Capítulo 1

2.1K 170 41
                                    

—¡Dionisio, vuelve!

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—¡Dionisio, vuelve!

Las elegantes plumas negras del cuervo del príncipe fueron descendiendo muy suavemente en el aire hasta que sus patas se ajustaron a su hombro. El ave miraba a los lados con el sobre en su pico.
Jimin tomó lo que el cuervo llevaba y lo abrió sentándose al borde de la cama. La letra en el papel era muy limpia, incluso a los bordes habían unas pequeñas decoraciones con pequeños corazones y estrellas.
Sonrió con el corazón vibrándole en el pecho y volteó hacia atrás una vez sintió el peso de unos brazos rodear su cintura.

—Sabes que puedes mandarme un mensaje o hablarme como ahora, ¿Verdad?

Dionisio tomó un pequeño impulsó para alzarse en el aire e ir hacia otra parte de la habitación a acicalarse.

—Entonces perdería el encanto, mi florecita.

—Eres así de detallista porque se acerca mi cumpleaños...

—¿A poco es tu cumpleaños? No lo sabía...

Un leve cosquilleo recorrió su cuerpo ante los leves besos que SeokJin había plantando en la piel de su cuello. El Omega más alto sabía todos sus puntos débiles y el cómo le gustaba el que le diesen regalos, más las bellas cartas que su perfecto novio hacía para él.

Y cuando voltearon sus cuerpos mirándose cara a cara no pudieron aguantar las risillas que entre el revoloteo en su estómago estaban impacientes por salir. Se acercaron como un auto reflejo y sus labios se tocaron muy suavemente.

Ambos formaron una sonrisa en sus rostros apenas y se miraron directamente a los ojos. Ese cabello azabache y los esponjosos labios que formaban su sonrisa lo traían loco como la primera vez. SeokJin era un sirviente de Spiraea, ambos se conocieron cuando apenas eran unos niños y sin haberlo nunca esperado sabía que estaba frente de quién querría casarse aunque fuese lo más loco que sus sueños jamás hayan creado.

—Gracias, mi cielo.

—Minnie...

—¿Sí?

—De hecho... Venía a decirte algo más. Entre los empleados ya se corrió la voz de qué tus padres ya vienen en camino.

El menor hizo un puchero en sus labios que el más alto besó casi de inmediato.

—¿Prometes que vendrás a visitarme todas las noches? Voy a extrañarte mucho...

—Lo prometo, pero por ahora...

Caminaron juntos hacia el enorme armario del príncipe quien se notaba algo confundido por lo que el mayor estaba tramando.

Pronto un par de sirvientes más llegaron con cintas para medir y las colocaron en cada parte de su cuerpo. Después otras personas que ellos no conocían tenían dentro de un baúl muchísimas telas de alta costura.

—¿Qué es todo esto? ¿Por qué las telas?

—No lo sé, fueron órdenes de la reina. Tal vez sea por tu cumpleaños...

Crown; 국민Where stories live. Discover now