Capítulo 84

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—Oh no, Jeon Jungkook, estás loco si crees que voy a salir, ¡Así!

—Te ves bien, tan sólo sal del auto.

—¡No!

—Sólo es una arruga en tu traje, no es para tanto... —Le sostuvo de los brazos tratando de sacarlo de ahí pero le era cada vez más imposible; aún llegaba a sorprenderle la fuerza de su Omega.

—¡Se suponía que este sería el mejor día de mi vida! ¡E inicio conmigo olvidando la plancha de la ropa en el palacio en la mudanza! ¿Cómo pude olvidarme de algo tan importante? No Koo, es mejor que volvamos... —Su corazón parecía hacerse cada vez más pequeño.

Y a ese punto comenzaba a pensar que tal vez no era por el traje y que éste estuviese arrugado, sabía que era algo aún más intenso que no le dejaba salir de su sola de confort, ¿Qué pasaría después de ir y enfrentar el mundo real? ¿Sería tan bueno como soñó y a la gente le gustaría sus obras?

La gente comenzaba a llegar en sus autos hacia su galería con un listón rojo en la entrada, los paparazzis ni siquiera sabían dónde estaban ellos dos porque lo habían pensado con anticipación; entrar por el lado contrario y presentarse ante todos cuando Jimin estuviese listo.

Estaba aterrado, incluso sus manos temblaban y las ganas de quedarse ahí para siempre eran mayores. Así que duró así unos minutos, todo hasta que Jungkook se sentó frente a él.

—Recuerdo el día en el que hablaste de tus más grandes sueños; tener una familia numerosa y tu propia galería de arte, tus ojos estaban llenos de tanta emoción que creí nunca haber visto algo tan hermoso... incluso me animaste a contarte los míos. Hablas del arte de una manera tan bella, y se que lo amas, y que por esa misma razón estás aterrado; no poder satisfacer a todo el mundo logra sacarte de quicio —Soltó una risiilla y después tomó las manos más pequeñas para poder acariciarlas— Tus manos crearon los colores de tus sueños, le diste vida a tan hermosas pinturas, creo que el mundo merece conocerlas, ser cautivados por tu arte como lo hicieron conmigo.

Sabía que Jungkook no estaba mintiendo, ni siquiera había un atisbo de que quisiera tan sólo convencerlo de salir. No, él era muchísimo diferente a eso... Ya que su prometido quería verlo triunfar, sus palabras eran completamente genuinas. Él lo sabía, y sentía que podía confiar en él y que después de eso nada saldría mal.
Cuando dió el primer paso, Jungkook estuvo ahí para sostener el peso de su cuerpo que parecía poder desfallecer en cualquier momento, cuando dió el segundo, éste comenzó a atraerlo hacia su cuerpo hasta que la puerta pudo cerrarse. Y finalmente, en el tercer paso, los flashes de las cámaras finalmente le alcanzaron.

Comprendía que tal vez eso sería algo que debería conservar toda su vida... El no tener tanta privacidad como él lo deseara.

Jungkook tenía razón; su arte era precioso, una sola pintura sola era la ventana hacia su alma, y eso era parte fundamental en un artista. Él era excelente, e iba a demostrárselo a todos.

Ya un poco más seguro enderezó su postura y tomó el bastón que Jungkook le ofreció, comenzó a caminar hacia la entrada.

—Buenas noches, queridos invitados y público en general. —Alzó su voz cuando quedó a vista de todos— Hoy, en esta noche tan espléndida, me complace presentarles mi galería de arte, no sin antes querer hacerles llegar mi más profundos sentimientos; el arte me ha acompañado desde mi primer momento de vida, es una parte de mí que ha estado presente desde muchísimos años atrás... Y poder tener por fin frente a mis ojos algo tan monumental como lo es este lugar, me llena de satisfacción saber que podré compartir mi arte con ustedes y todo el mundo, para hacer que otras personas logren conectarse con el arte así como yo. Entonces, con mi mayor agradecimiento, doy por inaugurada la galería Park Rosaceae.

Crown; 국민Where stories live. Discover now