Capítulo 63 "Jamais Vu"

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JIMIN

—Tienes que probar su comida, ¡Es deliciosa!

—¿Ah, sí? No creo que sea tan buena como la mía, pero vamos a ver... —Sonrió revolviendo su cabello.

Una noche.
Una noche bastó para que, según Jimin, todo volviera a la normalidad. Porque esa noche hablaron de todo, de la pierna de Jimin, del viaje a escondidas de Jungkook y los lugares que visitó, y obviamente la alegría de tener tan buen cocinero en su palacio.
Jungkook sabía que eso era algo muy importante para su esposo, era algo casi primordial, y si él lo había aprobado era porque era demasiado bueno. Y eso le tenía entusiasmado.

Bueno, sólo hasta que llegaron al comedor y el nuevo cocinero salió de la cocina con un par de postres en ambas manos, paralizándose en su lugar con sus ojos brillando como si hubiese visto lo más hermoso en la tierra.
Jungkook por su parte comenzó a sudar frío sin darse cuenta de que Jimin ya le había sentado en la mesa.

Jaebum, le presento al Príncipe Jeon Jungkook, mi esposo.

—Jeon... ¿Jungkook?

—Así es, ¿Por qué esa cara? Es decir, es apuesto... Oh, ya veo —Soltó una risilla— Es mejor que no lo pienses, después se le sube el ego a la cabeza.

JaeBum asintió aún algo confundido y colocó ambos postres en la mesa, eran los favoritos de ambos príncipes... Si hubiese sabido que el apuesto chico que conoció en aquel hotel vivía en su lugar de trabajo y más encima era su futuro Rey, habría puesto muchísimo más empeño... Y ahora no podía evitar esbozar una sonrisa de oreja a oreja mientras sus mejillas se sonrojaban.”

. . .

—¿Ya no me quieres? ¿Es eso?

—No, Minnie, sólo... Sólo déjalo, ¿Sí? No estoy listo.

—Ya no te parezco atractivo... ¿Qué cambió? ¿Engordé? ¿Es por las estrías de mi embarazo? ¡Jeon Jungkook!

—Lo siento, Minnie.

Habían pasado un par de semanas desde el regreso de su esposo y a pesar de que las cosas aparentemente estaban bien entre los dos, le preocupaba demasiado el que Jungkook le rechazara tantas veces cuando estaban a punto de tener relaciones, algo muy raro estaba ocurriendo...

Lastimosamente no era capaz de ver el hecho de que Jungkook estaba destruyéndolo sin darse cuenta, estaba acabando toda la seguridad de sí mismo que había construido con su ayuda.
Porque cuando se veía al espejo aunque fuese un completo ciego al notar aquellas diferencias, ya no era la misma persona; ahora se miraba a sí mismo y tan sólo veía sus defectos, odiaba ver aquellas estrías en su vientre algo abultado, las horribles cicatrices en sus extremidades, sus ojeras, sus pecas... Y mientras más se acercaba más se sentía culpable de no tener intimidad con su esposo.

—¿Qué ocurre... Conmigo? —Se dejó caer en el suelo mientras algunos sollozos sordos salieron de su garganta, colocó su mano en el espejo y lo tocó.

A la hora del almuerzo, le llamó la atención el cómo JaeBum estaba tan contento alrededor de ellos, cómo era tan atento junto a su esposo preguntándole qué necesitaba o si quería un poco más. Claro que sabía lo que estaba sucediendo, era sólo que no quería verlo... No quería ver cómo ese chico se pasaba de amistoso con su esposo cuando él ni siquiera había podido tener intimidad con él.
Con una incomodidad evidente, Jimin colocó su mano sobre la de su esposo y miró al chico de forma seria.

—¿Podría preparar un pastel de chocolate?

—Tardaré un par de horas, Su Alteza...

—No importa, eso es lo de menos. Un pastel de chocolate, de dos pisos, y con relleno de mermelada de fresa.

—¿D-Dos pisos? Pero Su Alteza... No va a comerlo solo, ¿No?

—No es asunto suyo, Joven Im. Lo espero en mi habitación. Oh... Y si puede haga el segundo piso de red velvet.

