Capítulo 74 "Still With You"

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JIMIN

Habían pasado casi dos horas desde que Jungkook llegó, y desde entonces habían invertido el tiempo en pasear por el palacio y ponerse al día. Le preguntó acerca del collar que llevaba en su cuello y sobre la llave, y Jimin se quedó callado durante unos segundos.

—JiHyun la tiene.

—¿JiHyun?

—Sí, a veces vamos a visitar la casa que tenía con SeokJin, creí sensato contarle acerca de él...

—¿Casa? ¿De qué estás hablando?

—Él había comprado una casa para los dos una vez que huyeramos del palacio, está muy lejos de aquí, pero a veces llevo a JiHyun a visitarla, ahora se convirtió en el lugar donde están la mayoría de mis pinturas.

—Oh... Sí, es bueno que sepa de su padre biológico, es su derecho a fin de cuentas.

—¿No te molesta?

—Claro que no. Yo soy su padre, sí, pero no quiero prohibirle saber acerca de su origen, pienso que hiciste bien en decirle la verdad.

Siguieron avanzando hasta que llegaron a la gran puerta donde estaban todos los autos de la realeza, sabiendo que dentro de unos segundos no necesitarían preguntar antes de llamar a Sungwoon para salir a pasear.

. . .

El viaje fue corto, pero lo suficiente largo para que Sungwoon esbozase una sonrisa llena de ternura al ver al par en la parte de atrás; Jimin había dejado reposar su cabeza en el hombro del Alfa, apenas y sintió su piel chocar con la suya sintió aquel aroma a moras que tanto había extrañado en su cama por todo ese tiempo. Pero no creyó prudente el abrazarlo y comenzar a inhalar su aroma... Le llamaría loco, sí.

En cuanto al Alfa, este trataba con todas sus fuerzas el no acercarse demasiado o llegar a invadir de más su espacio personal, aunque si se permitió copiarle al contrario cerrando sus ojos.

—Llegamos.

Y como siempre, las puertas fueron abiertas, y ambos agradecieron que el lugar que visitaron estuviese alejado de la ciudad, así podrían conversar tranquilos.
Entraron al edificio y de inmediato fueron atendidos; se trataba de un restaurante con temática de bosque dentro de unas habitaciones que se separaban entre sí con paredes de tela, y al caer la noche encendían unas luces al fondo que hacían de todo un lugar mágico.

Ambos tomaron sus lugares, y Sungwoon prefirió dejarles a solas yéndose a otro lugar no tan lejos de ellos, lo suficiente para poder estar al tanto de ambos y que nada malo ocurriese.

—Tenemos suerte de que no nos hayan visto al salir, ya habrían subido las fotos a las redes sociales y estaríamos en boca de todos. —Jimin tomó la servilleta de papel y al haberla ya desdoblado, la colocó en su regazo con completa elegancia.

—Y así se enterarían de que estamos juntos...

Jimin se le quedó viendo completamente sorprendido. Es decir, no lo había dicho en ese sentido, ¿Cierto?
Era necesario que lo aclarase, entonces sacudió sus manos en forma de excusa explicándole la verdad con algunas risillas nerviosas.

Un par de segundos después llegaron los meseros con el menú en sus manos y a llenar las copas del vino que habían elegido entre los dos.
Y cuando llegaron sus platillos, el mayor pudo notar que Jimin comía sin ninguna prisa, más bien demasiado correcto... Como un Rey Omega, y eso le hacía crecer un sentimiento de añoranza dentro de su salgo, porque incluso cuando las puertas se habían cerrado dejándoles algo de privacidad, siguió tomando pequeños bocados de comida.

—Es de mala educación no probar la comida, Jungkook. —Sonrió suave.

—Oh, cierto...

Y a diferencia del menor, Jungkook esta vez era quien tomaba los bocados grandes, quien parecía disfrutar tanto la comida para acabársela en tan sólo unos minutos. Porque debía aceptarlo... Era apenas suficiente para una persona, todo un chiste.

Tomó la mano del menor sobre la mesa observando la delicadeza que ejercía al llevar la copa con vino a sus labios, y después de eso tomaba tan sólo un pequeño sorbo.

—El lazo, debió ser difícil cuando desapareció...

—Fue un infierno.

—Tu padre me contó que intentaste...

—Varias veces, sí. Los primeros meses fueron así; un fuerte dolor en mi pecho junto a otros malestares además de las ganas de intentar de quitarme la vida. Mi Omega sintió demasiada vergüenza incluso por un año y durmió durante todo ese tiempo al no tener un Alfa a su lado. Gracias a esos dos fue que... Sin ellos, JiHyun, Dios... Gracias a ellos estoy aquí.

—Lo siento.

—Lo sé, y descuida, ya no importa, eso fue hace años. Ahora me siento mejor.

—En serio, Jimin, no hay cosa que pueda compensar todo el daño que te he hecho, pero quiero que sepas que lo siento, muchísimo. —Jimin suavizó su mirada y acarició los dedos del contrario, queriéndole recalcar que ya no había problema alguno, que él estaba bien y debía confiar en sus palabras.
Y le creyó, porque recordaba esos ojos sinceros, aquellos que una vez los mirabas sabías que estaba diciendo la verdad.

—A pesar de tantos años, sigues siendo la persona perfecta. Te ves hermoso esta noche.

—¿Tan sólo mi apariencia?

—Eres una persona hermosa, y se que las cosas han cambiado pero me enamoré de ti de forma sincera. No dudo que pueda suceder de nuevo, esta vez de este nuevo tú.

—¿Es acaso una propuesta, Jeon Jungkook?

—Si me das la oportunidad de conquistarte una vez más, sí. —Sonrió ladino y después pasó a una completa arrugando sus ojos.

—Está bien, pero deberás llevar a cabo por completo el cortejo.

—Eso es muy anticuado, ¿No lo crees?

—Soy un Rey, Jungkook. El cortejo es una parte muy importante, pero si no estás dispuesto, entonces...

—¡Haré mi mejor esfuerzo! —Por primera vez en todo el día, el rubio soltó una carcajada dejando caer su cuerpo hacia la silla mientras cubría su boca. Después Jungkook le acompañó con una sonrisa embobada; nunca se cansaría de ver al Omega feliz y sonriente justo como en ese instante.

Pasaron tal vez unos minutos en silencio, sino hasta que Jungkook llevó al rubio a una sala privada un poco más grande donde habían dos personas sonrientes al verlos llegar; un violinista y un pianista comenzaron a tocar una melodía dulce, lenta y tranquila.

—¿Me concede esta pieza?

Jimin no respondió nada, aquella suave sonrisa en sus labios más su mano colocándose sobre la del azabache fue suficiente para que después fuese sujetado por la cintura y comenzar a bailar de forma lenta con sus pechos cada vez más cerca.
Se miraban muy fijamente cuando marcaban los pasos en el piso, y cuando Jungkook terminaba de hacerle dar una vuelta y de nuevo lo tenía junto a él, sonreía muy suavemente con esos ojos soñadores llenos de brillo.

Y no sabían si era porque el lugar había sido el indicado y las luces les hacían sentir seguros, o porque los músicos cada vez se escuchaban de forma más delicada, pero teniendo al azabache sosteniéndolo como ahora y sus respiraciones chocando contra sus mejillas, finalmente mandaron al diablo el miedo dentro de sí y sus labios se tocaron muy sutilmente, y después una vez más durando unos segundos más con una sonrisa.

Jimin levantó un poco su rostro y susurró:

“Te he extrañado, muchísimo”

Le miró a los ojos, viendo aquellos orbes iluminarse con un brillo muy especial, y sus mejillas tornarse de un rojo carmín.

Crown; 국민Where stories live. Discover now