Capítulo 83

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Tres meses después

Las olas del mar creaban una brisca fresca que llegaba a despeinar un poco sus finos y rizados cabellos rubios. El olor del agua junto a la sensación de la arena tibia debajo de la planta de sus pies le incitaba a iniciar una siesta que probablemente duraría toda la tarde.

Las risas y el sonido de las pisadas de su pequeño cachorro al correr le avisaban que iba acercándose a ellos, y cuando levantó la mirada el niño de cabellos rubios y ojos azules al igual que su padre, le miró sonriente enseñándole una cubeta llena de piedritas y conchas de mar.

—Son hermosas, pequeño, ¿Las encontraste tú solito?

—Así es papi, las traje para ti. —Dejó la cubeta en las manos de su padre Omega.

—Recuerda lo que hablamos antes de salir de casa.

—No recuerdo nada... —Hizo un puchero.

—Hablamos acerca de los animalitos de la playa, ¿Recuerdas dónde viven los cangrejitos?

—En conchas...

—¿Y qué sucede cuando te llevas las conchas a casa?

—Ellos no tendrán casa... —Fue disminuyendo su voz.

—Así es, así que debes dejarlas donde estaban antes de regresar, ¿Está bien?

—Pero era un regalo para ti...

—Son preciosas, JiHyun. Pero me encantaría que las devolvieras para que los cangrejitos tengan una casa a la cual ir, ¿No crees que todos deberíamos tener una casa?

—Sí

—¿Entonces, qué tal si me acompañas a devolverlas?

—Está bien, papi —Sonrió un poco más seguro cuando su padre le tomó de la mano y comenzaron a acercarse a la orilla.

Pronto el agua mojó sus dedos, estaba un tanto fría ahora porque el sol estaba ocultándose, aún así y sintiendo algo de humedad en sus pantalones doblados hasta sus rodillas, ingresó un poco más para que JiHyun comenzara a enterrarlos haciendo memoria de dónde los había encontrado. Él a diferencia de Jimin, había podido experimentar mucho más el tocar y escarbar la tierra o la arena con sus propias manos; aún después de tanto tiempo de deconstrucción, al Omega aún le incomodaba ver en su hijo algunas acciones que para él algún día fueron inaceptables, pero seguía en la postura de querer que éste viviese de una forma sana, no impidiéndole nada que sabía que no le haría daño o limitarlo a los mismos márgenes en los que él mismo fue criado. Así que dejó que el pequeño continuara y enterrara una más en la arena, ensuciándose un poco en el proceso, pero era lo de menos.

Jimin volteó un poco para mirar por encima de su hombro y vio al fondo a Jungkook sentado debajo de una sombrilla, tomando un poco de refresco ya que él no consumía ningún tipo de alcohol.

—¡Aquí les espero, iré por la comida! —El Alfa alzó su brazo en el aire mientras su voz se elevaba lo suficiente para ser escuchado.

—¿Lo escuchaste, JiHyun? Koo va a traer la comida, ¿Ya tienes hambre?

—¡Sí! ¿Qué vamos a comer?

—Mmmm, es algo secreto, ni siquiera yo lo sé, ¿Tú qué crees que sea? Tu papi debió esforzarse mucho.

—Va a ser delicioso si lo hizo él. —Respondió simplemente.

—Está bien, ¿Ya terminaste de enterrar las conchas?

—Si papi, ¿Podemos ir a comer?

—Claro, vamos.

Mediante caminaron por la arena, fueron dejando algunas huellas que de inmediato desaparecieron, así hasta que llegaron a la sombra donde estaba el Alfa acomodando los platos sobre la mesa, la música sonaba un poco baja.
Ambos sonrientes se acercaron tomando sus lugares
Comenzaron entonces cada quien a servirse, y para la sorpresa del mayor, esta vez Jimin había tomado una porción grande de la pizza que él había cocinado, ¿Le gustaba tanto su comida?

Crown; 국민Where stories live. Discover now