Capítulo 65 "I'm Not The Only One"

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JIMIN

Vio cómo poco a poco fue alejándose hasta entrar al palacio tal vez por sus cosas, mientras él subió las escaleras con su corazón latiéndole a mil por hora, si se trataba de Jimin quien les había visto... Simplemente no quería pensar en eso.
Cuando llegó, su pesadilla se cumplió; Jimin estaba dándole la espalda aún viendo por la ventana con una botella de tequila en la mano, parecía haber tomado sólo un poco. Actuó rápido e intentó acercarse para arrebatarle la botella, pero apenas el menor le sintió cerca, le esquivó y tomó un sorbo más.

—¿Por qué estás tomando?

—No estoy ebrio, déjame en paz.

—Claro que lo estás, sólo mírate... Tú nunca tomas...

—Hay cosas de mí que no conoces, Jungkook, también se que hay muchísimas cosas de ti que yo no sé. Y vas a explicarme con lujo de detalles qué es lo que estaban haciendo JaeBum y tú allá abajo.

Esas palabras fueron el pequeño switch que necesitó para que su cuerpo temblara de miedo.

—Hablábamos sobre algo... Algo complicado, me lo encontré buscándote a ti.

—Claro, y pensando que era yo le besaste... Explícame, Jungkook. Estoy seguro de que debe haber una explicación, así que dámela —Exigió poniéndose de pie tambaleándose un poco, y dándole la espalda para empezar a buscar algo en la mesa de noche.

—No ocurrió nada, Jimin...

¿Debía decir la verdad? Claro que no, estaría frito si lo hacía... Además entre ellos dos no ocurrió nada más fuera del hotel.
Se congeló en su lugar durante unos segundos, tenía muchísimo miedo... Y se culpaba a sí mismo por no haber pensado en ello cuando decidió engañar a su esposo, se sentía sucio, y ahora que se había dado cuenta era demasiado tarde.

Era demasiado tarde porque Jimin ya lo sabía, mostrándole el celular del azabache, y con ello los números que tenía agregados entre sus contactos.
Siendo no suficiente evidencia, entró a la aplicación de mensajes y ahí encontró absolutamente todas las conversaciones que tuvo con JaeBum hace unos meses... Cuando estuvieron en el hotel, y el chico le mandaba fotos de él estando desnudo.
Creyó haber borrado todo... ¿Cómo es que lo había encontrado?

—¿Esto es nada? ¡Me fuiste infiel! ¿Creíste que no iba a enterarme?

—¿Tomaste mi celular?

—Tenía que enterarme si tú no me dabas explicaciones; estaba volviéndome loco tratando de adivinar porqué habías creado toda esa distancia, y muy dentro de mí sentí que tú... —Soltó un suspiro antes de concluir— Que me engañaste, y fue así que pude comprobarlo.

Vio rápidamente cómo el rubio le rodeó y fue por una silla al fondo de la habitación donde le sentó y segundos después éste se sentó frente a él, mirándole completamente enfurecido.
Se miraron durante unos segundos hasta que Jimin finalmente fue quien tomó la palabra.

—Vas a contarme absolutamente cada detalle de lo que ocurrió allá; vas a decirme cómo empezó todo —Comenzó a contar con sus dedos— Dónde lo tocaste, y además deberás responderme cada una de mis preguntas, ¿Quedó claro?

Jungkook asintió, al final no le quedó más alternativa que comenzar con su relato. Suspiró y comenzó a hablarle acerca de sus sentimientos y cómo fue que llegó en primer lugar al hotel, después acerca de cómo fue que le conoció y ahí Jimin soltó una risa sarcástica.

—No creo que debas oír lo que...

—¿Cómo empezó todo?

—Nos metimos a la piscina y nos besamos... Después de eso... Comenzamos a tocarnos y llegamos al ascensor... Cuando llegamos a la habitación yo no tenía condones y él fue por unos a su habitación...

—Al menos tuviste la descendencia de hacerlo con condón. No puedo creer que tantas veces estuve rogándote porque me tocaras, sin saber que podrías tener una ETS. Continúa.

—Y terminamos haciéndolo. —Concluyó seco.

—No, Jungkook... Creí pedirte que me dijeras todo, incluyendo dónde lo tocaste.

—Jimin, no quiero lastimarte, y eso es lo que me estás pidiendo... No puedo hacerte esto, puedo hacer lo que desees pero esto no...

—¿Entonces qué sucedió? —Insistió.

—Jimin...

—¡Dime qué sucedió! -Finalmente explotó, levantándose de su silla y comenzando a llorar.

—Entonces nos recostamos en la cama y empecé a tocarlo de nuevo... Y por primera vez desde que me escapé del palacio pude pensar en otra cosa que no fuese en ti y en lo mucho que deseaba no amarte lo suficiente para que no me doliera como lo hizo lo que pasó. Estaba enojado... Y de alguna forma eso me hizo sentir mejor.

—¿Lo hicieron más veces?

Aunque tuviese miedo a responder y hubo comenzado a temblar por su nerviosismo, terminó respondiendo con la verdad, diciéndole que además de esa vez en el hotel, lo hicieron muchas veces más hasta que Jungkook decidió irse a continuar con su viaje.
Cuando regresó de la nube de sus pensamientos, Jimin ya no estaba frente suyo, se había recostado en la cama en posición fetal, las lágrimas caían de sus ojos como dos llaves de agua... Y eso le atemorizaba, le hacía sentir la peor persona en el planeta, porque él que fue quien le hizo sentir mejor y lo sacó del abismo dónde cayó frente a sus ojos, ahora había sido él quien había tomado su corazón entre sus manos y lo había destrozado en miles de pedazos.
Porque Jungkook era la única persona en el planeta entero que podía curarlo y destruirlo, porque tal vez había entregado mucho más de lo que alguna vez pensó que haría por amor.

Y ahora su corazón dependía únicamente del hombre que ahora le había apresado con fuerza desde atrás, no dejándole escapatoria y más opción que comenzar a luchar, arañar y golpear hasta que no pudiese más.

—¡Déjame!

Jungkook nunca pensó que aquellos gritos y sollozos desesperados alguna vez serían provocados por él, sólo podía pensar en que quería remediar todo el daño que había causado, y que no quería dejarlo ir.

—Te amo...

—No es cierto, son sólo mentiras... Suéltame ya, maldito mentiroso...

Sus brazos por fin cedieron, sus sollozos también, y ahora sólo habían quedado algunos hipidos y un nudo en su garganta que acompañaban a sus lágrimas silenciosas.
Jungkook mantuvo sus manos en su cintura, después tomó la mano del menor y la acercó a sus labios, comenzando a besar cada uno de sus dedos.

—Te amo... —Susurró dejando escapar un pequeño sollozo contra la nuca del contrario, Jimin sintió la humedad cálida caer en su piel, también la suavidad de los labios de su esposo.

Pasaron un par de minutos, y fue entonces el momento en que al ver que había bajado la guardia, aprovechó para levantarse e ir a encerrarse lo más rápido posible al baño

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Pasaron un par de minutos, y fue entonces el momento en que al ver que había bajado la guardia, aprovechó para levantarse e ir a encerrarse lo más rápido posible al baño. Dónde se dejó caer en el suelo y sus brazos abrazaron sus piernas que curiosamente habían podido moverse lo suficiente para pegarse a su pecho.
Escuchó gritos fuera de la habitación, que después de algunos minutos se convirtieron en sólo ruido y de eso un completo silencio.

Tic tac, tic tac, el sonido del reloj.
Un aleteo suave, tal vez las aves del exterior.
Y al último el sonido del agua de la bañera desbordarse hasta que tocó sus pies.

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