame.

Era obvio, el espíritu de SeokJin al morir no se había desprendido de su cuerpo de una forma pacífica, tenía mucho que contarle al menor y su tiempo se había acortado. Ahora en forma fantasmal se esforzó día y noche para encontrárselo en sus sueños. Esa era su oportunidad, y tenía poco tiempo.

Tomó la mano del menor y lo guió hacia la ventana de su habitación donde podían verse a lo lejos la Luna brillando muy intensamente, más de lo normal. Entonces el profundo silencio que había reinado en sus sueños por un buen tiempo había sido reemplazado por el sonido de animales silvestres y unos murmullos a la lejanía.

—Debes asegurarme de que cuidarás muy bien de ti, y de tu hijo... Lycoris les busca.

—¿Quién es Lycoris? ¿Y cómo es que sabes todo esto?

—Lycoris es una bruja... Quiere el anillo que te regalé, cuídalo muy bien.

—¿Pero por qué? ¿Qué tiene mi anillo?

—Tiene un poder que está muy fuera de tu imaginación... Pero dentro de poco alguien te explicará. No tengo mucho tiempo, ya vas a despertar.

—¡Puedes decírmelo en otro sueño!

—Lo intentaré.

SeokJin había comenzado a alejarse sin dejar de mirarle como si estuviese levitando, su cuerpo parecía tan liviano que incluso daba la ilusión de que no le costaba para nada.
Jimin corrió detrás de él intentando alcanzarlo pero el lugar comenzó a derrumbarse, la luz de la luna se desvanecía cada vez más rápido.

—¡Sólo prométemelo, Minnie!

Desvaneció por completo frente a sus ojos y inútilmente caminó de forma desesperada buscándolo, alguna cosa... Pero sólo había un frío vacío.
Volteó un poco hacia atrás y caminó un poco más viendo los detalles de la habitación; cada cuadro, cada cosa encima de su tocador... Entonces escuchó un ruido.

Lo siguió sin dudarlo ni una vez a través del largo pasillo que se desvanecía justo detrás de él intentando alcanzarlo. Frente a él había una sombra que se encarecía cada vez que se acercaba un poco más.

—Kookie...

—Dime, cariño.

Esas voces...

Fue tan sólo un par de segundos, pero sus ojos llegaron a apreciar cómo su esposo sostenía a alguien más antre sus brazos, cómo besaba a ese alguien que le había ocasionado escalofríos cada vez que le recordaba... Pero ya no tan sólo era una sombra, ese rostro pertenecía a nadie más que Lee JiHoon, su aprendiz.

Pero antes de que pudiese decir ni una palabra él mismo comenzó a desvanecerse de pies a cabeza de una forma sorprendentemente rápida, y lo último que escuchó fue una risilla que bien sabía a quién pertenecía.

. . .

Sus ojos finalmente se abrieron de forma tranquila. Su mente no recordaba casi nada acerca del sueño tan extraño que había creado... ¿Qué era lo que había dicho SeokJin? Tal vez tan sólo era algo lindo, ya que le recordaba sonriendo. Aunque no descartaba el hecho de haberse despertado con una sensación extraña dentro de su pecho.
Tampoco podía sacarse de la cabeza a Jungkook besando a esa sabandija.

Frente a él estaba su esposo durmiendo pacíficamente tomando una de sus manos como un peluche que abrazar. Se veía adorable con sus labios entreabiertos y su cabello cubriéndole un poco los ojos. Le encantaba verlo con cabello largo.

Mordió su labio inferior acercándose tan solamente un poco al cuerpo del mayor quedando a su altura, alzó una de sus manos y con delicadeza trazó una línea con su dedo índice en la pequeña cicatriz en su mejilla.

—¿Estoy haciendo lo correcto? —Se dijo a sí mismo.

Y como si hubiese sido una respuesta a su pregunta, aquella brisa cálida que ya conocía lo envolvió como si fuese una manta contándole lo que necesitaba saber sin la necesidad de palabras.

Vas por un buen camino, no lo dudes más, era aquella respuesta.

Sus dedos traviesos recorrieron un viaje corto a la zona de su marcada mandíbula imaginándose a Jungkook en una de sus pinturas, después a aquellos lunares en su cuello y por último en su labio inferior.

Besarlo en ese momento marcaría un antes y un después en su corazón e incluso en su destino. Pero Jungkook había dado ya los primeros pasos, y era hora de que él hiciera lo mismo. Porque quería arriesgarse a intentar, porque primera vez en tanto tiempo y aunque el futuro fuese incierto, tenía la voluntad de querer seguir adelante con su vida.
Quería a Jungkook, muchísimo, era evidente, ya no tenía más que temer.

—¿Jimin? —Su voz adormilada le había robado un suspiro.

—Buenos días. —Sonrió embobado tocando su labio inferior ya sin intentar retenerse más.

Jungkook sonrió de forma inocente sin tener idea de lo que estaba sucediendo, ¿Por qué repentinamente Jimin lo miraba de esa manera tan tierna?
Revolvió su cabello soltando una risilla y acercó el rostro del rubio unos cuantos centímetros más, lo suficientes para dejar un beso en su frente.

Vio cómo sostenía en una de sus manos una llave junto a un anillo de zafiro. Nunca se lo había contado, pero deducía que el anillo tal vez sería de SeokJin... Jimin sin duda sería el tipo de persona que guardaría algo como eso.

—¿Para qué es la llave?

—Si te levantas ahora mismo prometo contarte, hoy saldremos. —Habló entusiasmado poniéndose de pie.

Y Jungkook no tardó ni un segundo más en seguirle a dónde fuera.

Crown; 국민Where stories live. Discover now