Ni siquiera esperó a que Jungkook se levantara para comenzar a perseguirlo debido a su comportamiento, tan sólo se levantó de su lugar y con una de sus maletas comenzó a caminar con más libertad.

. . .

Llegada la mitad del día subió a la sala de ejercicio en el último piso del palacio, ahí como todos los días su fisioterapeuta estaba ahí para llevar a cabo su rehabilitación.
Se recostó en la camilla esperando que éste llegara y apenas lo tuvo enfrente, le sonrió como modo de saludo.

—Hoy Jimin, haremos algo especial.

—Hoy Taemin, haremos casi ningún progreso... —Se cruzó de brazos.

—No digas eso, ya puedes mover tu pie, sólo hay que trabajar un poco más. —Dejó sus cosas sobre otra mesa y después tomó la pierna de Jimin pidiéndole que moviera su pie.

—Es lo mismo que has dicho durante los últimos dos meses...

—Y en cada una siempre das lo mejor de ti, ¿No es así? Vamos, mueve tus dedos por favor.

Jimin obedeció, doblando sus dedos hacia la planta de su pie, después regresándolos a su posición inicial, después rodó su pie entero en círculos antes de que Taemin colocara su mano en la parte interna de su rodilla y comenzara a elevar el resto de la pierna, doblándola un poco hacia él.

—Aún no olvido que hace poco desobedeciste mis recomendaciones y te hiciste daño... Se que estabas emocionado, pero debes pensar en ti, ¿Está bien?

El menor asintió, y cuando Taemin terminó fue ayudado por él para colocarse frente a un tipo de barras de bailarinas. ¿Era acaso esa una broma?
Volteó a mirarlo con el celo fruncido, pero después sintió aquellas manos colocarse en sus brazos muy delicadamente, sus manos fueron puestas de cada lado en ambas barras, y debajo de él sintió algo suave, cuando volteó notó que había un par de toallas en sus pies. ¿Qué era lo que tramaba?

—A la cuenta de tres, vas a soltar las barras e intentarás mantenerte en pie. Uno...

—Pero, pero es muy pronto. Taemin, me voy a caer... —Dijo asustado.

—Voy a estar aquí por si algo llegara a suceder, yo te sostendré, ¿Está bien? Dos...

—¡Taemin!

—¡Tres! —Alzó sus brazos un poco, siempre cuidando de que al rubio no le sucediera nada.

Cerró sus ojos y sin pensarlo mucho soltó sus manos de las barras, dejando que sus piernas sostuvieran su peso, cuando los abrió vio a Taemin sonriendo a su dirección y después unos brazos lo apresaron con fuerza.

—¡Lo hiciste, Jimin!

—¿L-Lo hice? —Miró hacia sus piernas, después hacia el espejo a un lado suyo— ¡Lo hice!

Esta vez fue Jimin quien abrazó con total felicidad al más alto. Momentos después se separaron se separaron y terminó mirando al más alto a los ojos, después notando la cercanía que el contrario había acortado. Un poco nervioso se alejó y después Taemin caminó hacia atrás de él a sacar papel y una lápiz de su mochila. Comenzó a anotar algo que él no alcanzaba a leer, y cuando lo recibió en sus manos no pudo estar más confundido.

—Se que las cosas no han ido bien, por eso quiero darte mi número... Ya sabes, por si quieres salir a tomar un café o algo parecido.

—¿Tomar un café?

—No tengo que decirlo tan literal, ¿No crees? Una cita, Dios, lo dije... —Rió nervioso.

—¿Cita?

Iba a decir algo más, pero después tan sólo escuchó el sonido de la puerta ser abierta, y detrás de ella Jungkook con sus audífonos puestos, al parecer iba entrenar, ya que llevaba una mochila consigo junto a una botella de agua y había amarrado su cabello en una coleta.
El Alfa confundido tan sólo entró al lugar retirándose uno de ellos y se colocó al lado de su esposo.

—¿Qué tal fue la sesión?

—Eh... Excelente, h-hoy pude sostenerme de pie por mí mismo...

—Cielo, eso es increíble.

Recibió un beso en su frente que revolvió su estómago y tan sólo le hicieron sentir culpable.
Es decir... No lo había engañado de ninguna manera, ¿No es cierto?

Crown; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora