Capítulo 56

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—¿Cómo se que puedo confiar en ti?

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—¿Cómo se que puedo confiar en ti?

—Somos hermanas, ¿no? Confía en mi, querida ChaeRin, recuerda que debes tener herederos...

La mujer se había acercado a su vientre acariciándolo con sus uñas largas amenazando a su piel blanca. Las antorchas a su alrededor le dificultaba demasiado el verle rostro, y él único consuelo que pudo haber tenido se había esfumado.
Antes de que pudiese decir algo más, un objeto filoso atravesó su vientre del todo, un intenso dolor recorrió su zona pélvica provocándole el llanto y los gritos desgarradores que a su esposo le inquietaban cada vez más.
Le miró suplicante hasta que vio que detrás de ella estaba acercándose un hombre con guantes, la aguja que sujetaba con un par de pinzas chorreaba un líquido azul, muy parecido al que Lycoris había colocado en la espada.

—¿Ya es todo? —Apenas pudo pronunciar.

—No hemos hablado acerca de cómo me pagarás, no puedes recibir sin dar nada a cambio...

—¿Cómo debo pagarte?

—Eso lo hablaremos cuando tu bebé nazca.

Justo en ese momento sus ojos se cerraron, había sido demasiado para ella.

. . .

—¿Cuál fue el precio a pagar, padre?

—Yo... Jimin, debes saber que te amamos más que cualquier cosa en el mundo, por favor...

—¡Dime cuál fue!

De nuevo ese sentimiento dentro de su pecho estaba avisándole de un peligro inminente. Lo que sea que estuviese a punto de decir, no era nada más que malo.

. . .

Las antorchas de nuevo habían sido encendidas, sólo que esta vez había muchísima más gente alrededor gritando eufóricos y pronunciando cánticos propios de ellos. El vientre de la Reina estaba abultado y su esposo a su lado temblaba en su lugar mientras le tomaba de la mano.
Los gritos salieron de su garganta cuando Lycoris le pidió pujar, y tan sólo deseaba que ese momento pasara lo más pronto posible. Quería tener a su pequeño entre sus manos, mirarlo y protegerlo cuando llegasen a casa...

—Veo su cabeza.

Cerró sus ojos sintiendo la sangre subir hasta su cabeza, la mano de su marido estaba siendo apretada por ella a la vez que intentaba seguir con lo suyo. Las venas en su frente se alzaron y un poco de sudor pegó un poco su cabello a su piel.
Después de un par de minutos sintió un tipo de liberación y se dio cuenta de que todo había terminado, su pequeño cachorro ahora estaba en brazos de su hermana mayor siendo limpiado.
Cuando estuvo por fin en las manos de ChaeRin, comenzó a llorar y repartir besos por todo su rostro, aún no podía creer que después de tantos intentos por fin había dado resultado al cachorro más hermoso que sus ojos habían visto.

—Jimin... —Murmuró.

—Ahora, como me pagarán... —Acarició su barbilla de forma pensativa.

—¿Eh?

—¡Ya lo sé! —Esa sonrisa en su rostro no le había gustado para nada.

—¿Cómo?

—El primogénito de tu hijo sería más que perfecto. Él crecerá completamente sano, no tendrá problemas para procrear, si después de su primero quiere tener uno más no le veo el problema...

Lycoris guardó el instrumental dentro de un estuche, del cual sus ayudantes se habían encargado de retirar. En cuanto a ella, tan sólo se había dado la vuelta y se alejaba cada vez más de ellos.
No importaba cuantas veces le alzasen la voz, les ignoró cada una de ellas.

. . .

—Vendiste a TU nieto, ¿eso es lo que quieres decir? —A pesar de que Jungkook había colocado una de sus manos en su hombro, no pensó dos veces antes de avanzar hacia su progenitor.

—No tuvimos alternativa, tienes que entender que...

—¿Entender qué? ¿Que tuvieron tantas ganas de tener un jodido heredero para cumplir con las exigencias de la corona, que no pensaron siquiera en lo que eso costaría? ¡Ustedes le hicieron esto a Jihyun!

Finalmente acortó la distancia quitándole a Jihyun de sus brazos, el pequeño bebé comenzó a llorar al ser despertado, incluso más después de escucharlo discutir a gritos con su abuelo. El cachorro no entendía nada de lo que sucedía, pero ver a su padre pelear a gritos con otra persona no era su escenario favorito, tampoco el de Jungkook quien tan sólo se había quedado estático donde estaba sin saber qué decir.

¿Cómo habían sido sus padres capaces de hacer algo como eso? ¿Acaso era real lo que había escuchado salir de la misma boca de le persona que le dio la vida?
¿Él tenía alternativa? Porque si la única manera de proteger a su cachorro era matar a esa mujer de una vez por todas... Lo hacía temblar la sola idea de tener que enfrentarse a ella y sus seguidores, sabiendo lo que había hecho con SeokJin meses atrás.

—Eres un monstruo, eso es todo lo que eres —Un nudo en su garganta le obligó a parar un par de segundos antes de continuar— ¡Tú y esa mujer que se hizo llamar mi madre! ¡Ustedes arruinaron mi vida desde el día en que nací, y ahora soy yo quien deberá arreglar sus errores!

—Jimin, por favor... —Intentó acercarse pero la mano de su hijo lo azotó.

—¡No me toques!

Sus manos temblaron apenas y su brazo fue tocado por los dedos de ese hombre, sentía que su garganta se había cerrado impidiéndole respirar con regularidad, eso además de la transpiración fría en su frente le hizo retroceder con lentitud, como si tuviese tanto miedo de tenerlo cerca que tan sólo quería estar lo más lejos posible; no tener que verlo y que pudiese dañar a alguien más.

Por fin los sollozos habían cesado, eso porque Jimin se había echado a correr dejando a todos los presentes pasmados en sus lugares, incluso Yoongi tan sólo había mirado a Jungkook como si le preguntase el qué iba a hacer ahora que su esposo le dejó solo en una habitación de hospital. Este no tardó mucho para que le siguiera, y después de él Taehyung.

. . .

—Nos vamos, Koo, haz tus maletas.

—Jimin, no estás...-

—¡Claro que estoy pensando con claridad, Jeon Jungkook, se que debemos alejarnos de ese hombre! ¿Acaso no escuchaste lo que le hizo a nuestro cachorro? ¡No puedo estar cerca de él, no puedo! Por eso nos vamos... —Limpió sus lágrimas mientras metía un par de prendas dentro de su maleta de mano, sus manos temblaban.

—Está bien... —Suspiró— Tan sólo déjame ayudarte...

—Cuando estemos listos debemos hablar con Taehyung, Sungwoon y Yoongi... Debemos organizarnos, esto es un desastre...

—Jihyun puede quedar en cuidado de Yugyeom y Sungwoon, no podemos arriesgarnos a dejarlo con quien no tengamos confianza.

—Créeme, no se quedará aquí en el palacio con mi padre. ¿Crees que pueda quedarse en el departamento de Yugyeom?

—Espera...

Jungkook tomó su celular y comenzó a marcar el número de su mejor amigo, mientras Jimin se sentó en el pie de la cama, Jihyun les miraba ya un poco más tranquilo para después acurrucarse en el pecho de su padre Omega.

Crown; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora